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Jesús García Calero
Hay países que, incluso en un proceso tan complejo como el Brexit, no renuncian investigar lo mejor de su historia. El Reino Unido sigue avanzando en el estudio coherente de las naves que le permitieron convertirse en el imperio hegemónico en el siglo XIX. España -hegemónica entre el XVI y el XVII- ha fallado hasta ahora en dar prioridad a este cometido y en hacer sistemática y prioritaria la mejora de este campo científico.
Gran Bretaña acaba de poner en marcha el mayor proyecto arqueológico subacuático desde el Mary Rose (cuyo museo reabrió la pasada semana con el barco completamente visible y estabilizado, sin tubos ni peceras), que fue reflotado en 1982. Y como hacen los países civilizados (no miramos a nadie) establecen prioridades científicas por relevancia histórica. Ahora llega el turno del HMS Invincible, el buque que podría servir de nexo entre el Mary Rose y el HMS Victory, el buque de Nelson. Su naufragio en 1758 fue una concatenación de mala suerte. Su ancla quedó presa bajo el casco en el momento en que iba a empezar a navegar hacia Nueva Escocia. Entonces el timón se atascó en los bancos de arena de la zona. Y así estuvo tres días, permitiendo salvar la tripulación de setecientos hombres y buena parte de la artillería y la carga. Entonces se desató una tormenta y se fue a pique. El banco de arena que había cubierto el pecio se ha desplazado 700 metros desde entonces, por lo que ahora está visible, expuesto al deterioro.
El proyecto del Maritime Archaeology Sea Trust (MAST) acaba de recibir2 millones de libras para los primeros trabajos, que serán puestos en marcha por la Bournemouth University y el National Museum of the Royal Navy, pero que han convocado también la participación de voluntarios del MAST y de la comunidad de Portsmouth, donde se encuentra concentrada buena parte de la historia naval inglesa.
Para el proyecto relativo a este “pecio que es sin duda una inestimable parte de la historia marítima del Reino Unido -dijo George Osborne, Chancellor of the Exchequer hasta el pasado 13 de julio- y es importante que trabajemos para salvar todo lo que sea posible de sus restos”. De hecho la asignación de esos 2 millones ha sido uno de los últimos actos oficiales firmados por el ya exministro del Tesoro. El pecio del HMS Invincible se encuentra en el estrecho de Solent, no lejos de donde se hundió el Mary Rose. Como se recordará, la excavación del buque de Enrique VIII comenzó después de sondear el fondo del estrecho, que iba a ser dragado para permitir el paso de los nuevos portaaeronaves de la British Navy. Pasado y presente, respeto por la historia y mirada al futuro han de estar unidos.
Osborne -un ministro de Economía que habla con respeto de arqueología e historia naval (y no miramos a nadie)- afirmó que “este proyecto tendrá un altísimo valor añadido porque servirá de apoyo a veteranos militares, personal de servicio y jóvenes discapacitados que aprenderán nuevas habilidades y ayudarán a poner a disposición del público los objetos recobrados del pecio”.
El zapato de un marinero del HMS Invincible
El HMS Invincible fue botado en Francia en 1744 como L’Invencible, y resultó capturado por los ingleses el 3 de mayo de 1747 en la batalla de Finisterre. Se hundió en el Solent en 1758, como hemos dicho. El lugar quedó en olvido hasta 1979, cuando una red de pesca se enredó en sus maderos. En 1980 hubo una primera inspección arqueológica a cargo del comandante John Bingeman, según ha informado “The Times”. Sus restos tienen un gran valor histórico y arqueológico por diversas razones. En lo relativo a su relevancia internacional cabe destacar que su diseño estaba adelantado a su tiempo. El propio comandante británico en Finisterre, George Anson, pasó una década tratando de persuadir al Almirantazgo de que adoptase los diseños de ese buque. Con 74 cañones, su nuevo perfil permitió la evolución de los barcos ingleses, ya que fue copiado por los artesanos en los astilleros, convirtiéndose en la columna vertebral del diseño británico hasta el final de la navegación a vela.
En la batalla de Trafalgar, por ejemplo, más de las tres cuartas partes de los buques de línea de la flota inglesa respondían a ese diseño, con 74 cañones, las consolas de baos de acero, etc. En concreto el HMS Invincible llevaba 200 de estas escuadras que soportan las cubiertas, tradicionalmente de madera. Posteriormente, también fue el primer barco equipado con otras piezas de acero en el corazón del casco, diseñando para cambiar las viejas cocinas de ladrillo y pedernal por estas, más modernas, metálicas. De hecho, hablamos del barco que más influyó en la industrialización de los astilleros ingleses, y por tanto, de una de las bases de laera industrial inglesa que se desarrolla en el siglo XIX. La gran historia también cambia si se investiga este yacimiento donde estaba el zapato de un marinero.
El pecio ha sido valorado también como el más completo para estudiar la arquitectura naval de mediado del siglo XVIII, aparte de que el yacimiento está lleno de referencias históricas y objetos para desvelar misterios sobre el diseño naval francés e inglés de la época. Cabe añadir que, por entonces, también en España había una cierta “revolución” en ciernes, con las novedades que introduciría Jorge Juan, el gran científico ilustrado y marino español, después de una misión de espionaje en los astilleros británicos que tuvo como resultado una verdadera cultura de cambios y mejoras que afectó a nuestro sistema naval. Precisamente, en los últimos años, el Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC ) ha trabajado sobre el Triunfante, el único resto -ya expoliado- de un buque que seguía los diseños traídos a España por Jorge Juan. La publicación de esos trabajos es la mayor aportación en nuestro país a esta época.
Hay una G inscrita en esta pieza de madera
Esa buena noticia, que en el terreno divulgativo tuvo el añadido de un notabledocumental sobre el Triunfante, no puede ocultar, sin embargo que el siglo XVIII, como el XVII y el XVI, es un siglo en el que España mantiene un protagonismo internacional en la navegación y las innovaciones navales que no ha sido estudiado como debe. ¿Por qué?
Por ello, y para ser positivos, deberíamos mirar con sana envidia la decisión de los ingleses de excavar el HMS Invincible, mientras en España seguimos el rastro de los expolios casi exclusivamente, es decir, que no hay un proyecto puesto sobre la mesa como este, o como el Mary Rose anteriormente citado, sino que centramos nuestros esfuerzos -encomiables pero del todo insuficientes- en la fragata Mercedes y el Triunfante, que ya han sido expoliados cuando llegaron a sus restos nuestros arqueólogos.
¿Es que no tenemos barcos para investigar de relevancia comparable? Tenemos cientos, si no miles, incluso algunos muy relevantes ya localizados, galeones por nuestras costas -por no hablar de las de América-, en espera de un político con iniciativa y respaldo que decida por dónde empezar. ¿O es que no tenemos esa iniciativa, ideas, medios puestos a la disposición, prioridades científicas, interés en la sociedad?
Querido lector: seguramente compartes a estas alturas el entusiasmo por la historia naval de nuestro blog y comprenderás igualmente la desesperación que nos causa ver que los países con gran historia naval hacen todos sus deberes con decisión e inteligencia (y algún dinero) y en España vivimos en la excepción con complacencia, aún estamos en pañales y la situación política sumada a la complicada relación que mantenemos con nuestra historia -siempre en manos de amigos de la leyenda negra extranjeros o patrios- no ayuda. Pero Suecia (Vasa, Kronan,Mars), Inglaterra (los ya citados), Holanda, (recientemente se ha sumado), Francia, siempre por delante en el campo de las prioridades y los criterios de una política estatal, y otros no paran de poner nuevos proyectos sobre la mesa. Le dan la importancia que tiene la arqueología de época moderna desde las humanidades. Pronto parecerá que España no hizo nada entre el XVI y el XVIII. Bueno, tenemos en Colombia un proyecto para el galeón San José, pero en ese proyecto España está actuando como mero espectador (responsabilidad grave también del Gobierno de Santos) y encima todo indica que se hará financiado por cazatesoros. ¿Cuándo cambiará esta situación?
Personal de la Universidad de Southampton, en una reciente inmersión en el pecio del HMS Invincible
Volviendo al proyecto inglés, cabe señalar cómo ellos marcan una mirada comprehensiva de su historia y cierran con el HMS Invincible el primer círculo de estudio sobre la era de la navegación. Hay más pecios, importantes por supuesto, pero con estos tres -Mary Rose, Invincible, Victory, su mirada abarca más tres siglos. Además están orgullosos de su sociedad civil a la que invitan a participar (y tampoco aquí miramos a nadie), con el fin de que todo el potencial de esta excavación ayude a cohesionar un país con el relato científico de su historia y no con cuentos chinos, patrañas o visiones sesgadas o ideológicas, como en otras latitudes más bananeras.
El proyecto inglés subraya que en sus museos no se muestran muchos objetos de barcos de esta época y a ello suma el hecho de que el sitio está sufriendo daños con lo cual el HMS Invincible será salvado para la historia.
Así, causa emoción ver las primeras piezas extraídas, que también hablan de la vida a bordo y de una sociedad completa desde lo más humilde a la nobleza: un zapato de un marinero, una llave, algunos elementos constructivos del barco… y las imágenes y fotogrametrías que van a permitir ahondar en la excavación. Una nación que da pasos muy firmes en la buena dirección. La historia hay que contara. Si no la borra el mar.
¿Estamos a la altura de las naciones de nuestro entorno?
No miremos a nadie. Tenemos un buen espejo en nuestra historia naval.Mirémonos nosotros.