LAURA L. CARO
Se han catalogado 43 menciones a nuestro país procedentes de forma directa de líderes u organizaciones terroristas.
El califato por implantar, según las pretensiones de Daesh
El pasado 18 de julio se detectaba la que es hasta la fecha la amenaza más directa y más dura del yihadismo contra España, un comunicado de cuatro páginas difundido por la agencia al-Wafa ligada a los dirigentes del Daesh que instaba a los «Nobles Hermanos» a «castigar a los criminales españoles en cualquier lugar (...) con bombas, ametralladoras, atropello con coches, naufragio de barcos, desvío de trenes o aviones o fumigación de veneno en el agua y la comida». «Levántate, secuéstralos y decapítalos», reclamaba el texto a los «leales» musulmanes de Marruecos, Túnez o Libia.
Este llamamiento irrumpía en medio de un año en que el número de referencias a nuestro país en los vídeos, comunicados, entrevistas o cartas deliberadamente producidas para el consumo masivo por organizaciones y líderes terroristas ha batido todo los récords.
El cómputo del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI) de la Universidad de Granada que realiza el profesor Manuel R. Torres, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, eleva por ahora estas menciones a 43, -cerca de doble de las 23 que se registraron en 2015-, todas de procedencia reconocible, firmadas por las siglas de grupos como Daesh o Al Qaeda, por individuos «inequívocamente» vinculados a ellos o difundidas a través de las plataformas mediáticas de su órbita. Y que solo en contadas ocasiones encierran una amenaza expresa. Lo que no significa que no tengan «un sentido amenazante», razón por la que esta acumulación de impactos sobre España en la redes, por muy inocuos que parezcan -caso de una fugaz imagen de la Alhambra o de la Sagrada Familia en un vídeo islamista-, es de por sí «preocupante» en tanto fomenta la radicalización. Esto es, «legitima la violencia contra el país y sirve como acicate a personas que no han dado el salto a la militancia violenta», explica el experto, que añade que «estaríamos mucho mejor fuera del radar de esas organizaciones porque es un indicador de riesgo».
La maquinaria «incomparable»
La alusión más recurrente que afecta a España tiene que ver con Al Andalus, muchas veces realizada en términos poéticos -«Oh, Andalus querida, oh Andalus expoliada, no creas que te hemos olvidado», declamaba un encapuchado en un vídeo publicado en enero por la sucursal del Daesh en Ninawa-, detrás de lo que siempre hay «implícito un llamamiento a la acción». Insiste en ello el profesor Torres, que indica que, precisamente, la pervivencia de Al Andalus como símbolo «y punto de cierre de la instauración del califato» para estas organizaciones terroristas explica en parte la importante presencia cuantitativa de España en la propaganda yihadista. Por no hablar de las insistentes alusiones a Ceuta y Melilla, a las que especialmente recurre Al Qaeda en el Magreb Islámico para atacar a Marruecos, cada vez más en el punto de mira de estos grupos.
Pero indica también que la multiplicación de referencias a nuestro país en estos materiales responde en buena medida a la lógica simple de que el «incomparable» volumen propagandístico de su principal emisor, el autodenominado «Estado Islámico» (EI), es cada vez mayor, y por tanto parece «inevitable» que crezcan también el número de menciones a España.
Desde la consultora privada de inteligencia y seguridad AICS, su director ejecutivo, Salvador Burguet, advierte, sin embargo, de que ese aumento responde a otro motivo: la intención superior que el Daesh tiene hoy de «movilizar gente a su favor» cuando está sufriendo pérdidas territoriales en Siria e Irak.
En este contexto, añade, España cobra importancia «pero no como sitio para cometer atentados» -precisa- sino como puente logístico desde el centro de Europa al norte de África para envío de personas rumbo al califato. Pero no solo. El experto asegura que dentro de esta «ruta española» ya se detuvo en agosto en el paso de Beni Enzar (Melilla), a un marroquí con pasaporte belga que había cruzado el estrecho desde el puerto de Almería llevando un coche cargado de productos químicos aptos para fabricar explosivos, presuntamente destinados a un ataque en el vecino Reino Alauí.
Mentiras para el odio
De las artes que los grupos yihadistas están empleando para procurarse esa «movilización» dan cuenta análisis de esta empresa que ponen en evidenciael uso de la mentira como arma para soliviantar a los musulmanes contra España. Difundidos también por la agencia al-Wafa fueron unos documentos traducidos a un castellano muy defectuoso en los que se hablaba de falsos bombardeos del Ejército español en Siria e Irak, así como de acciones aéreas en Yemen, Somalia o Mali, que nunca han ocurrido, tras lo que se incitaba a «matar a cualquier infiel español».
Los textos aparecían rubricados por una «kunya» o mote -Abu Bara bin Malik... (hijo de Bara bin Malik)- no real y AICS cree que el autor sería un mero simpatizante de las organizaciones terroristas sin mayor relación con ellas.
Tampoco se identificó al autor directo de uno de los escritos que más curiosidad han podido suscitar este año, en tanto que se introducía en el terreno de la política nacional española para reflexionar sobre las elecciones del 26-J e incluso aconsejar el voto para el partido que «fuera financiado por los takfires de Irán», es decir, Podemos. La mera valoración de este proceso conduce a la consultora AICS a sentenciar la «falsedad» de este documento, en tanto «el islamismo radical es contrario a la democracia y todo lo que se deriva de ella», explica Salvador Burget.
El «ejército» anónimo
Más allá del epicentro de la propaganda yihadista, en las redes sociales habitan cuentas anónimas de difusión de contenidos yihadistas emitidos desde España y que apuntan a España, por ejemplo manipulando la labor de las Fuerzas de Seguridad o sembrando odio por la existencia de presos islamistas. Estos perfiles son muchas veces objeto de seguimiento por parte de otros internautas vigilantes que los denuncian y provocan su clausura. Existe constancia de alguna de estas cuentas, cuyo registro histórico mostraba contactos con seguidores de Estado Islámico en el extranjero,había sido desactivada a fecha de mayo hasta 499 veces.
Del potencial de radicalización que tienen estos sitios es buen reflejo que ciertos vídeos que han incorporado, generalmente los más duros, han sumado hasta mil visionados en diez minutos, según AICS.
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