En los
Juegos Olímpicos de 1972, 11 israelíes fueron asesinados en el ataque de un
comando del grupo palestino 'Septiembre Negro'.
Un terrorista palestino en un balcón, durante el secuestro de 11 atletas israelies en la Villa Olímpica de Munich. AP
El nombre de Múnich siempre estará asociado a uno de los
atentados terroristas más conocidos del siglo XX. El asesinato de 11 atletas
israelíes en los Juegos Olímpicos de 1972 permanece
como una dolorosa herida en la memoria colectiva de Israel y constituye uno de
los capítulos más negros en la historia de las Olimpiadas. El ataque de un
comando del grupo palestino 'Septiembre Negro' conmocionó
al mundo y cambió el concepto de seguridad en los grandes eventos deportivos.
A las 4.30
de la madrugada del 5 de septiembre del 72, ocho
terroristas palestinos ataviados con chándal se infiltraron en
la Villa Olímpica de la ciudad alemana y buscaron las habitaciones de la
delegación israelí. El entrenador del equipo de lucha libre, Moshé Weinberg (33),
fue la primera víctima al ser acribillado por un atacante que escondía en su
bolsa granadas y un fusil AK47.El comando del grupo-creado por la OLP (Organización para la Liberación de
Palestina) tras los ataques y expulsión de Jordania en septiembre de 1970-
mantuvo a los deportistas israelíes como rehenes. Exigieron la liberación de 234 presos árabes en las cárceles israelíes y de dos
terroristas alemanes, Andreas
Baader y Ulrike Meinhof,
encarcelados en Alemania.
La jefa de
Gobierno israelí, Golda
Meir, rechazó negociar un canje. "Si negociamos y cedemos, ningún israelí estará seguro en
ninguna parte del mundo", argumentó al tiempo que envió a
Múnich a varios oficiales y asesores en la lucha antiterrorista para supervisar
el rescate. "No se preocupen. Nosotros liberaremos a los rehenes",
les comunicaron las autoridades alemanes evitando cualquier acción israelí.
Pero la operación de rescate en el aeropuerto de Furstenfeldbruck fracasó
estrepitosamente. Al margen de los atletas israelíes, murieron un policía
alemán y cinco de los ocho palestinos. Los tres detenidos fueron liberados 53
días más tarde en un canje a raíz del secuestro de un vuelo de Lufthansa a
cargo de 'Septiembre Negro'.
Pese a la
protesta e indignación de Israel, los jerarcas del movimiento olímpico decidieron no suspender los Juegos.
"Es una mancha que siempre acompañará al Comité Olímpico
Internacional", denuncia a EL MUNDO Ankie,
la viuda del entrenador de esgrima asesinado, André
Spitzer. "Los terroristas dijeron que sólo querían liberar
a sus compañeros pero es mentira. Llegaron para masacrar. Mi marido me había
dicho que los Juegos sirven para unir pueblos".
Pero
Múnich no acabó allí. Golda Meir convocó en su despacho a su asesor en la lucha
antiterrorista, Aharon
Yariv y al jefe del Mosad, Zvi Zamir.
"¡Una vez más, judíos son asesinados, presos y con las manos atadas en
tierras alemanas!", exclamó con rabia recordando el Holocausto judío a manos de los nazis.
Zamir
indicó que, según las informaciones del Mosad, la cúpula del grupo palestino
había decidido cometer más atentados contra Israel. Fue cuando se decidió la
llamada 'Miftza Zaam Hael' (en hebreo, 'Operación Ira de Dios') destinada a
localizar y matar a los responsables de la matanza de Múnich. "Hay que
buscar a los terroristas estén donde estén y convertirles
de perseguidores en perseguidos", sentenció la jefa de
Gobierno.
La reunión
acabó con la orden de Golda Meir al jefe del Mosad: "Envía
a los chicos". La unidad 'Cesarea' cumplió la misión en
diversas ciudades de Europa. Entre los que mató, el cabecilla del atentado, Ali Hassan Salameh.
El fundador de 'Fuerza 17'- unidad especial de Al Fatah de Yasir Arafat-
fue liquidado por el Mosad el 22 de enero del 79. Seis años antes, los
servicios secretos israelíes se equivocaron en la identificación en Lillehammer
y mataron por error a un ciudadano noruego de origen marroquí que pensaron que
era Salameh.
Israel
acusó a Arafat de estar detrás de numerosos atentados cometidos por 'Septiembre
Negro'. El cerebro intelectual de Múnich 72, Abu
Daoud consiguió
desaparecer del radar del Mosad. El palestino acompañó a los terroristas a la
verja de la Villa Olímpica antes de huir. Hace exactamente seis años, falleció
en Damasco debido a un fallo renal. En posteriores entrevistas, Abu Daoud
señaló que en Múnich sólo
buscaban un canje. Nunca mostró arrepentimiento: "Antes de
Múnich, para el mundo sólo éramos terroristas. Después de Múnich, al menos la
gente empezó a preguntar ¿quiénes son y qué quieren estos terroristas?".
Familiares
de los atletas asesinados participaron hace unos días en una ceremonia especial
con los 47 deportistas israelíes que viajan a los Juegos de Rio. Como cada
cuatro años, son los más protegidos en la cita olímpica tanto por los
organismos de seguridad locales como por agentes israelíes. Debido a la larga
experiencia en la lucha antiterrorista-especialmente en las facetas de
prevención, protección y reacción inmediata- agencias de seguridad israelíes
suelen ser contratadas para grandes eventos. Río
de Janeiro no es una excepción. No sólo con asesoría de
seguridad sino también con el satélite
Eros-B capaz de
captar imágenes a una espectacular resolución.
44 años
después, Múnich vuelve a ser noticia mundial por disparos y muertos.
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