MEDIO AMBIENTE:
Uruguay, Islandia o Noruega también están abandonando las fuentes fósiles.
Cráter del volcán Poas situado en el Parque Nacional de Alajuela, Costa Rica. RAMIN TALAISE / CORBIS
Costa Rica está muy cerca de conseguir algo con lo que sueñan
muchos países ricos de alrededor del mundo: abastecer el 100% de la
electricidad que consume el país con fuentes renovables. Durante más de dos
meses -76 días, desde el 16 de junio hasta el último día de agosto- el país
entero, viviendas, industrias, comercios, restaurantes, todo ha funcionado sin emitir
un solo gramo de los gases de efecto invernadero causantes del cambio climático. Un año
especialmente bueno en lo que a lluvias se refiere ha permitido que el
Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) no haya tenido que encender ni un
solo minuto las plantas alimentadas con fuentes fósiles.
Es un récord llamativo, pero tampoco lo es tanto si se tiene en
cuenta que en el país centroamericano ya
van 150 días 100% renovables en 2016 y que en 2015 hubo 300 días en los que
toda la energía que se consumió se produjo con fuentes limpias.
En Alemania, una de las potencias mundiales en energías
renovables, estas fuentes cubren el 33% de su demanda anual y se ha llegado a
cubrir hasta un 87% de la misma con fuentes limpias, pero sólo durante muy
cortos periodos de horas. En España, que también ha sido utilizada como ejemplo
de penetración de las energías limpias, se generó en 2015 el 37% de la
electricidad consumida. Y la pequeña isla
de El Hierro -que cuenta con un proyecto para lograr que la isla sea 100%
renovable- tiene el récord de abastecimiento sólo con fuentes
limpias en 55 horas seguidas.
Costa Rica, en cambio, además de este récord de 76 días
ininterrumpidos 100% renovables, produce
más del 94% de la electricidad que consume anualmente con este tipo de fuentes,
gracias, sobre todo, al 80% de la electricidad que producen sus cuatro grandes
centrales hidroeléctricas. Y, aunque está calificado como uno de los países que
mejor está cumpliendo con sus compromisos adquiridos en la Cumbre del Clima de
París, según la plataforma científica Climate Action Tracker, tiene un plan
aprobado para ser 100% renovable en el año 2021.
Una nueva central hidroeléctrica en el
río Reventazón, en la vertiente atlántica del país, acaba de incorporarse como el proyecto eléctrico más grande de Centroamérica,
según el ICE. «Traerá 305,5 megavatios de energía firme y renovable para
beneficio de todos los sectores del país», asegura Carlos Manuel Obregón,
presidente ejecutivo del ICE.
Independencia eléctrica
Costa Rica es un país pequeño y con algo
menos de cinco millones de habitantes, pero no es el único que ya roza la
independencia eléctrica de las fuentes fósiles. Otros como Noruega -con un 60% de su electricidad producida con
energías limpias y un plan para ser neutro en carbono en el año
2030- o Uruguay -que alcanzará este año el 30% de su consumo eléctrico con
energía eólica- ya caminan en la misma dirección. Islandia no sólo abastece de
electricidad a su población gracias a la energía geotérmica y a los saltos de
agua, sino que cubre el 70% de su demanda total de energía (incluido el
transporte) con fuentes renovables.
«Los países que rondan ese porcentaje de
renovables tienen una elevadísima producción hidráulica o geotérmica. Así que,
en cuanto lo completan con eólica o solar, alcanzan porcentajes muy altos»,
explica Javier García Breva, ex director del IDAE del Ministerio de Industria y
presidente de N2E.
Algunos expertos
opinan que, de alguna forma, se trata de un espejismo y que no
se puede comparar con países como España, Reino Unido o Estados Unidos. No
obstante, otros consideran que lo único que hacen es aprovechar sus recursos
naturales, de la misma forma que podría hacer España con el sol o Reino Unido
con el viento. De hecho, una investigación realizada en 2013 por el ingeniero
industrial de Acciona Santiago Galbete Goyena revelaba cómo podría España hacer
la transición hacia un sistema eléctrico 100% renovable usando sólo tecnologías
disponibles.
Para lograrlo, según su trabajo, sería
necesario no sólo aumentar la potencia eólica, solar y térmica renovable
-biomasa-, sino también instalar sistemas de almacenamiento que permitan
disponer de la energía independientemente de si hace viento o brilla el sol.
«Se está mejorando mucho en las técnicas de almacenamiento, el vehículo
eléctrico es quizá el mejor ejemplo», asegura García Breva. «Pero, al margen de
eso, España está en este momento en una muy buena situación para la
transición hacia el 100% renovable: tenemos 106.000 megavatios
de potencia instalada y la demanda punta del año 2015 fueron 40.000 MW. Eso
permite planificar cómo hacerlo con mayor tranquilidad», opina García Breva.
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