Lluis Miquel Hurtado
Fotografía cedida por la Media Luna Roja Siria que muestra un convoy de camiones antes de partir para entregar ayuda humanitaria, la semana pasada, en Alepo. EFE
Miembros de la Asociación Médica Sirio Americana (SAMS) han
denunciado este miércoles que una serie de bombardeos de la aviación leal al
presidente sirio han dejado dos
de los principales centros médicos del área opositora de la segunda ciudad del
país prácticamente fuera de servicio.
Los ataques, a primera hora del miércoles, golpearon los
hospitales denominados M1 y M10, inutilizando generadores y cortando el
abastecimiento de agua. Mohammed Abu Rajab, responsable del M10, el mayor de
los centros, dijo que dos pacientes murieron al no poderlos mantener vivos.
Abu Rajab, en conversación con la agencia Associated Press,
destacó también que las unidades de cuidados intensivos han quedado seriamente
tocadas. ASAM
considera estos ataques "deliberados", ya que,
aseguran, las fuerzas gubernamentales saben de la localización de los mismos.
Al quedar fuera de servicio estos dos hospitales, los barrios
opositores del este de Alepo, donde viven cercadas 250.000 personas,
quedan con seis centros médicos en funcionamiento, sólo tres de los cuales son
capaces de lidiar con urgencias.
Los
ataques a hospitales en las zonas civiles son una constante desde el inicio del
conflicto sirio. Primero, los hospitales se convirtieron en centros de arresto
de manifestantes que habían participado en protestas contra el régimen de Bashar Asad. Con la escalada militar, fueron
objeto de bombardeo.
Según datos de la oposición, no
menos de 52 hospitales han sido objeto de ataques por parte de fuerzas pro
gubernamentales en este 2016. Los ataques aéreos han destrozado
unidades de Cuidados Intensivos e incluso maternidades, lo que ha obligado a
los pocos médicos que quedan a tratar a los heridos en sótanos o viviendas
particulares.
A principios de semana, un grupo de colectivos humanitarios de
la sociedad civil siria emitieron
un comunicado en el que denunciaban el uso, por parte de las fuerzas pro Asad,
de bombas anti búnker. Estos artefactos son capaces de penetrar
todo tipo de blindajes hasta destrozar sótanos de viviendas. "Los
hospitales operando bajo tierra ya no son inmunes a ataques deliberados del
régimen sirio o de las fuerzas rusas", alertó el comunicado.
Según Mohammed Katub, miembro de SAMS, "cada 17 horas"
se ataca desde el aire una instalación médica en Siria. Desde el inicio de la
guerra, SAMS ha perdido 13 hospitales
por ataques aéreos. Estos ataques se pueden considerar
"crímenes de guerra" por atentar contra civiles.
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