ABC Internacional
Carmen Calvo
Noruega anuncia la construcción de esta obra de ingeniería pionera en el mundo en la península de Stad.
Noruega construirá en la península de Stad el primer túnel marítimo del mundo por el que podrán navegar, a partir de 2023, cruceros y cargueros de hasta 16.000 toneladas. Medirá 1,7 kilómetros de largo, tendrá 36 metros de anchura y 49 de altura y se prevé que costará 2.700 millones de coronas (295 millones de euros).
El proyecto para la construcción de esta obra de ingeniería pionera fue anunciado por el ministro de Transportes noruego, Ketil Solvik-Olsen al presentar su plan ministerial para los próximos 12 años. Aunque todavía deben terminarse algunos estudios técnicos y de impacto ambiental, el parlamento noruego podría aprobarlo antes de que concluya el año y, en la mejor de las previsiones, quedaría abierto a la navegación en 2023, ya que las obras darían comienzo en 2019.
El faro de Kråkenes, situado al sur, es la estación meteorológica del país nórdico que registra más temporales, entre 45 y 106 días tormentosos cada año. Se trata de una de las zonas más peligrosas de la costa noruega debido a la exposición a fuertes vientos que se combinan con corrientes marinas y olas de gran altura que continúan días después de que el viento haya amainado. Según los historiadores, los vikingos preferían arrastrar sus naves por tierra antes que aventurarse por esta aguas. Muchos barcos se ven obligados a echar el ancla al abrigo de los puertos y esperar a que termine la tempestad para poder bordear la costa.
Navegación más segura
«El gobierno está garantizando una navegación más segura y más fiable en la zona de paso más peligrosa y las aguas más difíciles para el transporte de mercancías de la costa noruega», explicó el ministerio de Transporte en un comunicado. Para la Administración Costera Noruega, Kystverket, el túnel no solo reducirá el riesgo de accidentes, sino que la navegación será más regular e impulsará la actividad comercial e industrial.
Para evitar colisiones, el tráfico dentro del túnel se realizará en un solo sentido y se regulará la entrada mediante una señalización de luces de colores blanco y rojo. Los barcos dejarán una distancia de seguridad de 400 metros, por lo que podrán atravesarlo un máximo de cinco naves cada hora. Se calcula que, cada día, circularán entre 70 y 100 embarcaciones a las que se concederá una franja de tiempo similar a los «slots» con los que se controla el tráfico aéreo. Por el interior del túnel podrán navegar cruceros, veleros y barcos a vapor de hasta 21,5 metros de ancho aunque el tráfico comercial, especialmente el de pasajeros, tendrá prioridad. No se ha tomado una decisión sobre la velocidad permitida, pero, según las autoridades, será de entre 5 y 8 nudos dependiendo de la nave, de manera que los más rápidos tardarían 10 minutos en salir a la otra orilla. A pesar de que los barcos tengan que esperar en el exterior, el túnel reducirá de forma significativa el tiempo y las dificultades de la ruta que bordea la península.
El paisaje de fiordos y montañas de la costa noruega atrae a miles de turistas anualmente por lo que este tunel no alterará la belleza natural como habría sucedido construyendo un canal exterior. Los ingenieros perforarán y dinamitarán ocho millones de metros cúbicos de roca al nivel del mar para que, una vez retiradas las presas, el agua pueda inundar el canal interior que tendrá una profundidad de 12 metros. Aunque ya se excavaron túneles para embarcaciones en otros lugares, como el de Malpas en el canal del Midi (Francia) construido en el siglo XVII, es la primera vez que se acomete una obra de esta envergadura para el tráfico marítimo.
Noruega ostenta también el récord del túnel de carretera más largo del mundo, el de Lærdal, de 24,5 kilómetros, en cuyo diseño se contó, incluso, con la ayuda de psicólogos para que los veinte minutos de conducción no provocaran claustrofobia.
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