Esteban Villarejo
El Coronel Javier Pardo de Santayana, Jefe de Estado Mayor de EUTM Somalia, explica a ABC el momento que vive la misión.
¿Cómo es la situación en estos momentos en Somalia?
La implantación de un proyecto nacional está resultando muy complicada porque aún permanecen los enfrentamientos entre diferentes milicias clánicas, además del terrorismo yihadista, que es la principal amenaza que enfrenta el país. En la actualidad, Al Shabab está más debilitado que en tiempos pretéritos, pero aún mantiene una importante capacidad de atentar. Por otro lado, desde hace unos años estamos asistiendo a una lucha entre las dos facciones yihadistas: Al Shabab, filial de Al Qaida, y los grupos leales a Daesh. Su presencia en amplias zonas de territorio somalí complica mucho el escenario de seguridad, y también el apoyo que están recibiendo desde el exterior. Estos grupos terroristas tienen como principal objetivo dinamitar cualquier atisbo de gobernabilidad en Somalia. Pero a pesar de que las amenazas a la seguridad siguen muy presentes en Somalia, podemos constatar que se han conseguido grandes avances, sin obviar que aún queda mucho para hablar de un país seguro y estable.
¿Realmente Somalia tiene solución?
Por supuesto, Somalia tiene solución y está avanzando hacia ella, pero todos somos muy conscientes de que son necesarios muchos años para conseguir que sea un país seguro, estable y desarrollado. España está comprometida con Somalia desde que la Unión Europea decidió desplegar EUTM Somalia en 2010. Desde entonces, la contribución nacional ha sido permanente y ha aumentado en los últimos meses. Todo ello porque estamos convencidos de que la seguridad y el progreso de Somalia son factibles, aunque el desafío sea descomunal. Además, un futuro pacífico y estable es muy necesario no solo para el país y la región del Cuerno de África, sino también para Europa.
¿Cuál es la principal dificultad a la hora de instruir a los somalíes?
Hablo mucho con nuestros instructores, y siempre me dicen que no hay grandes diferencias en formar a soldados en Somalia en comparación con sus respectivos países. Al final, se trata de adiestrar a unidades militares para que sean eficaces y operativas, y esto es algo que compartimos todos los ejércitos del mundo. Sin embargo, es obvio que hay muchas dificultades, desde la barrera idiomática, que obliga a emplear intérpretes de forma permanente, hasta la distinta mentalidad y vivencias del soldado somalí, así como su bajo nivel de formación y educación. Todo ello supone un reto importante para los instructores europeos, pero sé que se esfuerzan a diario para conseguir unidades bien adiestradas y preparadas para enfrentar las amenazas que aún persisten en Somalia.
¿La fortaleza del soldado somalí?
Destacaría su enorme ilusión por aprender y su permanente determinación para ser útiles a su país y a su población. Además, se muestran extremadamente agradecidos por nuestro trabajo para mejorar su formación militar, y no dudan en reconocerlo ante sus instructores, como subraya siempre el jefe del equipo de adiestramiento de EUTM Somalia, el teniente coronel español Carlos Guarnizo.
¿Cómo se mueven por la ciudad? ¿Qué medidas de seguridad llevan?
Aunque es imposible garantizar un riesgo cero, nuestros movimientos se realizan en los vehículos Lince, que tienen unas altas medidas de seguridad; escoltados por una fuerza de protección muy bien preparada; y siempre realizamos una evaluación de riesgos antes de acometer cualquier actividad.
¿Cómo es Mogadiscio?
Mogadiscio es una ciudad destrozada por muchas décadas de conflicto, que apenas cuenta con calles asfaltadas y donde la mayoría de las casas son de uralita o están en condiciones muy precarias. Tampoco hay un sistema de alcantarillado, y el servicio de recogidas de basura es prácticamente inexistente. Pero también hay mercados, algunos centros comerciales, colegios y hospitales, y cada vez más edificios en construcción; y, sobre todo, personas que viven y están esperanzados en un futuro mejor para su país. Cuando atravesamos Mogadiscio con nuestros convoyes, muchos somalíes nos transmiten su gratitud, y este agradecimiento justifica con creces nuestro trabajo y esfuerzo en este país. Todos estamos convencidos de que algún día -todavía lejano-, Mogadiscio será una ciudad habitable y próspera, y la capital de un país seguro y estable.
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