El hallazgo ha sido posible con los telescopios ALMA y VLT
Imagen de la mancha Lyman-alfa ESO
Un equipo de científicos del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) ha descubierto dos nuevas galaxias en el centro de la mancha Lyman-alfa, una enorme concentración de hidrógeno a 11.500 millones de años luz de la Tierra (la edad total del universo es de unos 13.600 millones de años).
Los investigadores han empleado el telescopio ALMA, ubicado en el desierto de Atacama, en Chile y el conjunto del Telescopio Muy Grande (VLT, por sus siglas en inglés) para acercarse hasta la mancha Lyman-alfa. Era necesario utilizar estas infraestructuras potentes porque, según el profesor de Astrofísica Matthew Hayes de la Universidad de Estocolmo, ALMA permite ver la luz que a simple vista no percibimos (observa la radiación de las nubes de gas y los rayos infrarrojos).
La revelación indica que las dos galaxias nacieron cuando “el universo se había expandido solo un 15% de su estado actual”. Sin embargo, sugiere el astrofísico, que ahora podrían haberse unido “en una galaxia mayor que vive dentro de un conjunto denso de galaxias”. Es un hecho que se produce frecuentemente en el universo moderno, “aunque no hay indicios de que sucediera en la época en la que estamos mirando”, dice el profesor.
Las 66 antenas que forman ALMA se complementan para explorar el universo con una nitidez superior a la del Telescopio Hubble. Lo mismo ocurre con las cuatro antenas del VLT. Hayes explica que es la mejor manera de observar “polvo cósmico”, producido por la muerte de las estrellas.
Los científicos alaban la capacidad de ALMA porque les ha permitido ver algunas de las primeras galaxias de nuestro universo, hace 13.000 millones de años.
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