Muere Earl Lloyd, primer jugador negro de la NBA
"¿Está usted a favor de
reclutar jugadores negros?". Oficialmente nunca hubo barreras de color en
la NBA, pero el testimonio de directivos de la época habla de un veto no
escrito que necesitó caer en dos votaciones. Meses después de que el comité de
propietarios le denegara el fichaje de 'Sweetwater'
Clifton, Ned
Irish, fundador y propietario de los New York Knicks, regresó a
la sala de juntas con un órdago: "O me dejan ficharle o nos vamos de la
liga". La amenaza implicaba algo más que perder un equipo en una
competición que aún tenía problemas para sostenerse, sino al promotor del
Madison Square Garden y uno de los hombres que antes y mejor entendió la
'venta' del baloncesto como un espectáculo. La votación se saldó con un
ajustado 6-5.
El
fallecido Carl
Bennett, entonces propietario de los Fort Wayne Pistons y uno
de los que votó a favor, recordaba décadas más tarde la reacción de uno de los
directivos. "Estúpido hijo de puta. ¿Sabéis lo que habéis hecho? En cinco
años, el 75% de los jugadores serán negros, si es que sobrevivimos. Nadie va a
venir a vernos. Habéis arruinado el baloncesto profesional". En posturas
así convivían dos miedos: perder público en una sociedad en la que aún regía
aquel nefasto eslogan de 'separados como iguales' y entrar en conflicto con Abe
Saperstein, patrón de los Harlem Globetrotters y por extensión
principal beneficiario del talento negro. Fueron muchas las noches en que los
equipos de la recién nacida NBA necesitaron que los Globetrotters les hicieran
de 'teloneros' para atraer gente.
Semanas
después de esa votación, sonó el primer martillazo al muro. "Los Boston
Celtics seleccionan a Charles
Cooper, de la Universidad de Duquesne". La reacción de uno
de los propietarios fue inmediata. "¿¡Pero no sabes que es negro!?".
"Me da igual si es negro, a rayas o con lunares. El chico sabe jugar. Los
Boston Celtics eligen a Charles Cooper, de la Universidad de Duquesne",
reiteróWalter Brown.
La elección de 'Chuck' Cooper no fue la única de aquel draft de 1950. 94 turnos
más tarde, con la última elección de novena ronda, los Washington Capitols
eligieron a Earl
Lloyd. Semanas más tarde, y no sin antes 'pelear' con
Saperstein, Ned Irish cumplió su objetivo de fichar a 'Sweetwater' Clifton. Ese
año habría un cuarto jugador afroamericano, Hank
DeZonie.
La lista de efemérides destaca
a Cooper como el primero en ser seleccionado en un draft y a Clifton como el
primero en firmar un contrato, pero el azar del calendario convirtió a Earl
Lloyd en el primer jugador afroamericano que jugó en la NBA: debutó el 31 de
octubre de 1950 contra los Rochester Royals. "Pisé la cancha y el mundo
siguió girando. Nadie dijo ni una palabra". Al día siguiente, el Rochester
Times-Union apenas mencionaba de pasada en una línea el debut de "la
estrella negra de West Virginia State". A ese clima de naturalidad
contribuyó que el partido se jugara en aquella localidad del norte, cercana a
Nueva York. Lloyd defendió que nunca sufrió un episodio racista a manos de
ningún jugador o técnico, compañero o rival, pero el clima era distinto en las
gradas y las ciudades que visitaban.
"Los
problemas que sufrimos los primeros jugadores negros eran los mismos que sufría
cualquier negro en los años cincuenta", recordaba en el magnífico 'Tall
Tales', de Terry
Pluto. "Después de Rochester fuimos a Fort Wayne, Indiana.
En 1950, el negro no era un color bonito en Fort Wayne. Me dejaron dormir en el
mismo hotel que mis compañeros, pero no me dejaron comer con ellos. [...] No me
gustó, pero nací y me crié en Virginia. La discriminación era parte de mi vida.
En cierto sentido, me sorprendió que me dejaran dormir en el mismo hotel".
Lloyd había nacido en un pueblo segregado y estudió en un colegio y una
universidad segregados. "Eran los tiempos del 'separados pero iguales',
que en realidad era 'separados pero desiguales'. Este tipo de cosas me
blindaron para cualquier cosa por la que tuviera que pasar como jugador de la
NBA". Leyendas comoBill Russell, Wilt
Chamberlain o KC
Jones también
sufrieron situaciones como ésa.
Los
cronistas de la época definieron a Earl Lloyd como un ala-pívot "agresivo
y muy físico". Aquella primera temporada sólo jugó siete partidos antes de
ser llamado a filas. Cumplió dos años de servicio militar en Fort Bragg y a su
regreso, desaparecidos ya los Washington Capitols, fichó por los Syracuse
Nationals. Allí, haciendo de guardaespaldas para Dolph
Schayes, conquistó el anillo en 1955. Lloyd se retiró en 1960
como jugador de los Detroit Pistons, franquicia en la que también llegó a ser
entrenador a comienzos de los setenta. Lejos del baloncesto, llegó a trabajar
para la Consejería de Educación de Detroit.
Hace unos años, en una
entrevista concedida al 'Washington Post', Lloyd confesó la sorpresa que sintió
al enterarse de que había sido elegido en el draft por los Capitols. Washington,
pensaba entonces, era una "cuna de la segregación". Él, junto a
pioneros como 'Chuck' Cooper, 'Sweetwater' Clifton o Hank DeZonie, derribó esa
barrera en la NBA.
EL MUNDO.ES
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