Jesús Sérvulo González
Las pensiones y el gasto sanitario subirán con fuerza por la presión demográfica de un país con baja natalidad y alta esperanza de vida.
El gasto de las Administraciones Públicas españolas se disparará en los próximos 30 años por la presión al alza de las pensiones, el gasto en sanidad, cuidados de larga duración y educación, según figura en las proyecciones que ha elaborado el Ministerio de Economía para el Plan de Estabilidad 2019-2021. Los cálculos del Ejecutivo analizan las consecuencias que el envejecimiento de la población tiene sobre las finanzas públicas. El gasto público asociado a este fenómeno será equivalente a un 27,1% del PIB en 2050, tres puntos más que ahora.
Una pareja de personas mayores pasean por el Raval de Barcelona. ALBERT GARCÍA
España tiene una estructura poblacional que simula una espada roma. El número de habitantes es mayor entre los que tienen 45, 55 años y desciende a partir de esos tramos de edad. Esta pirámide de población representa la generación del baby boom, aquellos que nacieron entre finales de los 50 y mediados de los 70. Una generación que ha vivido los años más prósperos de la economía española, pero que también ha padecido los rigores de la peor crisis financiera.
Los primeros baby boombers comenzarán a jubilarse a partir de 2023 y sus pensiones tensionarán las cuentas de la Seguridad Social porque son muchos, han cotizado más y durante más años. Por eso, "la evolución del gasto en pensiones es la principal partida del gasto por envejecimiento, y su ratio sobre el PIB viene determinada en gran medida por la evolución de la tasa de dependencia", explica el plan de estabilidad. Este indicador, uno de los más llamativos del informe, mide la relación entre la población mayor de 64 años respecto a la que tiene edad de trabajar: pasa del 28,6% en la actualidad a 61,9% en 2050 y desciende al 46,6% en 2070. Dicho de otra forma, por cada 100 personas en edad de trabajar que tendrá España dentro de 30 años, habrá casi 62 jubilados, según las proyecciones del Gobierno.
Ese complejo escenario dibujado por el Gobierno en el plan de estabilidaddisparará el gasto en pensiones, que pasará de representar el 12,2% en 2018 al 13,9% del PIB en 2050. Para hacernos una idea del volumen que representa esta partida para el Estado de bienestar, en los últimos presupuestos del Estado, el gasto en pensiones ascendía a casi 140.000 millones de euros, el 40% del total. Un cálculo rápido con una proyección constante de crecimiento del PIB moderada, el gasto en pensiones superará en 2050 los 300.000 millones.
Más natalidad y migración
Economía identifica dos etapas en la evolución del gasto en pensiones: una primera con un aumento constante entre 2016 y 2045 y una segunda de disminución hasta 2070. El incremento de la primera parte se debe a la jubilación de los asociados al baby boom. "La tendencia ascendente de la ratio gasto público en pensiones sobre el PIB se revertiría drásticamente en la segunda mitad del horizonte de proyección, debido a la disminución de la tasa de dependencia a partir de 2050, que alcanzaría el 46,6% en 2070.
Para hacer los cálculos, Economía se ha basado en las proyecciones demográficas de Eurostat que sitúa la población española en los 50 millones en 2070, cuatro millones de habitantes más que ahora. Este incremento se debe al aumento de la natalidad y, sobre todo, a la mayor migración neta. España necesitará trabajadores procedentes de otros países para mantener las pensiones.
El sanitario, es el segundo gasto público más afectado por el envejecimiento. Llegará al 6,8% del PIB en 2050, según los pronósticos oficiales. El aumento de la esperanza de vida, los avances médicos que convierten enfermedades terminales en crónicas y el gasto farmacéutico dispararán estos desembolsos. El gasto educativo, sin embargo, se incrementará en la segunda fase del periodo, cuando se espera que el crecimiento de la natalidad de años anteriores vuelva a llenar las aulas.
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