lunes, 13 de mayo de 2019

PIERRE MOSCOVICI / COMISARIO DE ASUNTOS ECONÓMICOS Y FINANCIEROS DE LA UE Moscovici: “Tras los grandes sacrificios, llega la hora de subir los salarios

EL PAÍS INTERNACIONAL
Bernardo De Miguel/Lluís Pellicer

El comisario alaba "el buen comportamiento de la economía española" y advierte del "peligro para la democracia" que suponen partidos de extrema derecha como Vox.


El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. 

El regreso de los yihadistas magrebíes del ISIS amenaza la seguridad europea.

EL PAÍS INTERNACIONAL
Francisco Peregil/Bernardo De Miguel

Las dificultades de Marruecos y Túnez para gestionar el retorno y el riesgo de contagio de los combatientes con doble nacionalidad europea.


Milicianos del ISIS en la ciudad libia de Sirte, en febrero de 2015.


Más de 50.000 yihadistas procedentes de más de cien países viajaron en el último lustro a Siria, Irak y Libia para incorporarse a las filas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Y solo del Magreb salieron casi 7.000 combatientes, en una movilización sin precedentes. El regreso de los supervivientes a países como Marruecos, Túnez o Egipto supone una amenaza para esos países, pero también para la Unión Europea, según un estudio publicado este miércoles por el centro de análisis Egmont, de Bruselas, y la fundación alemana Konrad-Adenauer-Stiftung.
El informe, prologado, a título personal, por el coordinador europeo de la lucha contra el terrorismo, Gilles de Kerchove, advierte de que el retorno de los yihadistas magrebíes puede generar una inestabilidad en la región con potencial "impacto negativo en la seguridad europea". Los analistas añaden que el riesgo de contagio se ve reforzado porque "la mayoría de los combatientes extranjeros procedentes de Europa son de descendencia norteafricana, lo cual refuerza los lazos de los círculos yihadistas a través del Mediterráneo". Esa relación, añaden, "puede tener un impacto duradero en la seguridad de ambos lados".
El documento recuerda que el contagio ya se produjo en anteriores oleadas de combatientes y vincula los ataques de Casablanca (2003) y Madrid (2004) a los grupos de marroquíes que se trasladaron a Afganistán tras la victoria de los talibanes en 1996 y a Irak tras la invasión de EE UU en 2003. En esta ocasión, advierte el estudio, el riesgo es aún mayor porque la movilización de combatientes magrebíes "ha sido posiblemente mayor que las anteriores, incluida la yihad antisoviética que se puso en marcha en Afganistán en los años 1980".
Ahora que el autollamado Califato ha sido expulsado de su último reducto en Siria, muchos Gobiernos se ven ante el reto de afrontar el regreso de los supervivientes. Hay países que se niegan a acogerlos, como Holanda y Suiza. Otros están dispuestos a recibir a sus nacionales, pero tampoco dispone nadie de una fórmula mágica para detectarlos, procesarlos, detenerlos y… rehabilitarlos, en caso de que sea posible.
El estudio del centro Egmont y la fundación Konrad-Adenauer-Stiftung se centra en cómo deberían  afrontar semejante desafío los Gobiernos de Egipto, Túnez y Marruecos, países que suman por sí solos más combatientes extranjeros que toda la Unión Europea. Argelia no forma parte de la investigación porque el número de yihadistas que se alistaron con el ISIS es muy reducido, según los investigadores.
Kerchove subraya en el prólogo la cooperación existente entre las autoridades europeas y los países del norte de África, con apoyo para la seguridad en fronteras o mantenimiento y comprobación de las bases de datos de Interpol. Pero la UE se muestra dispuesta a aumentar su colaboración dado el riesgo que implican, en particular, los combatientes con doble nacionalidad, una de ellas europea.
De los tres países analizados en el informe, Marruecos aparece “con gran diferencia” como el mejor preparado para afrontar el regreso de los yihadistas. Marruecos ha tomado medidas legales al tiempo que reforzaba sus servicios de seguridad. Y, cosa única en el Magreb, ha iniciado programas de desradicalización en las cárceles. “En contraste”, señala el estudio, “Túnez y Egipto son mucho menos transparentes y sistemáticos en sus procedimientos”.
Marruecos es el país que aporta cifras oficiales más precisas sobre la situación: los marroquíes que viajaron a Irak y Siria entre 2013 y 2017 fueron 1.664, entre ellos 285 mujeres y 378 niños. De ellos, 596 murieron en combate o en ataques suicidas. Y volvieron 213. Entre ellos hay 52 mujeres y 15 niños. De los 200 retornados casi todos ellos han sido llevados ante la justicia y se encuentran ahora en la cárcel, con sentencias que van desde los 10 a los 15 años, según fuentes oficiales.
Marruecos reformó en 2014 la legislación antiterrorista e incluyó penas de entre 5 y 15 años y multas de hasta el equivalente a 45.000 euros para quienes se unan o traten de unirse a grupos armados no estatales, ya sea fuera o dentro del país. Esa ley resultó clave para abordar la situación actual. Además, la Administración puso en marcha en 2016 un programa dentro de las cárceles llamado Reconciliación (Moussalaha, en árabe) que apunta hacia la desradicalización e integración de los terroristas. Abarca tanto a los que nunca salieron del país como a los que combatieron fuera.
El estudio ensalza la “eficiencia” con que Marruecos lucha contra el terrorismo, pero indica que a excepción de Reconciliación, no hay otros programas de rehabilitación. “Y no hay nada específico para los retornados, que son tratados como el resto de los terroristas. Tampoco hay nada previsto para las mujeres y los niños”, señala. También advierte sobre las denuncias de tortura, recogidas por Human Rights Watch. Y añaden que Marruecos puede restringir libertades civiles en nombre de la lucha contra el terrorismo. “Varias ONG denuncian de forma cíclica el arresto de salafistas no envueltos en ninguna actividad terrorista”, señala el informe.
En cuanto a Egipto, el panorama es más sombrío. De entrada, no se sabe cuántos combatientes se marcharon ni cuántos volvieron, aunque fuentes no oficiales manejadas por la ONU estiman entre 350 y 600 los yihadistas egipcios desplazados al extranjero. No hay una legislación apropiada para abordar el regreso y los autores lamentan la falta de transparencia de las autoridades. Señalan, además, que predomina “la tortura y las confesiones forzadas”, y que las cárceles superpobladas se han convertido en centros donde se expande la radicalización.
El estudio señala que la forma que tiene Egipto de afrontar el regreso de los yihadistas no solo no previene la violencia sino que recrea y refuerza la misma dinámica que llevó a los yihadistas al extranjero.
Finalmente, Túnez es el país que más terroristas ha engrosado las filas del ISIS en relación con su población de 11,5 millones de habitantes. Las estimaciones oscilan entre los 7.000 desplazados a Siria, según la ONU y los 3.000 asumidos por las propias autoridades tunecinas. A eso habría que sumar también entre 1.000 y 1.500 alistados en Libia. La mayoría de los retornados -cifrados en 1.000 hasta marzo de 2018- han sido sentenciado a penas de cinco años, seguidos de un periodo de vigilancia de tres años.
El informe lamenta que Túnez solo haya abordado el problema centrándose en medidas de castigo. “Algunos retornados permanecen varios meses en prisión sin ser juzgados, mientras otros son puestos en libertad tras ser brevemente interrogados. Esto sugiere que la gestión del Gobierno de este asunto es a veces arbitraria y expuesta al azar”.
Finalmente, los investigadores recomiendan a todos los países, incluida la Unión Europea, “humildad y transparencia” para seguir afrontando el problema del regreso. Aunque cada país tiene su particularidad, el asunto trasciende las fronteras. “Cada nación ganaría compartiendo discusiones abiertas y buenas prácticas. Si los yihadistas del mundo pueden unirse, nosotros también deberíamos hacerlo”, señala el informe.

¿POR QUÉ TÚNEZ?

FRANCISCO PEREGIL
¿Por qué tanta yihadismo proveniente de Túnez? El estudio aporta cuatro razones: el Gobierno islamista ofreció un ambiente favorable para la radicalización entre 2011 y 2013; después de la primavera de 2011 el aparato de seguridad del Estado quedó erosionado; la amnistía general de 2011 puso en la calle a 2.000 presos. De ellos, 350 tenía experiencia de combate en Afganistán, Irak y Argelia. Y por último, todo ello se vio agravado por el caos en la vecina Libia.

El verano se anticipa en España con hasta 15 grados más de lo habitual

EL PAÍS ESPAÑA
Victoria Torres Benaya

El potente anticiclón, la ausencia de vientos y una masa de aire africano causarán a partir de este miércoles un "episodio de calor generalizado e inusual"


Vista de la playa de Samil, en Vigo, el 1 de mayo.  EFE


Llegan los primeros "calores contundentes" a un mes del comienzo del verano, advierte Rubén del Campo, uno de los portavoces de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). A partir de este miércoles, y sobre todo durante el fin de semana, se va a producir un "episodio de calor generalizado e inusual", que afectará con mayor intensidad al sur y al oeste peninsular y a Canarias y en el que se registrarán valores "excepcionalmente altos" para la época del año y "más propios de finales de junio o principios de julio". El anticipo del verano durará al menos hasta el lunes, que será también el día más tórrido del episodio. Dos tercios del país —Galicia, Asturias, Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía, Aragón y Canarias— estarán ese día por encima de los 28/30 grados, hasta 36 en Sevilla y en Córdoba, unastemperaturas que están 15 grados por encima de las habituales. 
A pesar de su duración, no se trata de una ola de calor, ya que para serlo, recuerda Del Campo, "tendrían que producirse temperaturas extremas comparadas con las más altas del año, de julio y agosto". El portavoz explica que es "un calor autóctono, generado in situ, que se verá reforzado por una masa de aire cálido y seco de origen africano". "Su causa es una conjunción de altas presiones a todos los niveles de la atmósfera con cielos despejados, a los que se suman la entrada de la masa cálida sobre Canarias y la mitad occidental y vientos flojos pero de componente este que llegan cálidos al oeste. Todos estos factores hacen que el calor se confine en las capas bajas", ahonda.
El acusado aumento de las temperaturas "empieza hoy mismo en las regiones del Levante, a las que llegarán vientos del oeste muy secos y recalentados", mientras que en la vertiente atlántica está nublado y lluvioso. En Murcia, Almería, litoral de Comunidad Valenciana y sur de Cataluña se esperan este miércoles temperaturas de 32 y 33 grados, unos valores que están "entre cinco y 10 grados por encima de lo normal". Sin embargo, en el resto del país, los valores son más propios de la época y están incluso por debajo, entre tres y cuatro grados, en Galicia, Extremadura y oeste de Castilla y León.
Estas altas temperaturas se mantendrán en el Levante hasta el sábado y acabarán afectado a casi todo el país a partir del viernes. "Las máximas estarán sábado, domingo y lunes en prácticamente toda España entre cinco y 10 grados por encima de lo normal, una anomalía que en la mitad sur, en el oeste y Canarias será de entre 10 y 15 grados", describe el meteorólogo, que añade que el tiempo será un poco más fresco en el Cantábrico el sábado y el domingo, en la costa mediterránea gracias a la brisa. En Galicia habrá lluvias de hoy al viernes, con cierta intensidad en el oeste de la comunidad.
Así, el viernes la subida de los termómetros será general en todo el país y se llegará a los 32/33 grados en el valle del Guadalquivir, mientras que en el Cantábrico se alcanzarán los 25. El sábado descenderán en el Cantábrico pero volverán a ascender en el resto de España. "Empezará a hacer calor intenso en la mitad sur, con valores por encima de los 34 en el valle del Guadalquivir y en el interior de Murcia. Se puede llegar a 35 y 36 en la provincia de Sevilla", subraya el portavoz.
El domingo ascenderán todavía más las temperaturas en el oeste de la Península, con 34 a 36 grados en el valle del Guadiana y de nuevo en el del Guadalquivir, de 30 a 32 en el centro y la mitad sur, mientras que en el norte, en Galicia, en la meseta de Castilla y León y en el valle del Ebro se acercarán a los 30. También será un día muy caluroso en Canarias, con cerca de 30 grados en el sur de Tenerife y hasta 35 en Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote. "Son hasta 15 grados por encima de lo normal para las islas", subraya el meteorólogo.
El episodio continuará el lunes con más calor en el norte, donde se puede rondar los 32 grados en Galicia, en la meseta norte y en el valle del Ebro. También habrá una nueva vuelta de tuerca en el centro: por ejemplo en Madrid capital se esperan 32/33 grados. En el suroeste seguirán con valores de 33/34 grados, que pueden llegar a 36 en el Guadiana y el Guadalquivir. "En Sevilla y en Córdoba se pueden superar puntualmente los 36", puntualiza Del Campo, que avanza que es posible que la Aemet active avisos en el oeste andaluz, en principio amarillos, el nivel más bajo de una escala de tres. Algunos modelos apuntan a que el calor puede incluso continuar el martes.
¿Se espera que se batan récords? "A priori no, pero no es descartable", responde el experto, que apunta que el precedente más cercano se produjo muy recientemente, en mayo de 2015, un mes que "puso muy caros los récords". "Entre el 13 y el 14 de mayo de aquel año, Sevilla rozó los 41° y Córdoba los superó por dos décimas. En Lanzarote hubo 42º y en Valencia aeropuerto se registraron 42,6º. Se pulverizaron los récords de mayo de Sevilla, Murcia, Alicante, Albacete, Valencia, Ibiza, Lanzarote... y fue el segundo mayo más cálido de la historia, después del de 1964", detalla.
Este avance del verano llega después de un marzo que fue más cálido de lo normal en general, "el cuarto más cálido del siglo" y de un mes de abril que fue normal, "algo más frío por la mitad sur". ¿Supone este apretón en las temperaturas el inicio del verano? "Es muy pronto para saberlo, pero en la predicción estacional la Aemet ya hablaba de una primavera más cálida y más seca de lo normal", recuerda Del Campo, que considera que las temperaturas, aunque no tanto, se mantendrán altas lo que queda de primavera.