Gonzalo López Sánchez
La sonda «Trace Gas Orbiter» ha mandado 11 nuevas fotografías durante el calibrado de sus instrumentos. En el futuro investigará el posible origen biológico del metano en la atmósfera del planeta rojo.
Una de las fotografías captadas. Cada rectángulo ha sido captado por un «filtro» distinto. La imagen final es una composición de las cuatro - ESA
Aunque probablemente el programa ExoMars es recordado por el fracaso del módulo de aterrizaje Schiaparelli, que se estrelló en Marte en Octubre, la misión también depende de un satélite de exploración, el «Trace Gas Orbiter» (TGO), que este martes ha enviado sus primeras imágenes de la superficie del planeta rojo.
Según ha explicado la ESA en un comunicado, la primera de las 11 fotografías se tomó a una distancia de 5.300 kilómetros, en un punto próximo al terminador de la mañana, la región que separa la noche y el día marcianos durante el amanecer. Las otras 10 capturas muestran varias regiones marcianas como Arsia Chasmata, Hebes Chasma o las proximidades del cráter Da Vinci, y en todas ellas se puede apreciar la diversidad del terreno marciano.
Las 11 imágenes se tomaron el pasado 22 de noviembre a lo largo de la órbita de la sonda. Esta se caracteriza por su elevada excentricidad, lo que quiere decir que es muy elíptica y que hay mucha diferencia entre el punto más cercano y el más lejano: tanto que en la nave puede pasar de los solo 230 kilómetros a la superficie a los 98.000 en tan solo 4,2 días.
En esta ocasión, durante el momento de máxima aproximación, la «Trace Gas Orbiter» pasó a 235 kilómetros de la superficie y tomó imágenes al Norte de Valle Marineris, el gran sistema de canales de Marte.
En busca de gases
En general, el objetivo primordial de la sonda «Trace Gas Orbiter» (TGO) es investigar el origen de gases minoritarios en la atmósfera de Marte. Todos ellos forman menos del uno por ciento de la atmósfera, e incluyen vapor de agua, dióxido de nitrógeno y acetileno. Pero el más importante es probablemente el metano, porque en la Tierra este gas está relacionado con la actividad biológica y minoritariamente con la actividad geológica, pero cuyo origen no está claro en Marte.
Para ello, la TGO analizará posibles procesos geológicos como la sublimación, la erosión o el vulcanismo. Cuenta para ello en primer lugar con la cámara que ha tomado estas imágenes, el instrumento CaSSIS. Son las siglas de «Colour and Stereo Surface Image System», y recibe este nombre porque es una cámara de alta resolución que capta simultáneamente imágenes de varios colores para hacer una composición con distintos tipos de información.
Este instrumento permite ver el suelo, así que también sirve para buscar potenciales lugares de aterrizaje para futuras misiones, como la esperada segunda misión del programa ExoMars, ExoMars 2020. El objetivo de esta es aterrizar allí un rover de exploración capaz de perforar el subsuelo e investigar las condiciones físico-químicas de las profundidades y posibles huellas en los que no haya amenazas y al mismo tiempo se espere obtener resultados positivos.
La cámara CaSSIS está en la parte de la TGO que apunta hacia la Tierra, pero a causa de la dinámica de la órbita la sonda tiene que cabecear para lograr hacer un barrido eficaz. Y todo sin dejar que los paneles solares apunten al Sol y que los radiadores, que disipan el exceso de calor en la parte de la nave que está expuesta a la estrella, queden a su vez bajo el influjo de la radiación.
Junto a CaSSIS, los instrumentos NOMAD y ACS a bordo de la «Trace Gas Orbiter» buscarán las fuentes de gases y su posible relación con el origen biológico o geológico del metano de Marte.
Mapa global de agua marciana
Además de estos, la agencia espacial rusa Roscosmos ha puesto el instrumento FREND a bordo para detectar los neutrones provenientes de la superficie marciana. El interés de esto es trazar un gran mapa de Marte con información con la composición de la superficie, y muy concretamente de la presencia de hielo y agua en el subsuelo.
Tal como explicaron a ABC portavoces de la ESA, esto será clave no solo para posibles futuras misiones tripuladas, sino también para enviar el rover de ExoMars 2020 en busca de huellas de vida marciana. En caso de que los análisis de la composición de metano apuntaran en la dirección de que su origen puede ser biológico (esto podría ocurrir a partir de 2018), sería clave poder cruzar esta información con la de la presencia de agua.
Todos estos trabajos contarán con el apoyo y la colaboración de las misiones de la NASA «Mars Express» y «Mars Reconnaissance Orbiter». Precisamente esta última permitió detectar el lugar del accidente del módulo Schiaparelli.
La «Trace Gas Orbiter» ha estado desde el día 20 hasta el 28 calibrando los instrumentos científicos por primera vez desde su llegada.
Está previsto que a partir de enero de 2017 se ajuste a una órbita más adecuada para las comunicaciones y los experimentos de ciencia, y que entones su órbita dure solo un día. Para eso, la ESA ejecutará por primera vez en su historia la complicada maniobra del aerofrenado, que aprovechará la fricción de la atmósfera de Marte para ralentizar la nave y ajustarla a una órbita circular de tan solo 400 kilómetros de altura, comparable a la que está la Estación Espacial Internacional (ISS) en la Tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario