Paramilitares indios junto a una mujer en la región de Cachemira. AFP
Tras dos semanas de acusaciones mutuas, la
situación en la frontera entre India y
Pakistán se encuentra al rojo vivo
después de que el Ejército indio haya llevado a cabo "ataques quirúrgicos" en la Línea de Control que divide
ambos países en la región de Cachemira. Pakistán confirma que
dos de sus soldados han muerto en los enfrentamientos.
"India realizó ataques quirúrgicos
anoche a través de la Línea de Control para salvaguardar nuestra nación",
ha dicho el teniente general Ranbir Singh, director general de las operaciones
militares indias, que ha asegurado que se trataba de una operación antiterrorista
que "ha causado bajas significativas a los terroristas y a
quienes intentan protegerles".
En una rueda de prensa en Delhi, Singh
ha señalado que el ataque tuvo lugar tras recabar "información muy
específica y creíble" sobre el posicionamiento de grupos terroristas que supuestamente estaban "esperando para
infiltrarse en el país y atacar". Según el teniente general,
India ha hablado con Pakistán y no tiene intención de lanzar más ataques de ese
tipo, si bien no se conocen detalles de cómo se llevó a cabo la operación.
Pakistán niega los "ataques quirúrgicos"
El Ejército de Pakistán ha confirmado
que dos de sus soldados han muerto en un
enfrentamiento en la frontera, pero asegura que no se trató de ningún
"ataque quirúrgico", sino del habitual "fuego
transfronterizo" que mantienen en ocasiones ambos países.
"La idea de un ataque quirúrgico
relacionado con supuestas bases terroristas es una ilusión generada deliberadamente por India para
crear falsos efectos", ha replicado el Ejército paquistaní en un
comunicado en el que señala que sus tropas respondieron al "fuego
injustificado" indio durante casi seis horas a lo largo de la Línea de
Control. Islamabad quiere "dejar claro" que "si hay un ataque
quirúrgico en suelo paquistaní, será respondido con fuerza".
En todo caso, el primer ministro
paquistaní, Nawaz Sharif, ha condenado la "brutal y no provocada
agresión" de India, afirmando: "Nuestra intención de paz no debe
confundirse con debilidad ya que nuestras valientes fuerzas son
capaces de defender nuestra integridad territorial".
India, que denuncia que en lo que va de
año se han producido casi una veintena de intentos de infiltración de
insurgentes a través de la frontera, acusa a Pakistán de dar cobijo
a terroristas que operan en su territorio. La tensión histórica
entre ambos países se disparó recientemente tras el ataque a una base militar en Uri, en la Cachemira
india, donde murieron 19 soldados.
Ese ataque fue perpetrado de madrugada
por cuatro supuestos insurgentes. Delhi asegura que el asalto se preparó en suelo paquistaní y culpa a
las autoridades de ese país de ayudar a los grupos armados, unas acusaciones
que Islamabad rechaza y califica de "infundadas e irresponsables".
Fuego cruzado de acusaciones
Ambos potencias nucleares se disputan la región de Cachemira desde 1947 y
han librado al menos dos guerras y numerosos conflictos menores. Existe un alto
el fuego en la Línea de Control desde 2003, pero se ha roto en incontables
ocasiones bajo un interminable fuego cruzado de acusaciones.
En los últimos días, tras el ataque de
Uri, se ha ido intensificando el tono de sus declaraciones. Primero India llamó "Estado terrorista" a su eterno enemigo y
luego Pakistán reafirmó que está listo para responder como sea ante cualquier
amenaza. En su discurso ante la Asamblea
General de Naciones Unidas, la ministra india de Exteriores, Sushma
Swaraj, cargó duramente contra el país vecino, al que aconsejó que
"abandonase el sueño" de hacerse con el territorio de Cachemira
ayudando a grupos insurgentes.
El Gobierno indio quiere
"aislar" a su vecino del mundo por la vía diplomática, ya que sostiene que la comunidad internacional no
puede ser aliada de un país que "exporta terroristas". El último paso
en este sentido ha sido el aplazamiento (sin nueva fecha) de la cumbre de la
Asociación para la Cooperación Regional del Sur de Asia (SAARC), después de que
Bangladesh, Bután, Nepal y Afganistán se uniesen a la negativa de India de
acudir a la cita en Islamabad en noviembre.
Pakistán afirma que, con estos
movimientos, India "busca desviar la atención de sus
atrocidades en Cachemira", en palabras del jefe de la
Diplomacia paquistaní, Sartaj Aziz, a Efe. Esa región del norte de India
atraviesa desde hace tres meses una crisis profunda, sumergida en unas
protestas diarias que llevan más de 80 muertos y 10.000 heridos.
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