Un nuevo estudio dice que el diminuto «hobbit» de la isla indonesia no siempre vivió allí y que estaba emparentado con el Homo habilis.
Recreación de un hobbit de Indonesia - Katrina Kenny /Universidad Nacional de Australia
Los investigadores conocen de la existencia del Hombre de Flores (Homo floresiensis) desde que en 2003 fueron desenterrados sus restos en la cueva de Liang Bua, en la remota isla de Indonesia que le ha dado nombre. Desde entonces, el diminuto esqueleto, que pertenecía a una hembra de un metro de altura y con un pequeño cerebro, ha sido objeto de las más variadas hipótesis: desde la teoría más aceptada, una especie humana desconocida descendiente del Homo erectus (el primero de nuestros antepasados que salió de África), a la que apunta a un humano moderno con enanismo o deformado por una enfermedad. Ahora, un trabajo publicado en la revista Journal of Human Evolution, que se presenta como el estudio más amplio sobre los huesos de estos misteriosos «hobbits», señala que probablemente no evolucionaran del erectus, sino a partir de un antepasado en África.
El estudio, realizado por la Universidad Nacional de Australia (ANU) señala que el Hombre de Flores era probablemente una especie hermana del Homo habilis, uno de los homínidos más antiguos conocidos que vivían en África hace 1,75 millones de años. Los investigadores concluyen que no hay evidencias que sustenten la teoría popular de que el Homo floresiensis evolucionó a partir del mucho más grande Homo erectus, otro de los primeros homínidos que se sabe han vivido en la región gracias a los fósiles descubiertos en Java.
«Los análisis muestran que en el árbol genealógico, el Homo floresiensis era probablemente una especie hermana del habilis. Significa que los dos compartieron un ancestro común», dice Debbie Argue, líder del estudio, quien cree que estos análisis deberían ayudar a poner punto final al debate. «Es posible que el Homo floresiensis evolucionara en África y luego migrara o que el antepasado común se trasladara desde África y luego se convirtiera en Homo floresiensis en alguna parte». El pequeño «hobbit» vivió en la isla Flores hasta hace 54.000 años.
Más primitivo
Investigaciones anteriores se habían centrado principalmente en el cráneo y la mandíbula inferior, pero este estudio utilizó 133 puntos de datos que van a través del cráneo, las mandíbulas, los dientes, los brazos, las piernas y los hombros. Y ninguno de estos datos apoya la teoría de que el Homo floresiensis evolucionara a partir del erectus, dice Argue. «No concuerda, no es una teoría viable», insiste.
Según la investigadora, esto se apoya en el hecho de que en muchas características, como la estructura de la mandíbula, el Homo floresiensis es más primitivo que el Homo erectus. «Lógicamente, sería difícil entender cómo se puede tener esa regresión: ¿por qué la mandíbula del Homo erectus evolucionaría de nuevo a la condición primitiva que vemos en el Homo floresiensis?», se pregunta.
Argue señala que los análisis también pueden apoyar la teoría de que el Homo floresiensis podría haber bifurcado anteriormente en la línea de tiempo, hace más de 1,75 millones de años. «Si este fuera el caso, el Homo floresiensis habría evolucionado antes de que lo hicieran los primeros homo habilis, lo que lo haría muy arcaico», apunta.
De lo que los investigadores australianos están seguros «al 99% es de que (el Hombre de Flores) no está relacionado con el Homo erectus, y casi al 100% de que no es un Homo sapiens malformado».
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