Quienes no se mostraban de acuerdo la medida, incluido el Gobierno, argumentaban que el coste sería demasiado alto para el Estado y que supondría un debilitamiento de la economía.
Los suizos votan hoy la iniciativa «Por una renta básica incondicional» - ARCHIVO ABC
El 78% de los suizos habrían rechazado hoy, en referéndum, una renta básica para todos los residentes. La propuesta incluía asignar 2.500 francos suizos mensuales (unos 2.260 euros) por adulto y 625 (570 euros) por cada menor de 18 años. Quienes rechazaban la medida, incluido el Gobierno, argumentaban que el coste sería demasiado alto para el Estado y que supondría un debilitamiento de la economía. En países como Finlandia también están barajando la posibilidad de introducir la renta básica.
Alrededor de unos 2,2 millones de votantes rechazaron esta iniciativa popular, a pesar de la campaña a favor llevada a cabo por la Unión Suiza de Sindicatos, el partidos socialista y el ecologista. La gran victoria de este referendúm fue el captar el interés de la opinión y los medios de comunicación extranjeros provocando reacciones en Finlandia, India o los Países Bajos.
Experimento radical
En un país alérgico a los grandes cambios y profundamente apegado al valor del trabajo la iniciativa sobre un sueldo de base sin condiciones para todos , calificada de «experimento extremadamente radical» por el diputado liberal Marcel Dobler, tenía pocas posibilidades de triunfar.
La propuesta fue presentada, por primera vez, ante el Parlamento en 2013 y proponía simplemente votar sobre el principio de ingreso básico universal, sin precisar exactamente su cantidad y su financiamiento. Sólo se había sugerido un monto de unos 2.260 euros mensuales para cada adulto.
Apoyada por un grupo de intelectuales suizos, esta iniciativa popular no quedará en letra muerta y sus defensores, en Suiza, no consideran la derrota como definitiva felicitándose por haber conseguido más del 15% de votos pronosticados por el empresario de Basilea y precursor de esta iniciativa, Daniel Hani.
Sus defensores afirmaban que un salario de base podría financiarse mediante un impuesto sobre las transacciones electrónicas y a través del abandono de algunos impuestos y ayudas sociales. Incluso se calculo que una tasa de 0.4% sobre este tipo de transacciones generaría los 400 mil millones de francos suizos necesarios para realizar este proyecto.
Por otro lado los detractores de este principio señalaron que la idea de un ingreso de base, en Suiza, donde la tasa de paro es una de las más bajas del mundo, un 3,5%, y donde el sistema de prestaciones sociales funciona sin demasiada dificultad era una idea absurda.
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