La sonda Cassini ha aportado nuevos datos que muestran que existe una gran masa líquida bajo la capa de hielo del satélite de Saturno.
NASA/JPL
Ahora es seguro del todo. Encelado, la enigmática luna de Sarurno,cuenta con un océano subterráneo global, es decir, que ocupa todo el planeta y que permanece oculto bajo una gruesa capa de hielo. Los datos definitivos proceden de la sonda Cassini, de la NASA, que lleva años estudiando a fondo el sistema de satélites de Saturno y que ha hecho ya varias «visitas» a Encelado.
Hace ya tiempo que los investigadores se dieron cuenta de que Encelado, a medida que giraba alrededor del gigantesco planeta anillado, mostraba un extraño abultamiento. Una «deformidad» que sólo podía explicarse con la existencia de una masa líquida y en movimiento bajo la superficie. Una masa capaz de «abombar» el satélite debido a la enorme fuerza gravitatoria de Saturno.
El hallazgo confirma que los géiseres detectados en varios puntos de Encelado, formados por vapor de agua, partículas de hielo y moléculas orgánicas sencillas, proceden, sin duda alguna, de fracturas en la superficie helada cerca del polo sur, que permiten escapar a una pequeña parte del agua que se almacena debajo. La investigación acaba de publicarse en la revista Icarus.
El análisis de datos anteriores de la Cassini ya sugerían la presencia de una gran cantidad de agua líquida bajo la corteza helada de Encelado, aunque al principio se suponía que el mar subterráneo solo ocupaba una porción del satélite y alrededor de su polo sur.
Gravedad para detectar el océano
Sin embargo, los datos gravitatorios obtenidos durante las numerosas «pasadas» de la Cassini por Encelado sugerían que ese mar podría ser mucho mayor, incluso todo un enorme océano subterráneo y global. Los nuevos resultados confirman que, efectivamente, es así.
«Era un problema que necesitaba de años de observación y cálculos en diversas disciplinas -explica Peter Thomas, investigador de la misión Cassini y primer firmante del artículo-, pero ahora sabemos que estábamos en lo cierto».
Durante más de siete años, los científicos han analizado miles de imágenes de Encelado procedentes de las cámaras de la Cassini. Y sobre ellas han calculado detalladamente la posición exacta de muchas de sus características geográficas, la mayoría de ellas cráteres de impacto de meteoritos. Con esos datos, lograron medir con extraordinaria precisión cómo variaba la posición de esos cráteres durante la órbita de Encelado alrededor de Saturno.
Así es como se dieron cuenta de que, a medida que la luna completa su órbita, su superficie muestra un ligero, aunque detectable, abultamiento. Además de ligeros movimientos del planeta entero hacia delante y hacia atrás, causados por los movimientos de la enorme masa de agua subterránea durante su periplo orbital.
Mareas gravitatorias
Encelado cuenta, pues, con un núcleo y una corteza sólidas, pero entre ambas existe una enorme masa de agua liquida que envuelve por completo al satélite.
El mecanismo que ha permitido a este gran océano global mantenerse líquido es aún un misterio. Thomas y sus colegas sugieren varias ideas para llevar a cabo nuevos estudios sobre la cuestión, como por ejemplo que las propias mareas gravitatorias de Saturno sean capaces de generar mucho más calor del que se creía.
«Es un gran paso hacia la comprensión de este mundo, y demuestra la clase de descubrimientos inesperados que podemos hacer con misiones de larga dirección a otros planetas», asegura por su parte Carolin Porco, coautora de la investigación.
Desvelar la historia y los secretos de Encelado es, en efecto, uno de los mayores logros de la misión Cassini, que lleva estudiando el sistema de Saturno desde 2004 y que volverá a acercarse a Encelado el próximo 28 de octubre, día en que pasará a solo 49 kilómetros de su superficie.
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