El objeto ha sido despedazado y disperso en la atmósfera de una enana blanca a 170 años luz de la Tierra.
Recreación artística que muestra un objeto masivo similar a un cometa cayendo hacia una enana blanca - NASA, ESA, y Z. Levy (STScI)
Los científicos que utilizan el telescopio espacial Hubble de la NASA han sido testigos por primera vez de cómo un objeto masivo con la apariencia de un cometa ha sido despedazado y disperso en la atmósfera de una enana blanca, los restos quemados de una estrella compacta, situada a 170 años luz de la Tierra en la constelación Bootes (el Boyero). El objeto tiene una composición química similar a la del cometa Halley, pero es 100.000 veces más masivo y tiene una cantidad de agua mucho mayor. También es rico en los elementos esenciales para la vida, como el nitrógeno, el carbono, el oxígeno y el azufre.
Estos hallazgos son la evidencia de la existencia de un cinturón de cuerpos similares a cometas que orbitan alrededor de la enana blanca, algo muy parecido al famoso cinturón de Kuiper de nuestro Sistema Solar. Aparentemente, estos cuerpos de hielo sobrevivieron a la evolución de la estrella, que se convirtió en una gigante roja hinchada y luego se derrumbó hasta convertirse en una pequeña y densa enana blanca.
Entre el 25% y el 50% de las enanas blancas están contaminadas con escombros de rocas, objetos similares a asteroides, pero esta es la primera vez que un cuerpo hecho de hielo, parecido a un cometa, se ha visto contaminando la atmósfera de una enana blanca.
Los resultados también sugieren la presencia de planetas invisibles, sobrevivientes que pueden haber perturbado el cinturón. Además, la enana blanca, captada por primera vez en 1974, forma parte de un sistema binario. Su estrella compañera, que está separada por 2.000 veces la distancia entre la Tierra y Sol, puede igualmente poner las cosas patas arriba en el sistema, causando que los objetos del cinturón viajen hacia la estrella venida a menos.
La importancia del nitrógeno
Esta ha sido la primera vez que se ha detectado nitrógeno en los restos planetarios que caen sobre una enana blanca, según explica Siyi Xu, del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Garching, Alemania, quien dirigió el equipo que realizó el descubrimiento. «El nitrógeno es un elemento muy importante para la vida tal como la conocemos», apunta la investigadora. «Este objeto particular es bastante rico en nitrógeno, más que cualquier objeto observado en nuestro Sistema Solar».
Nuestro propio cinturón de Kuiper, que se extiende hacia fuera de la órbita de Neptuno, es el hogar de muchos planetas enanos, cometas y otros cuerpos pequeños sobrantes de la formación del Sistema Solar. Los cometas del ese cinturón pueden haber sido responsables de la entrega de agua y bloques de construcción básicos de la vida a la Tierra hace miles de millones de años.
Según los científicos, los nuevos hallazgos apoyan la idea de que los cuerpos helados también están presentes en otros sistemas planetarios, y que han sobrevivido a lo largo de la historia de la evolución de su estrella.
Para estudiar la atmósfera de la enana blanca, el equipo utilizó tanto el Hubble como el Observatorio WM Keck. Las mediciones de nitrógeno, carbono, oxígeno, silicio, azufre, hierro, níquel, y el hidrógeno proceden del telescopio espacial, mientras el Keck proporcionó los datos del calcio, magnesio e hidrógeno. Este es el primer objeto encontrado fuera de nuestro sistema que es similar al cometa Halley en composición.
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