LLUÍS PELLICER
La entidad colocará los títulos, valorados en 1.375 millones, entre inversores cualificados.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar GUSTAU NACARINO REUTERS
CaixaBank decidió vender el 9,9% de su capital social, que tenía en autocartera, para hacer frente a la compra de BPI, según informó esta tarde a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Ese paquete, al precio que marcaban los títulos al cierre de mercado de este jueves (2,346 euros), está valorado en 1.372,41 millones de euros. La operación se realizará mediante una “colocación privada entre inversores cualificados” y, según la entidad, dos inversores institucionales ya se habían interesado por comprar acciones por 380 millones. La entidad aseguró que la operación pretende reforzar su capital para afrontar la opa sobre la portuguesa BPI, desbloqueada después de lograr que se reconozcan los derechos de voto sobre su 45,2% de las acciones.
La entidad catalana barajaba varias opciones para hacer frente a la operación de BPI. Finalmente ha optado por una colocación privada de las acciones que tenía en autocartera desde el pasado mes de mayo. Entonces, la entidad que preside Jordi Gual cerró la venta a Criteria, su accionista de referencia, de su participación el 17,3% de The Bank of East Asia (BEA) y del 9,01% de Ibursa a cambio de un paquete de acciones que representaba el 9,89% del capital social y un importe en efectivo de 678 millones de euros. Previamente, la junta de accionistas del mes de abril había dado luz verde para que la entidad no amortizara esas acciones (585.000.000, en total) en caso de apreciar “circunstancias sobrevenidas” que aconsejaran no hacerlo “por razones de interés social”.
900 millones para BPIJP Morgan y Morgan Stanley serán las entidades encargadas de la colocación entre inversores cualificados. Según concretó la entidad a la CNMV, dos inversores institucionales “con vocación de permanencia” ya se han interesado por participar en esa colocación mediante la compra de participaciones que suman 380 millones de euros, aunque lo han hecho de forma “no vinculante”.
El precio de la colocación, según la entidad, se comunicará a los mercados más adelante mediante otro hecho relevante. Pese a que de acuerdo con el precio de mercado de ayer el precio de todo ese paquete ascendería a 1.372,41 millones, fuentes del mercado explicaron que al venderse entre inversores cualificados es posible que se apliquen descuentos sobre el valor de ayer. Estos accionistas, además, tendrán derecho al dividendo de 0,03 euros por acción que aprobó ayer el consejo de administración de CaixaBank.
Aun así, el banco que dirige Gonzalo Gortázar necesita un máximo de 900 millones de euros en caso de que pueda hacerse con todas las acciones que le faltan para alcanzar el 100% de BPI. Tanto CaixaBank como Criteria, asumieron un compromiso para no emitir ni vender acciones del banco durante un plazo de 90 días tras la liquidación de la colocación de acciones. La entidad sostuvo que la elección de la venta de sus acciones responde a la necesidad de reforzar su ratio de capital de primer nivel (CET1) ante la opa sobre BPI para mantenerlo entre el 11% y el 12%. Según la nota remitida a la CNMV, la colocación permitirá que en caso de que CaixaBank se hiciera con el 100% de BPI (por el que ha ofrecido 1,134 euros por acción) esa ratio se sitúe en el 10,9% tras la opa, mientras que en el caso de que se hiciera con solo el 51% este sería del 11,4%.
La CNMV había suspendido la cotización de Caixabank pocos minutos antes del cierre de la sesión ante la aparente fuga de información privilegiada que hizo caer las acciones de CaixaBank en un día de Bolsa fuertemente alcista. Al final de la sesión, los títulos de CaixaBank se situaron en 2,346 euros, con una caída del 3,14%. Según las fuentes consultadas, la CNMV investigará de oficio esa posible fuga, como afirma que hace en estos casos.
Desbloqueo de la opa
La operación llega después de que el pasado miércoles la Asamblea General de BPI aprobara el fin de la limitación de los derechos de voto, lo cual permitió a CaixaBank romper el techo del 20% que tenía hasta ahora pese a ostentar el 45,16% del capital social. La decisión, además, dejaba que la entidad catalana siguiera adelante con la opa que lanzó en abril para hacerse con el 100% de las participaciones del banco luso.
Ese cambio, a su vez, se logró después de que la entidad portuguesa e Isabel Dos Santos llegaran a un acuerdo por el que la segunda accionista de BPI se hacía con un 2% del BFA (en el que el banco luso poseía el 51% del capital) a cambio 28 millones de euros y el pago de los dividendos que debía desde 2013, que ascienden a unos 66 millones de euros.
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