Un combatiente rebelde, en la zona donde debe entrar la ayuda humanitaria a Alepo. REUTERS
De acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, tres civiles han muerto en el quinto día del alto el fuego en Siria.
El cese de hostilidades decretado en Siria ha
cumplido este viernes una semana desde su firma, entre EEUU y Rusia, y ha entrado en su quinto día de vigor
viendo morir a sus primeros no combatientes. De acuerdo con el pro opositor
Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, tres
civiles han muerto en diversos puntos del país. En el mismo día
ha ocurrido algo insólito: un pequeño grupo de soldados de EEUU ha tenido que abandonar un pueblo del norte
sirio entre amenazas de alzados, a los que supuestamente
respaldaban.
El Observatorio ha señalado, a través de su web, que un niño
había muerto en el pueblo de Hodr -situado en Quneitra, al sur del país- en una
zona que facciones
armadas opositoras estaban atacando con cohetes. Por otra
parte, asegura la institución basada en Londres que recoge datos a partir de
una red de activistas sobre el terreno, otro menor ha sucumbido a heridas de francotirador en el barrio de Masharqa, en Alepo,
bajo control gubernamental. Además, un tercer civil ha muerto por fuego de
francotirador en un barrio alzado de la misma ciudad.
Estos tres son los primeros fallecidos señalados como civiles
durante el alto el fuego, en el que ya
han muerto combatientes en pequeñas escaramuzas. Éstas se han
intensificado este viernes en el distrito damasceno de Jobar, en manos
opositoras, donde se han registrado combates, sin que quedara claro quién
empezó las hostilidades. En Jobar operan varias milicias, entre ellas el Frente
de Conquista del Levante, hasta hace poco ligado nominalmente a Al Qaeda, que no está sujeto a las condiciones
de la tregua.
Con este escenario, la
complicada hoja de ruta sellada por estadounidenses y rusos en Ginebra sigue
entre algodones. Tanto que Washington ha contactado con Moscú
para amenazar con no
establecer el centro de coordinación de ataques a grupos 'terroristas',
siguiente paso del proceso pactado, si la ayuda humanitaria que aguarda desde
el martes a las afueras de Alepo no penetra en los distritos alzados del este.
Naciones Unidas acusó este jueves al Gobierno del presidenteBashar Asad de
no permitir su entrada.
En un comunicado, el portavoz del Departamento de Estado, John
Kirby, ha detallado que su jefe, John
Kerry, había llamado a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, para
enfatizarle que Washington espera de Moscú que "permita que los convoyes
humanitarios de la ONU entren en Alepo y otras áreas en necesidad".
Por su parte, Rusia, que a su vez ha instado a su enemigo en la Guerra Fría a
presionar más a los rebeldes para que no rompan el alto el fuego, propuso ampliar la tregua 72
horas más.
En Alepo, donde aproximadamente un cuarto de millón de civiles
permanece atrapado en
las zonas fuera del control de Damasco, el principal obstáculo para cumplir con
el acuerdo es la retirada de las partes en liza de la conocida como carretera
de Castello. Por esta
circunvalación, al norte de la urbe y que debería ser zona desmilitarizada,
debe entrar la ayuda humanitaria. "El régimen aún no se ha
apartado del área", ha asegurado a la agencia Reuters el activista Zakaria
Malahifji.
Otro obstáculo inesperado para los estadounidenses ha surgido en
Al Rai. Desde esta población, a tocar de la frontera turca, el ejército turco y
varias milicias alzadas elegidas como aliadas, apoyadas por un pequeño
contingente de EEUU, tratan de ocupar la próxima localidad de Al Bab, y
expulsar al autodenominado Estado Islámico. Sin embargo,
como pudo apreciarse en un vídeo publicado en internet, cinco o seis efectivos
norteamericanos tuvieron que abandonar Al Rai entre protestas.
"¡Perros,
cruzados, infieles!", puede oírse en la grabación, de
boca de milicianos enrolados en el Ejército Libre de Siria. Mientras los
efectivos abandonan el pueblo acompañados de fuerzas turcas, un individuo llama
por un megáfono a una "matanza". La aparente contradicción, pues EEUU
sirve de refuerzo para estos brigadistas, responde al enfado de gran parte de
la oposición con Washington, al que acusan
de "vender" su causa contra Asad al pactar con Rusia.
Tras varios altos el fuego fallidos, entre las filas alzadas cunde el convencimiento de que este cese
de hostilidades responde al interés estadounidense de apostar por el
continuismo político en Siria, mientras se centra en atacar al
enemigo yihadista. Por el momento, EEUU sigue rechazando publicar íntegramente
el texto del acuerdo.
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