Roslía Sánchez
La compañía justifica este retroceso de sus beneficios por la provisión realizada por importe de 1.400 millones de euros en relación con una eventual multa de la Comisión Europea por una supuesta colaboración con Daimler y Volkswagen.
El grupo vendió en el primer trimestre 605.333 vehículos, un 0,1 % más que el mismo período de 2018, - ABC
En la cultura económica alemana, el símbolo BMW representa una especie de tótem ajeno a los ciclos y las crisis, por eso es especialmente significativo lo que le ha sucedido entre enero y marzo de 2019. El grupo BMW contabiliza un beneficio de 588 millones de euros después de impuestos en los tres primeros meses del año, lo que supone una fuerte caída del 74,2% en comparación con los 2.282 millones de euros que ganó en dichos meses del año pasado.
La compañía ha justificado este retroceso de sus beneficios por la provisión realizada por importe de 1.400 millones de euros en relación con una eventual multa de la Comisión Europea por una supuesta colaboración con Daimler y Volkswagen para llegar a pactos con el fin de restringir la competencia en el desarrollo de tecnologías de reducción de emisiones de turismos tanto de gasolina como de diésel entre 2006 y 2014. El pasado mes de abril, la corporación alemana ya adelantó que provisionaría más de 1.000 millones de euros por este asunto, anunciando que este proceso podría repercutir de forma negativa sobre sus resultados económicos y reconociendo otro flanco abierto en la crisis del sector automovilístico alemán, que parece no tener fondo.
La empresa comunicó en abril su intención de presentar las alegaciones legales necesarias y aseguró que la revisión de las acusaciones por parte de la CE requiere mucho tiempo, por lo que no está en disposición de adelantar un resultado final de este proceso. Pero el presidente, Harald Krüger, reconoce abiertamente que BMW está registrando un impacto negativo por los altos niveles de gasto vinculados con diferentes áreas que están afectando a todo el sector.
El resultado trimestral se produce en un momento en que BMW se ha convertido de forma involuntaria en el centro de una debate político abierto por el presidente de las Juventudes Socialdemócratas, el irreverente y provocador Kevin Kühnert, que defiende que «sin colectivización, superar el capitalismo es inconcebible» y ha llamado a nacionalizar empresas alemanas para comenzar a construir un «socialismo democrático» y empezando por BMW.
«La pregunta es por qué debería haber pocas personas a las que pertenece BMW exclusivamente y que tienen el derecho exclusivo en gran parte de disponer de las ganancias de la empresa», ha cuestionado Kühnert, en un pretendido ataque a los hermanos Quandt, que poseen el 46,7% de las acciones de BMW. Varios medios alemanes informaron sobre la propuesta con el titular «¿Qué se ha fumado?», pregunta formulada por el diputado alemán Johannes Kahrs, que sospechaba además que «…no puede haber sido nada legal…».
La polémica ha mantenido a BMW en primer línea del debate político durante varias jornadas y por ese motivo, en esta ocasión, sus resultados están en el foco de todos los medios de comunicación, no solamente de los medios económicos o financieros. Incluso la prensa del corazón se hace hoy eco de que la multinacional bávara cerró el primer trimestre del año actual con un volumen de negocio de 22.462 millones de euros, lo que supone un descenso del 0,9%. El beneficio operativo de la entidad alcanzó 589 millones de euros hasta el pasado mes de marzo, un 78,2% menos, al tiempo que su resultado antes de impuestos se contrajo un 75,7%, hasta 762 millones de euros. Su plantilla mundial se sitúa a final de marzo en 134.849 trabajadores, un 0,1% más.
A pesar de esta fuerte caída de su beneficio trimestral, la empresa automovilística ha confirmado sus previsiones de resultados para el conjunto del año, con un beneficio antes de impuestos por debajo del contabilizado en 2018 y un aumento de sus volúmenes en la división de Automoción. Aunque seguramente los datos más preocupantes son los que confirman un descenso de ventas en Europa.
China impulsa las ventas
El grupo, que agrupa las marcas BMW, Mini y Rolls-Royce, vendió en el primer trimestre 605.333 vehículos, un 0,1 % más que el mismo período de 2018, pero solamente gracias a los aumentos en China, donde las ventas aumentan un 10,1%. En Alemania y Estados Unido, sin embargo, la marca pierde gas. En Europa, el grupo BMW vendió 270.676 unidades, de ellas 74.407 en Alemania (-3,5 % menos) y 62.245 en el Reino Unido (+1,7 % más). En Estados Unidos, vendió 82.793 unidades de las marcas BMW y Mini, (-1,9 %), mientras que en Latinoamérica entregó 12.184 unidades (+1 %).
Las cifras de futuro son las de vehículos eléctricos e híbridos, 27.044 en esos tres meses, que son los modelos BMW i, BMW iPerformance y el Mini Electric (+0,7 %). Las ventas del BMW i3 aumentaron en los tres primeros meses del ejercicio, hasta 9.227 unidades (+16,2 %). Más de la cuarta parte de los vehículos de la Serie 2 Active Tourer entregados a los clientes son híbridos y casi el 20 % de Mini Countryman vendidos son también híbridos.
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