Una espectacular nueva imagen de la Vía Láctea. Eso
Una espectacular nueva
imagen de la Vía Láctea ha sido revelada con la culminación del rastreo de la
galaxia mediante el telescopio APEX (Atacama Pathfinder Experiment), ubicado en
Chile. A través de la encuesta ATLASGAL (APEX Telescope Large Area Survey of
the Galaxy), este telescopio ha observado el área completa del plano
galáctico visible desde el hemisferio sur, por primera vez en longitudes de
onda submilimétricas -entre la luz infrarroja y las ondas de radio- y
de forma más precisa que las encuestas recientes basadas en el espacio. El
telescopio pionera APEX de 12 metros permite a los astrónomos estudiar
el Universo frío: el gas y el polvo sólo unas pocas decenas de grados por
encima del cero absoluto.
La imagen proporciona
una vista detallada de la distribución densa de gas frío a lo largo del plano
de la Vía Láctea. Incluye la mayoría de las regiones de formación de estrellas
en la Vía Láctea austral.
Los nuevos mapas
ATLASGAL cubren un área del cielo 140 grados de longitud y 3 grados de ancho,
más de cuatro veces más grande que la primera versión ATLASGAL. Según un
comunicado del European Southern Observatory (ESO), el sondeo ATLASGAL es el
gran programa individual más exitoso de APEX, con casi 70 artículos científicos
asociados ya publicados, y su legado se ampliará mucho más con todos los
productos de datos reducidos disponibles desde ahora para toda la comunidad
astronómica.
En el corazón de APEX
se encuentran sus sensibles instrumentos. Uno de ellos, LABOCA (de LArge
Bolometer CAmera, gran cámara bolómetro) fue utilizado para el sondeo ATLASGAL.
LABOCA mide la radiación entrante registrando los pequeños aumentos de
temperatura que provoca en sus detectores, y puede captar emisiones de
las bandas de polvo oscuro y frío que oscurecen la luz estelar.
Nueva versión
La nueva versión de
ATLASGAL, complementa observaciones del satélite Planck de la ESA. La
combinación de los datos de Planck y APEX permitieron a los astrónomos
detectar emisiones repartidas en un área mayor del cielo y, a partir de ahí,
estimar la fracción de gas denso que hay en el interior de la galaxia. Los
datos de ATLASGAL también fueron utilizados para crear un censo completo de
nubes frías y masivas en las que se están formando las nuevas generaciones de
estrellas.
"ATLASGAL nos
permite obtener información reveladora sobre dónde se forma la siguiente
generación de cúmulos y de estrellas masivas. Combinando estas observaciones
con las de Planck, ahora podemos encontrar una relación con las
estructuras a gran escala de nubes moleculares gigantes", comenta
Timea Csengeri, del Instituto Max Planck de Radio astronomía (MPIfR), en Bonn
(Alemania), quien dirigió el trabajo de combinar los datos de APEX y Planck.
Leonardo Testi (ESO),
miembro del equipo ATLASGAL y científico del proyecto europeo para el proyecto
ALMA, concluye: "Gracias a ATLASGAL tenemos una nueva y transformadora
forma de ver el denso medio interestelar de nuestra propia galaxia, la Vía
Láctea. La nueva versión del sondeo completo abre la posibilidad de explotar
este maravilloso conjunto de datos para llevar a cabo nuevos descubrimientos.
Muchos equipos de científicos ya están utilizando los datos ATLASGAL para
planificar con detalle sus posteriores observaciones con ALMA".
LA RAZÓN.es
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