María Belón, durante el rodaje del documental 'La gran ola'/TWIZÉ
El trabajo, dirigido por el onubense Fernando Arroyo, cuenta con
más de 40 testimonios de científicos, investigares y personas que han sufrido
sus consecuencias, como María Belón, cuya historia inspiró la película 'Lo
imposible'.
El documental hace hincapié en que, a pesar del riesgo real que
existe en España y Portugal de sufrir un gran tsunami, éste sigue siendo un
tema muy desconocido por la población.
¿Es posible que en la Península Ibérica
tenga lugar un tsunami de gran magnitud?
¿Estamos preparados ante un fenómeno de tal calibre? A éstas y otras preguntas
son las que trata de buscar respuesta el documental 'La gran ola', del
realizador onubense Fernando Arroyo, quien regresa a este género tras el éxito
de su ópera prima, 'Islamar III. Herida abierta', sobre la mayor tragedia ocurrida a un pesquero español.
Para ello, 'La gran ola' se nutre del
testimonio de reputados expertos nacionales
e internacionales en la materia, personas que llevan toda su carrera dedicada
al estudio de los tsunamis. Profesionales del Instituto Geográfico Nacional, de
Puertos del Estado, y de sus homólogos portugueses, del Instituto Español de
Oceanografía, científicos y expertos en sistema de alertas mundiales de
tsunamis, investigadores universitarios que trabajan en las simulaciones de
maremotos, geólogos o paleotsunamitas, entre otros, dan su opinión científica
sobre el riesgo real que tiene la Península Ibérica de sufrir un tsunami.
El documental también cuenta con el testimonio de personas que han vivido en sus
propias carnes los efectos de tsunamis, como María Belón, cuya historia inspiró
la película 'Lo imposible', o miembros de Bomberos Unidos sin
Fronteras, que han colaborado en el rescate en los tsunamis del Índico y Japón.
"Con estos testimonios anulamos
toda duda de que estemos en una zona donde los tsunamis han sido una
casualidad, por más que algunos quieran hacer pensar lo contrario",
explica Fernando Arroyo, quien detalla que una de las partes más interesantes
del documental es aquella en la que se busca la
opinión de expertos en ingeniería sísmica de Portugal, una de las más avanzadas
del mundo, para ver cómo resistirían las edificaciones.
El documental recuerda el último gran
tsunami del que se tiene constancia, el que provocó el llamado Terremoto de Lisboa el 1 de noviembre de
1755. Las olas se desplazaron a una velocidad de entre 300 km/h y 735 km/h,
llegando a Lepe (Huelva) desde su epicentro, a 264 kilómetros, tan sólo 30
minutos después del temblor. Las olas resultantes alcanzaron los 16 metros en
puntos del sur de Portugal, Huelva, Cádiz y el norte de África y causaron
decenas de miles de muertos, enormes daños materiales y transformaciones en el
terreno y cauces de ríos
Alrededor de unas 40 personas han
trabajado de un modo constante durante un año en la finalización del segundo
documental de Fernando Arroyo y la productora andaluza Twizé Films. En el
reparto cuentan con profesionales de gran experiencia como
Antonio Galisteo en la dirección de fotografía, Alonso Velasco en el sonido, Antonio
Barrero en la postproducción, Pablo Cervantes en la música o CGS Nos (EEUU) en
los efectos visuales, entre otros.
Tierra de tsunamis
El trabajo de Arroyo hace hincapié en
que, a pesar del riesgo real que existe en la
Península Ibérica de sufrir un gran tsunami, éste sigue siendo un tema muy
desconocido por la población, que no sabe qué hacer en caso de tsunamis ni cómo
afectará un maremoto a nuestras costas. "El documental desmiente la
creencia de que esta no es una tierra de tsunamis, sino todo lo contrario. El
hecho de que haga 260 años más o menos del último no es una tranquilidad, sino
al revés. Provoca que la gente no piense en un problema que realmente es
importante", explica el realizador.
El director quiere dejar claro que 'La
gran ola' "lo último que pretende es asustar, ya que
nuestra intención es informar y concienciar para que se tomen las medidas
oportunas". El documental habla de algo "que a todos nos asusta
mucho, eso es obvio, y dice a los espectadores: lo siento, esta es la realidad,
tu realidad, y podemos hacer dos cosas: prevenir o lamentarnos", afirma.
Fernando Arroyo considera que falta una
labor explicativa real y efectiva como se ha hecho en
otras zonas del mundo que ya han sufrido los efectos devastadores de un
tsunami. "Ahora que ya sabemos lo suficiente, que hemos comprobado en
algunas zonas como los turistas extranjeros valoran positivamente estas
acciones explicativas (en el Índico el turismo se ha multiplicado por cuatro
desde el 2004), que ya sabemos que la gente no deja de ir a las playas, es
cuando debemos pedir que se tomen las medidas oportunas", afirma.
El director explica que 'La gran ola' no
está vinculado a ninguna fecha, porque los seísmos, aunque algunos científicos
consideren que son cíclicos, no se pueden predecir. El motivo hay que buscarlo
quizás en el año 2004. "Cuando ocurre el tsunami del Índico en el que
murieron 300.000 personas todos entendimos que por mucho que digamos 'esto no
puede pasar', finalmente pasa", asegura.
Fernando Arroyo recuerda que científicos como Kerry Sieh ya habían advertido
del riesgo, pero las autoridades acallaban estos llamamientos a actuar para no
alertar. La Unesco, después de la catástrofe, apremió a los países costeros a
tomar medidas. Después llegaron los tsunamis de Japón (2011) y el más reciente
de Chile. Esto aceleró todo el proceso, que ha culminado en que este año se
celebre por primera vez el Día Mundial para la Concienciación de los Tsunamis,
que tiene lugar hoy 5 de noviembre.
"¿Qué ha pasado en España y
Portugal desde el 2004 hasta ahora?", se pregunta el realizador onubense.
"Realmente hemos avanzado, pero muy lentamente y quizás no de la mejor
manera posible. Aún queda muchísimo trabajo por hacer, casi todo diría yo. Pero
ya es el espectador el que debe sacar su propia conclusión".
'La gran ola' se estrenará en los cines
en el mes de mayo de 2017. Antes, participará en
festivales y en un evento importante en torno a los tsunamis que la productora
Twizé quiere hacer en Andalucía y Lisboa.
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