José Carlos Rojo
La obra, una de las más esperadas por los ciclistas, conectará un recorrido de más de cuarenta kilómetros.
El Plan de Movilidad Ciclista de Cantabria (PMCC) contempla un mapa de carriles bici dispersos por la geografía regional como si fuera un puzzle incompleto. Cuando aparece una pieza clave, que une dos frentes ya avanzados, la imagen empieza a ser más nítida. Por eso, la futura pasarela ciclista que conecta Nueva Montaña y Raos se inaugurará en mayo para resolver una de las mayores demandas de los usuarios, la conexión de Santander con el circuito del aeropuerto. La nueva infraestructura permitirá, grosso modo, subirse a una bicicleta en Santander y continuar pedaleando por un carril bici hasta Ontaneda en un recorrido de algo más de cuarenta kilómetros.
«Existe alguna salvedad en ese itinerario. A la altura de Sarón y Castañeda, donde hay que circular por carretera. Pero se puede decir que es un gran avance», aclara Ángel de Diego, de la Dirección General de Ordenación del Territorio. El puente, diseñado por la firma Arenas&Asociados, se bifurcará en dos caminos. Uno, a la derecha, hacia Camargo y otro, a la izquierda, para conectar directamente con el recorrido que hay junto al aeropuerto.
«La pasarela es clave porque, dada la configuración topográfica que tiene la ciudad de Santander, que es lo más parecido a una península rodeada de las carreteras y la vía de ferrocarril, resultaba muy complicado habilitar una salida en bicicleta», aclara José Ignacio Quirós, concejal de Medio Ambiente y Movilidad Sostenible de la capital. Tendrá una longitud total de 210 metros y un desnivel de 6%. Es solo un grano de arena dentro de los planes que contempla el PMCC, que ha programado 847 kilómetros de carril que recorrerán buena parte de la región. Alrededor de 203 integran la red prioritaria, la que discurre por los núcleos más poblados:Santander, Torrelavega, Laredo, Castro Urdiales.... Y existe otra secundaria, de 644, que tiene carácter más lúdico y que circula en mayor medida por espacios naturales.
Sendas fluviales
Muchos de esos caminos se construyen paralelos a los ríos: «Son corredores muy interesantes porque son itinerarios llanos que pueden configurar líneas de ocio muy bonitas, como la guía verde del Pas, la del Besaya y la que estaría bien hacer en el Saja», subraya Álvaro Budiño, de AC proyectos, los responsables del diseño de los carriles bici en Santander. Por ahora, parece que el uso recreativo de la bicicleta vence con holgura al más práctico. «Lo que necesitamos es que la gente entienda que muchas veces es más práctico dejar el coche en casa y coger la bicicleta para ir al trabajo o para comprar el pan», señala José Ignacio Quirós. «Es más sano, por supuesto, pero también es mucho más rápido, dependiendo de la época del año o del itinerario previsto».
La mayor reivindicación de la asociación ‘Cantabria con bici’ está sobre la mesa de la regidora santanderina:«Gema Igual debería convertirse en la alcaldesa de la movilidad sostenible. Ella ha compartido con nosotros en numerosas ocasiones su intención de que la ciudad pase a estar libre de coches. Es la tendencia que se está siguiendo en otras grandes urbes europeas y es también lo que deberíamos hacer aquí», remarca Rafael Casuso, miembro de la asociación y responsable del equipo redactor del PMCC, publicado en el año 2013.
Sinergia de infraestructuras
La obra que se inaugurará en mayo resolverá la continuidad del itinerario ciclista de la Bahía de Santander, de manera que los usuarios de los carriles bici de la capital y de Camargo podrán circular de un municipio a otro de forma segura y rápida. Pueden parecer viajes muy largos «por norma, la distancia máxima por la que se considera que el uso de la bicicleta es funcional es de diez kilómetros», explica Budiño. Pero lo inteligente es utilizar las infraestructuras de manera combinada. «Nadie te quita de vivir en Camargo y trabajar en Santander y poder hacer el itinerario entre la bicicleta y el tren, por ejemplo. Porque la bicicleta se puede subir al tren».
Algo parecido se plantea para la ciudad:«La idea es que las rampas y todas las ayudas que están haciendo de la capital cántabra una ciudad más accesible puedan ser útiles también para los ciclistas», explica Quirós. Los usuarios de bicicletas están de acuerdo con la idea; pero demandan una ciudad más preparada para las dos ruedas. «Desde la asociación ‘Cantabria con bici’ se pide que los carriles no compartan espacio con las aceras, y que la solución no sea la salida a la carretera. Somos conscientes de que hay que trabajar por la educación y la concienciación en el uso de este medio de transporte, pero luego hay que poner los medios para que la bicicleta vaya sustituyendo al coche en el centro de las urbes», concreta Rafael Casuso.
El PMCC contempla programas de formación en los colegios e institutos, y también planes de subvenciones a empresas y asociaciones para la adquisición de bicicletas. Es una cuestión cultural, hay que cambiar los hábitos. Existen cerca de 200 kilómetros de carriles, pistas o sendas ciclables en Cantabria.La mayoría está asfaltada y tienn una anchura media de dos metros. Se encuentran poco señalizadas y por lo general son de uso compartido con peatones en plataformas segregadas o no de las vías de motor;y, por lo general, presentan poca intensidad de usuarios.
D. Pedriza
Cuestión de costumbres
Según el análisis del PMCC de 2013, la utilización es considerablemente mayor en los días no laborables, lo que significa que su función es fundamentalmente de ocio, turismo y deporte. «Y lo que más debería preocuparnos es que el uso de la bicicleta es todavía menor en los viajes al centro de estudio que en los desplazamientos al puesto de trabajo, un resultado paradógico si tenemos en cuenta que los jóvenes deberían ser los que más usaran este medio de transporte», cuenta Casuso.
La propia Universidad de Cantabria está trabajando desde hace tiempo en la puesta en marcha de un programa de préstamos de bicicletas eléctricas que contribuyan a un transporte mucho más sostenible en el entorno del campus. Un lugar que se puede aprovechar del carril bici que recorre la avenida de Los Castros.
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