EL PAÍS
Guillermo Altares
La investigadora Rocío Vázquez Martí publica un libro especialmente ilustrativo sobre la historia del partido de los Hermanos Musulmanes.
Celebración del triunfo de Morsi en las elecciones de 2012 en Egipto. DANIEL BEREHULAK (GETTY)
El islam político es uno de los fenómenos que han marcado el mundo desde el final de la Guerra Fría. Y es imposible entender su complejidad sin conocer el largo viaje de los Hermanos Musulmanes, el partido islamista egipcio, y a los diferentes protagonistas que sentaron las bases del pensamiento de este movimiento, que buscaba, paradójicamente, en la pureza de los orígenes religiosos el futuro de los países musulmanes. Por eso resulta especialmente ilustrativo y útil el libro Hermanos Musulmanes en Egipto. Una historia política, que acaba de publicar la investigadora Rocío Vázquez Martí.
Esta arabista, profunda conocedora de Egipto, va más allá de Hasan al Bana, el fundador de la hermandad en los años veinte del siglo pasado, para explicar el origen del pensamiento político de este partido, que se encuentra en el siglo XIX, cuando los reformistas árabes se plantearon cómo adaptar el islam al presente. “El elemento común fue precisamente la idea de que para avanzar, evolucionar y modernizarse era imperativo regresar a las fuentes, al islam primitivo”, escribe Vázquez Martí para describir una contradicción todavía no superada.
La autora también explica la otra encrucijada en la que se han encontrado los Hermanos a lo largo de sus casi cien años de historia: la adopción o el rechazo de métodos violentos, un dilema que también ha tenido una profunda influencia en otros movimientos islamistas en el mundo musulmán. Aunque el partido optó claramente por la entrada en las instituciones y por la defensa de métodos pacíficos para lograr sus objetivos, marcados siempre por una agenda islamista indudable, una parte de sus seguidores derivó hacia organizaciones mucho más radicales y violentas. No podemos olvidar que el número dos de Al Qaeda cuando ejecutó los atentados del 11-S, Ayman al Zawahiri, militó en la hermandad en los sesenta, aunque la abandonó precisamente por su moderación.
El libro repasa la historia de los Hermanos Musulmanes y, a la vez, de Egipto, el país en el que nació este movimiento, cuyas redes e influencias se extendieron mucho más allá del Nilo. También relata las oleadas de represión que ha sufrido a lo largo de su historia y cómo la hermandad se ha curtido en la clandestinidad, la prisión y las persecuciones: el fundador fue asesinado por agentes del régimen, y Sayyid Qutb, la segunda figura más importante, fue ejecutado en 1996. Tras ganar las elecciones que siguieron a la caída de Mubarak, impulsada por la plaza de Tahrir, el golpe del general Al Sisi ha vuelto a enviarles al exilio y las cárceles. Sin embargo, siguen ocupando un lugar central en el panorama político de Oriente Próximo. Sin figuras como Al Bana o Qutb, sin sus ideas políticas, contradicciones y disputas, no se puede entender el presente de una región que sigue marcando la agenda mundial.
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