La
población española crece poco y a un ritmo desigual, pero al menos crece. En 2017 aumentó en 132.263 personas, un 0,3% más, hasta 46.659.302 personas. Ese año hubo
un saldo vegetativo negativo de -31.245 personas, porque murieron más residentes de los que nacieron. Fue el impulso renovado de la inmigración,
que alcanzó datos similares a los de sus años de bonanza, el que sacó al país de la caída demográfica: se registraron 532.482 inmigraciones procedentes del extranjero. También se marcharon 367.878 personas, pero el saldo fue positivo, con 164.604 nuevos residentes de otras nacionalidades. Por provincias, no todas tuvieron la misma capacidad de atraer a nuevos vecinos: Santa Cruz de Tenerife fue la que más creció en términos relativos y Zamora la que más población perdió.
Santa Cruz de Tenerife (1,4% más), Baleares (1,4%) y Madrid (1,1%) fueron las que más crecieron en 2017, junto con Cataluña, las provincias del litoral mediterráneo —excepto Castellón— y andaluz, además del núcleo de
País Vasco, Navarra y La Rioja, y Guadalajara. El centro y noroeste del país se mantiene estancado y pierde habitantes, con especial intensidad en Zamora (-1,5%), Ciudad Real (-1,1%) y Ávila (-1%). También cae con fuerza la población en León (-0,9), Cáceres (-0,9%) y Jaén (-0,8%).
Las provincias que más crecieron en 2017 ganaron población española y extranjera. En
Madrid aumentó en un 0,67% la población española, con 38.500 vecinos más y otros tantos extranjeros (34.500, un 4,96%). En las islas, el impulso vino sobre todo de otros países: Santa Cruz de Tenerife ganó 11.491 residentes de otras nacionalidades, un 7,62% más, frente a 2.938 españoles (0,33%) y Baleares sumó 11.097 extranjeros (un 5% más), junto a 4.500 españoles (0,49%).
La caída de la población en
Zamora (-1,5%) y Ávila (-1%) tuvo más que ver con la marcha de sus vecinos españoles. De Zamora se fueron 2.669, que en términos porcentuales representa un 1,55% de pérdida difícil de compensar con los 17 vecinos extranjeros extra que se registraron. En Ávila la situación fue similar: se fueron 1.824 ciudadanos de nacionalidad extranjera (-1,21%) y solo aumentó en 219 (1,99%) el número de extranjeros.
Ciudad Real pierde por todos los lados: cayó en un 0,75% la población española (3.570 residentes menos) y en un 6% la extranjera (1.818 ciudadanos menos procedentes de otros países).
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