EL PAÍS ECONOMÍA
Hugo Gutiérrez
La compañía apuesta por los productos bajos en azúcar, que ya suponen el 40% de sus ventas.
Rafael Urrialde, director de nutrición y salud de Coca-Cola Iberia, este martes. JAIME VILLANUEVA
Coca-Cola Iberia ha presentado este martes su estrategia de futuro, en la que recoge una reducción del 12% de los azúcares añadidos en sus bebidas para 2020. Esta es la respuesta de la compañía a las presiones que sufre en todo el mundo por el alto contenido de azúcar en sus productos, aunque sus responsables aseguran que se debe a la demanda de los clientes. “Esta es una estrategia global que depende de los gustos de los consumidores”, ha asegurado Pelayo Bezanilla, director de comunicación de Coca-Cola Iberia, en Madrid.
Una lata de Coca-Cola de 330 mililitros contiene cerca de 35 gramos de azúcar. Para un adulto, la Organización Mundial de Salud recomienda una ingesta máxima al día de 25 gramos. De ahí la presión que recibe la compañía de grupos nutricionistas y consumidores cada vez más concienciados.
La reducción del azúcar por litro de bebida, según la compañía, ha sido del 38% desde el año 2000 en todos sus productos que contienen estos añadidos. Además, ha destacado que todas las variedades tienen una alternativa sin azúcar. “Disponemos de 102 referencias de productos sin azúcares añadidos, light o zero”, ha afirmado Rafael Urrialde, director de nutrición y salud de Coca-Cola Iberia.
Las acciones contra los productos excesivamente azucarados se han multiplicado en diversos países por sus efectos nocivos sobre la salud. En ocasiones, las medidas han sido fiscales. En España, por ejemplo, se creó un impuesto contra las bebidas azucaradas en Cataluña, que la compañía califica como discriminatorio, porque de momento no actúa contra toda la industria alimentaria, sino que afecta a las bebidas.
Coca-Cola sostiene que su intención es ser una compañía total de bebidas, aunque de esta forma pierdan peso los productos originales de la firma. “Continuaremos ampliando y diversificando nuestra oferta”, ha dicho Bezanilla. Y es que los nuevos hábitos de consumo hacen que cada vez sean más demandadas las bebidas bajas en azúcar. “Lo importante es adecuarnos a los gustos de los consumidores”, ha afirmado Juan José Litrán, director de relaciones corporativas de Coca-Cola Iberia.
En 2016 crecieron las ventas de sus variedades sin azúcares añadidos un 4%, según ha explicado la firma. En el caso de Coca-Cola zero, por ejemplo, crecieron un 12%. Además, según Urrialde, más del 40% de las ventas de Coca-Cola en España corresponden a productos light, zero y variedades sin cafeína.
Cambios en el diseño y latas más pequeñas
Coca-Cola ha anunciado asimismo cambios en los diseños de sus envases y el etiquetado. De esta forma, la firma asegura que intentará que la información en sus productos sea más clara. “Vamos a implementar nuevos esquemas gráficos que permitan al consumidor identificar más fácil el número de raciones de un envase”, ha dicho Litrán. En este sentido, la firma aboga por un etiquetado más claro para todo el sector alimentario, con códigos de colores para informar sobre el valor nutricional.
Asimismo, en la línea de la reducción de azúcares añadidos, en este caso del consumo de los consumidores, se enmarca el lanzamiento de envases más pequeños para sus productos. Ya se ha comenzado con la venta de latas de 250 mililitros (ml), más pequeños que los habituales (330 ml). La compañía prevé distribuir 36 millones de latas en el mercado, la misma cifra de la actual en botellas de plástico de medio litro, para que los consumidores puedan acceder a los productos en estos envases de forma más fácil.
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