JUAN CARLOS SANZ/JOAN FAUS
Moscú y Damasco aseguran que un bombardeo de la coalición ha matado a decenas de militares.
Rebeldes sirios montan guardia en la principal vía de acceso a Alepo. ABDALRHMAN ISMAIL REUTERS
Más de 60 soldados sirios murieron este sábado en un bombardeo atribuido a la coalición internacional encabezada por Estados Unidos contra el Estado Islámico, según afirmaron tanto las autoridades rusas como las del régimen de Damasco. Tras esas acusaciones, el Ejército estadounidense confirmó que la aviación de la coalición efectuó este sábado un bombardeo en los alrededores de Deir Ezzor y consideró posible que alcanzara a tropas sirias, pero evitó confirmarlo oficialmente.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos confirmó el ataque y elevó a 80 la cifra de víctimas mortales, aunque sin identificar a los aviones que lo lanzaron. El bombardeo fue localizado cerca del aeropuerto de Deir Ezzor, en el este del país, en una zona donde las tropas gubernamentales se hallan cercadas por las milicias del ISIS.
EE UU ha transmitido, a través del Gobierno ruso, su “arrepentimiento” por la muerte de los soldados sirios, según explicó un alto cargo del Gobierno de Barack Obama, informa Reuters. El funcionario dijo que Washington seguirá promoviendo el respeto al alto el fuego en Siria acordado con Moscú mientras mantiene su lucha contra grupos yihadistas.
El objetivo de la campaña aérea liderada por EE UU en Siria, iniciada hace dos años, es atacar posiciones del ISIS, no del Ejército sirio. Es la primera vez, al menos conocida, desde el inicio de la campaña, que EE UU ataca a fuerzas sirias. En la arena diplomática, Washington sigue pidiendo la salida del presidente Bachar el Asad para poner fin a más de cinco años de sangrienta guerra civil en ese país.
“Las fuerzas de la coalición creyeron que estaban atacando una posición de lucha del ISIS que habían estado siguiendo durante un tiempo significativo antes del ataque. El ataque aéreo de la coalición fue parado inmediatamente cuando funcionarios de la coalición fueron informados por funcionarios rusos de que era posible que el personal y los vehículos golpeados fueran parte del Ejército sirio”, señaló el Comando Central del Ejército estadounidense en un comunicado.
En paralelo, un funcionario militar estadounidense dijo a la agencia Reuters estar "bastante seguro" de que el ataque alcanzó a fuerzas sirias.
Reunión en la ONU
A petición de Rusia, que acusó a EE UU de ayudar al ISIS, y de Siria, el Consejo de Seguridad de la ONU celebró la noche del sábado una reunión de emergencia para abordar el ataque.
Antes de entrar a la reunión, en la sede de la ONU en Nueva York, el embajador ruso, Vitaly Churkin, dijo a los periodistas que el ataque sitúa la crisis siria en "un momento extremadamente crucial" y dudó de que se tratase de un error. Por su parte, la embajadora estadounidense, Samantha Power, calificó la cita como una "artimaña" y una "distracción".
El Comando Central estadounidense, encargado de la campaña contra el ISIS, aseguró que la zona del ataque es una que había sido bombardeada en el pasado por la coalición y que la coalición había informado a Rusia de que efectuaría el ataque de este sábado, lo que puede interpretarse como que Washington responsabiliza en parte a Moscú del posible error de alcanzar a soldados sirios.
El mando militar explicó que “no es infrecuente” que EE UU comunique a Rusia sus objetivos pese a que no está obligado a hacerlo según el acuerdo para evitar incidentes entre ambas aviaciones. Y justificó el posible fallo en la volatilidad del polvorín sirio, en que hay guerras entrecruzadas entre rivales que tienen al ISIS como enemigo en común.
“Siria es una situación compleja con varias fuerzas militares y milicias en una proximidad cercana, pero las fuerzas de la coalición no atacarían intencionadamente una unidad conocida siria”, señala la nota. “La coalición revisará este ataque y las circunstancias alrededor de él para ver si se pueden aprender lecciones”.
Cinco días después del inicio del alto el fuego en Siria, los incidentes armados entre las partes en conflicto y las diferencias entre Estados Unidos y Rusia, que forjaron hace una semana el acuerdo, amenazan la viabilidad del segundo cese de hostilidades en el país árabe en lo que va de año. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov, hablaron este sábado por teléfono para intentar prolongar la vigencia de la tregua. Sus respectivos embajadores se habían mostrado incapaces de consensuar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU la madrugada anterior.
Moscú acusa a Washington de no estar cumpliendo su compromiso para contener a sus aliados de las milicias de la oposición. Según los datos del Kremlin, los rebeldes han lanzado 200 ataques, de los que 55 corresponden a las últimas 24 horas, en los que han perdido la vida 12 civiles y otros 40 han resultado heridos. Estados Unidos, por su parte, responsabiliza a las fuerzas rusas y a las del régimen de Damasco del bloqueo de la ayuda humanitaria —que sigue retenida en la frontera de Turquía— para las más de 250.000 personas que permanecen asediadas en los barrios de este de Alepo controlados por los insurgentes.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha constatado que se han producido bombardeos aéreos sobre zonas rebeldes en las provincias de Idlib (noroeste) y Deraa (sur), y en las ciudades occidentales de Homs y Hama. Los combates se han reproducido también en el estratégico distrito de Ramusa, en Alepo, y en Duma Oriental, en la periferia de Damasco.
El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió de que los rebeldes están aprovechando la tregua para rearmarse y reagrupar sus fuerzas. En una intervención televisada durante un vista oficial Kirguizistán citada este sábado por la BBC, Putin aseguró que Estados Unidos parece estar más interesado en apoyar a las milicias de la oposición que en cumplir el objetivo acordado de separarlas de los grupos yihadistas con los que combaten conjuntamente.
Además de las fuerzas del Estado Islámico, las brigadas de Al Qaeda también están excluidas del alto el fuego y pueden ser legítimamente atacadas. El llamado Frente de la Conquista (que cambió el pasado julio su anterior nombre de Frente al Nusra y dijo renunciar a su vasallaje a Al Qaeda), ha tenido un papel determinante en las batallas libradas este verano en Alepo junto con otras milicias islamistas.
Pese a la oposición de Washington, Moscú insiste además en que se hagan públicos los documentos sobre el cese de hostilidades pactado en Ginebra, y en que el Gobierno norteamericano envíe tropas para supervisar su cumplimiento. “En caso contrario, EE UU será responsable del fracaso del plan”, advirtió un portavoz del mando central ruso a través de France Presse. Las violaciones del acuerdo y el alejamiento entre Rusia y EE UU están poniendo en peligro también el acuerdo suscrito por ambas potencias para emprender operaciones aéreas coordinadas contra los yihadistas a partir del atardecer del próximo lunes, cuando se cumpliría la primera semana de la tregua, si se mantienen una sustancial reducción de la intensidad de la violencia.
Por otra parte, el escudo antimisiles israelí ha interceptado este sábado por primera vez dos proyectiles lanzados por los contendientes en la guerra civil de Siria sobre los Altos del Golán, territorio sirio ocupado y anexionado por Israel tras la guerra de 1967. Las baterías y radares del sistema contra cohetes de corto alcance Cúpula de Hierro suelen activarse cuando los ataques amenazan zonas pobladas. Una portavoz de las Fuerzas Armadas precisó que los proyectiles, que presumiblemente se habían desviado de su trayectoria, fueron destruidos en el aire sin que llegaran a causar daños.
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