domingo, 20 de octubre de 2019

Hallado un escondite con 30 sarcófagos faraónicos sellados y decorados al detalle. Actualidad-1º ESO

EL MUNDO CIENCIA
Francisco Carrión

El hallazgo más importante de los últimos años está formado por ataúdes de sacerdotes de Amón, entre hombres, mujeres y niños. Han sido localizados en dos niveles en un escondite de la necrópolis de Tebas, la actual Luxor.


Detalle de uno de los sarcófagos faraónicos hallados. EL MUNDO


Egipto ha presentado en sociedad este sábado a unos embajadores llegados de hace tres mil años. Una misión local ha desenterrado una "cachette" con 30 coloridos ataúdes en perfectas condiciones de conservación y con una retahíla de ofrendas, textos y divinidades dibujados en su madera. Un tesoro excepcional, sellado durante milenios y con sus momias aún alojadas en su interior, que levanta acta de los sacerdotes que rindieron culto a Amón en la árida Tebas, la actual Luxor.
"Es un placer anunciar oficialmente el hallazgo de una nueva 'cachette' de momias y ataúdes. Son 30 sarcófagos. 23 hombres, 5 mujeres y 2 niños. Están todos excepcionalmente pintados y conservados", ha proclamado el ministro de Antigüedades egipcio, Jaled el Anani, en una rueda de prensa jalonada del caos habitual en la explanada que preside el templo de Hatshepsut (1478-1458 a.C.), en la orilla occidental de la actual Luxor, a 600 kilómetros al sur de El Cairo. El país árabe ha calificado el descubrimiento como el "mayor y más importante" de los últimos años.
La 'cachette', un escondrijo de momias, fue localizado en la cercana necrópolis de Asasif, durante los trabajos de excavación de la expedición. "El pasado agosto recibí un mensaje avisándome del hallazgo. Lo primero que apareció fue el rostro de uno de los sarcófagos de madera", ha relatado Mustafa el Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades. "Tuvimos que continuar la excavación. En el primer nivel se hallaron 18 ataúdes y, al moverlos, aparecieron más abajo otros 12", agrega.

La sucesión de sarcófagos pertenece a sacerdotes de la dinastía XXII (hacia el 900 a.C.) y presenta una rica y completa decoración. "El clero era entonces muy poderoso y casi todo el mundo que tenía posibilidades pertenecía al inmenso ejército de sacerdotes que trabajaba para Amón en Karnak", apunta a EL MUNDO Francisco Martín Valentín, codirector de la misión española que horada desde hace una década la tumba del visir Amenhotep Huy, a escasos 300 metros de donde ha sido firmado este formidable hallazgo.
En 2015 el equipo español recuperó el ataúd de un sacerdote llamado Anj-ef-Jonsu, quien ejercía el cargo de escriba de las ofrendas de Amón Ra en el templo de Karnak. Su fino sarcófago parece un calco de los encontrados ahora. "Eran todos de una factoría que había en Karnak, donde se hacían ataúdes asi 'prêt-à-porter'. Son todos muy parecidos, con una iconografía similar y con la característica de las estolas que llevan pintadas en el sarcófago, típicas de personajes vinculados con el alto clero de Amón y de origen libio", desgrana Martín Valentín.
Sobre la superficie de los ataúdes quedan, además, las huellas de los que no tuvieron la dicha de ver concluida su fabricación. En los costados se representan ofrendas y escenas de diferentes divinidades, como el rey Amenhotep I que fue adorado en el cercano monasterio de Deir el Bahari, o fragmentos del Libro de los Muertos. En el caso de las féminas rescatadas, se trata de cantoras de Amón. "Eran mujeres nobles de nivel medio-alto vinculadas a Karnak", desliza el experto español.
El descubrimiento suma una nueva página a la fecunda historia de las "cachette" localizadas bajos las arenas de Luxor. Hasta la fecha, se habían desenterrado dos escondites de momias reales, en 1881 y 1898, y el de Bab al-Jisus en 1891, donde se extrajeron decenas de ataúdes de sacerdotes. "El actual es el segundo escondite de sacerdotes hallado. Son 30 sarcófagos que han permanecido cerrados", ha subrayado El Waziri. Dos féretros, correspondiente a una mujer y un hombre, ha sido abiertos durante la ceremonia, entre una algarada de cámaras, gritos y aplausos.
Ambos finados han estado guarecidos de los achaques del tiempo por cajas que son auténticas joyas, una celebración de las destrezas artísticas de la tierra de los faraones. "Siguen un patrón. En la tapa se representa la cara del personaje. Suelen llevar una imagen de la diosa Nut y representaciones de Osiris y los hijos de Horus. Y una franja de inscripciones que van desde debajo de los brazos hasta los pies en la que se habla de ofrendas funerarias a diferentes divinidades", detalla Martín Valentín.
"En los lados de la caja acoge una representación de la diosa Hathor saliendo de la montaña tebana, que es objeto de adoración y presentación de ofrendas por parte del difunto", agrega el español. "El interior del ataúd tiene una columna con el nombre y título del dueño y a los lados representaciones de los cuatro hijos de Horus y de algunos genios de los libros de las puertas en forma de mono o chacal. Todo es muy colorido y con una riqueza artística enorme".

La sensacional acumulación de momias arroja aún algunos interrogantes, comenzando por su origen. ¿Fueron inicialmente enterramientos individuales? ¿Su aparición conjunta es fruto de un robo o de un traslado posteriores? Desde el ministerio de Antigüedades, que ha proporcionado pocos detalles, la "cachette" es "un testigo de un período histórico de inestabilidad, marcado por el robo de tumbas y la construcción de enormes enterramientos".
La elección del lugar en el que fueron enterradas -apuntan- está vinculada a su santidad como conocido y venerado cementerio. Tras su restauración, los ataúdes abandonarán su patria tebana para enfilar la ruta río abajo, hacia la capital egipcia. "La colección será trasladada al completo al Gran Museo Egipcio", ha precisado el ministro. El centro, que se construye a un tiro de piedra de las pirámides de Giza, espera abrir sus puertas a finales de 2020.

Las excavaciones, entretanto, proseguirán en el páramo en busca de nuevos hallazgos. "La excavación continuará. No hemos encontrado ningún objeto por lo que nuevas campañas deberían llevarnos probablemente al descubrimiento de vasos canopos [los recipientes en los que los antiguos egipcios guardaban las vísceras de los difuntos]", ha pronosticado El Waziri.

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