Francia se ha convertido en el primer
país en prohibir el uso de la vajilla de plástico. El país, que acogió a
finales de 2015 la Cumbre del Clima, quiere
liderar las soluciones pro-medioambientales como ha mostrado con esta radical
medida, que impondrá que cubiertos, vasos pero también bastoncillos para los
oídos, se fabriquen con un 50% de materiales de origen biológico,
como el almidón de maíz, en 2020, y 60% en 2025. Esta normativa, aprobada la
semana pasada, se enmarca dentro de la ley de "Transición Energética por
un Crecimiento Verde", que se adoptó ya en 2015 con el objetivo de mitigar
el impacto del cambio climático.
La medida ha encontrado sin embargo enemigos en la industria de fabricantes de envasados,
como Pack2GoEurope, que representa al gremio europeo. "Encontrar un envase
que reúna los estrictos requisitos de higiene alimenticia y que al mismo tiempo
pueda ser compostado en un recipiente doméstico, en estos momentos es
imposible", denunció en CNN Eamonn Bates, secretario general de la
organización. Pack2GoEurope sostiene que la medida violaría las leyes europeas
de libre movimiento de bienes y productos por lo que están consultando las
bases legales para responder la acción de Francia ante las instituciones
europeas.
Sólo se recicla el 1%
Actualmente, tan solo el 1% de los vasos de plástico se reciclan en Francia,
donde las cifras son alarmantes. En el país se tiran anualmente cerca 5.000
millones de vasos de plástico según la Asociación de Salud Medioambiental de
Francia (ASEF por sus siglas en francés), es decir, 150 vasos por segundo. Con
ellos se podría construir una pirámide de siete kilómetros de largo y ocho de
alto, el equivalente a 25 Torres Eiffel.
Además, la composición de estos, a base
de una mezcla de polipropileno o de poliestireno, les hace prácticamente
imposibles de reciclar. Según ASEF, 1,6 mil millones de ellos son incinerados y
2,4 mil millones se entierran en vertederos donde tardarán 500 años en
degradarse. La ley pretende evitar así una parte de estos deshechos
de plástico.
El pasado mes de julio, el país prohibió también el uso de bolsas de plástico y
espera que, en este caso, sean otros los que decidan seguir el ejemplo y
sumarse a esta nueva ley.
El plan de crecimiento verde aprobado
bajo el mandato de la actual ministra de Ecología, Sostenibilidad, Desarrollo y
Energia, Ségolène Royal, pretende reducir el vertido de residuos
a la mitad para 2025 y reducir los gases de efecto invernadero
un 40% para 2030, lo que supondría volver a los niveles de 1990.
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