Rosalia Sánchez
Martin Winterkorn se enfrenta a hasta 10 años de cárcel.
Martin Winterkorn en una imagen de archivo - REUTERS
Será un juicio por vía penal y Martin Winterkorn se enfrenta a hasta 10 años de cárcel. La justicia alemana ha acelerado el procedimiento por el «dieselgate» inculpando por fraude al expresidente de Volkswagen y a otros cuatro responsables del fabricante por trucar millones de coches diésel para falsear las mediciones de contaminación. Winterkorn ha sido acusado de «fraude» y «violación de la ley contra la competencia desleal», según el comunicado de la fiscalía de Brunswick, que no ha divulgado, por otra parte, la identidad de los otros cuatro inculpados ni sus funciones pasadas o presentes en Volkswagen.
El expresidente del más emblemático fabricante alemán de automóviles estaba a cargo de la empresa cuando estalló el escándalo, en septiembre de 2015, y «no divulgó, cuando tuvo conocimiento», el 25 de mayo de 2014, «a las autoridades y a los clientes en Europa y Estados Unidos, las manipulaciones ilegales de motores diésel», afirma la fiscalía.
Se le reprocha asimismo que debería haber dimitido mucho antes por el escándalo y se le acusa de «no haber impedido la venta de coches equipados con programas» capaces de falsear los niveles de contaminación ni a partir del momento en que tuvo conocimiento del asunto ni a partir del momento en el que la prensa alemana publicó los primeros informes al respecto.
El grupo Volkswagen, a su vez, está acusado de haber procedido «con el aval de Winterkorn» en noviembre de 2014 a una actualización «inútil» de un programa para «continuar disimulando» el fraude. El gigante alemán, que agrupa a doce marcas, admitió en 2015 haber equipado 11 millones de coches con programas capaces de falsear el nivel de emisiones.
El sumario de este juicio acumula ya 75.000 páginas. La directiva de Volkswagen cerró filas durante meses en torno a Winterkorn y su equipo pero finalmente reconoció en 2016 que su expresidente fue advertido a través de un «memo» de mayo de 2014 sobre las irregularidades de los niveles de emisiones en Estados Unidos. Martin Winterkorn, ingeniero, al frente de Volkswagen entre 2007 y 2015, presumía de conocer «cada tuerca» de sus modelos y marcó un estilo propio de dirección en la empresa automovilística alemana, muy personalizado y autoritario, que se vino abajo tras el escándalo, sumiendo en la compañía en la peor crisis de su historia y a la industria alemana en un periodo de incertidumbre que está dañando gravemente tanto el «made in Germany» como las perspectivas de crecimiento del PIB alemán.
En Estados Unidos, donde Volkswagen se declaró culpable de fraude y obstrucción a la justicia, ocho actuales y exdirigentes de la empresa, entre ellos Winterkorn, han sido procesados por «fraude» y «conspiración». La defensa de Volkswagen sostiene que fue un puñado de ingenieros quien organizó el engaño, sin que lo supiesen sus superiores, y que las informaciones conocidas por los directivos no los obligaba a informar al mercado. Hasta ahora el fraude le ha costado a Volskwagen unos 29.000 millones de euros en llamadas a revisión de coches y procedimientos judiciales. La mayoría de este monto se pagó en Estados Unidos. En Alemania se contabilizaron el año pasado dos multas por 1.800 millones de euros y, además del juicio ya iniciado, se perfila otro más, después de una querella colectiva que ya suma a más de 410.000 clientes.
Tras su dimisión y a partir de principios de 2017, Martin Winterkor cobra una pensión diaria de 3.100 euros, según información publicada por «Bild», una de las más altas que cobran o han cobrado responsables empresariales en la historia de Alemania. Hasta el 31 de diciembre de 2016 percibió un salario base anual de 1,6 millones de euros y a partir de 2017 recibe un 70% de su sueldo base, es decir, 93.000 euros al mes. En su último verano al frente de la empresa, ya estallado el escándalo, cobró además 4,1 millones de euros en concepto de bonus y a final de año 1,7 millones adicionales. Otros miembros de la directiva, como gesto de cara a los empleados, renunciaron al 30% de sus bonus debido a la crisis. Winterkorn, que en el momento de su dimisión era el ejecutivo mejor pagado de Alemania, no participó de esa iniciativa y en su último año antes de conocerse el fraude cobró de Volkswagen más de 16 millones de euros en total.
Por otra parte, el «dieselgate» deparó a Volkswagen pérdidas récord de 1.600 millones de euros en el primer año tras destaparse el fraude y la directiva, encabezada ahora por Matthias Müller, anunció la reducción de 30.000 puestos de trabajo hasta 2020, además de no renovar los contratos de varios miles de trabajadores temporales.
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