La inauguración del memorial de Rivesaltes se convierte en el primer mea culpa de Francia con los internados en el mayor campo de concentración de Occidente.
Manuel Valls (c), asiste a la inauguración del antiguo campo de refugiados de Rivesaltes. /GUILLAUME HORCAJUELO (EFE)
Francia asume, reconoce y reprueba por vez primera de manera pública, oficial y solemne el inhumano trato que dispensó a los cientos de miles de refugiados españoles llegados en 1939 al final de la guerra civil. Y lo hace por boca de su primer ministro, Manuel Valls. “Fueron humillados. Se les quiso arrebatar la dignidad. Los que huían en busca de la libertad esperaban otro tipo de acogida. Eso no es Francia”.
Valls ha presidido este viernes la inauguración del memorial delcampo de Rivesaltes, donde fueron encerrados más de 20.000 españoles en unas condiciones indignas. Casi la mitad fueron enviados a campos nazis de la muerte. El 65% no regresaron. “Se les privó de dignidad” con un “desprecio total de humanidad”.
El primer mea culpa público de un alto representante del Estado francés viene de la mano de un político nacido en Barcelona, pero no es esa la clave definitiva de que Francia haya dado el paso. La iniciativa de construir el monumental memorial partió de la sociedad civil y fue apoyado sobre todo por las autoridades de una región en la que viven muchos supervivientes de Rivesaltes y cientos de miles de descendientes. “El campo está ahí para decir alto lo que se comenta en voz baja”, señaló Valls.
"Francia no es así, sino una tierra de asilo", reiteró el primer ministro. Como prueba, recordó que es jefe del Gobierno francés pese a haber nacido en otro país y que la ministra que estaba a su lado, Najat Vallaud-Belkacem, titular de Educación, nació en Marruecos. Ahora, dijo, a Francia le corresponde también ejercer su papel y acoger a refugiados sirios.
En la ceremonia
han estado presentes varios supervivientes españoles junto a judíos y harkis argelinos.
La media docena de parlamentarios asistentes, según comenta uno de los presentes, pusieron de relieve el inusitado tono empleado por Valls, aplaudido por las 400 personas que le escuchaban. Al evento, que se ha desarrollado durante cerca de cuatro horas, han asistido supervivientes españoles, judíos, gitanos o harkis milicianos de Argelia.
Entre los supervivientes españoles, los catalanes Gilbert Susagna, de 80 años, que estuvo con cinco años en Rivesaltes, y Josep Castell Gracia, de 87, encerrado en los campos del sur de Francia con su madre tras sufrir los bombardeos de Barcelona. Castell charló unos minutos con el reconocido historiador Serge Klarsfeld, hijo de un judío deportado de Francia y asesinado en Auschwitz.
Uno de los políticos presentes ha sido, Pierre Aylagas, diputado y alcalde socialista de Argelés-sur-Mer. Su padre, agricultor castellano, fue encerrado tras la Guerra Civil en varios campos, el primero el de Argelés. También ha estado en la ceremonia y recorrido por el memorial el periodista Joël Mettay, que en 1998 difundió entre el escándalo de supervivientes y descendientes que buena parte de los archivos del campo de Rivesaltes había sido tirados a un basurero.
La representación oficial española ha sido limitada. Han estado presentes la consejera de Gobernación de la Generalitat de Cataluña, Meritxel Borràs, y el cónsul general de España en Perpiñán, Gaudencio Villas. Los responsables del memorial habían expresado su disgusto por el hecho de que el Estado español no tuviera una presencia de mayor rango en este acontecimiento. En esta ocasión, sin embargo, no es achacable a las autoridades españolas.
Ha sido Hermeline Malherbe, la presidenta del Consejo Regional de Languedoc-Rosellón, que incluye Rivesaltes, la que distribuyó las invitaciones. Las envió a la Generalitat y a la embajada de España en París, que designó al cónsul para el acto. El Gobierno francés, según diferentes fuentes consultadas, prefería que la inauguración fuera un acto interno de Francia.
El Ejecutivo que dirige Valls sí quiso que su representación fuera de alto nivel. El primer ministro ha estado acompañado, además de la ministra de Educación, por dos secretarios de Estado, uno de ellos el de los Antiguos Combatientes y la Memoria, Jean-Marc Todeschini. Todo un dato que Francia tenga a un secretario, con nivel de ministro, dedicado a la Memoria.
A la entrada del memorial, varios descendientes de harkis, los argelinos que lucharon con los franceses contra la independencia de Argelia, protestaron con gritos porque no habían sido invitados a la ceremonia. Más de 20.000 harkis vivieron encerrados en Rivesaltes en los años sesenta tras huir de su país, donde estaban amenazados de muerte.
En Rivesaltes, estuvieron encerradas más de 60.000 personas. Junto con los españoles, los más numerosos y significativos, estuvieron entre 1939 y 1970, judíos, gitanos, presos alemanes, colaboracionistas y harkis. Desde los ochenta a 2007, se usó para encerrar a migrantes irregulares.
ELPAIS.COM
No hay comentarios:
Publicar un comentario