EL MUNDO INTERNACIONAL
Víctor M. Olazábal
Fuerzas de seguridad pakistaníes examinan el lugar de la explosión, en el distrito de Mastung. BANARAS KHANAFP
El Estado Islámico reivindica el ataque en Pakistán contra el vicepresidente del Senado, que ha causado 25 muertos y más de 35 de heridos en la provincia de Baluchistán, al oeste de Pakistán. El grupo ha realizado su reivindicación a través del medio habitual: Amaq.
"Hemos recibido hasta ahora 25 cadáveres y más de 35 heridos", dijo el médico del hospital, Shafi Zehri, citado por el diario 'The Express Tribune'. El periódico 'Dawn' señala que la cifra de víctimas es ya de 25 muertos y 40 heridos.
La explosión tuvo lugar cerca de un centro de rezo este viernes en el distrito de Mastung, al sur de la ciudad de Quetta. Un testigo sin identificar citado por ese diario relató que la escena era dantesca: "Después de que el aire se despejase, vimos cuerpos por todos lados".
Maulana Ghafoor Haideri, vicepresidente del Senado y miembro del partido Jamiat Ulema-i-Islam-Fazl (JUI-F) resultó herido en el ataque pero se encuentra en buen estado.
"Estoy vivo. Alá me ha salvado la vida. Algunas piezas rotas del parabrisas me golpearon. Estoy herido pero a seguro. El conductor y otras personas sentadas junto a mí quedaron gravemente heridas", señaló el parlamentario a la televisión. La mayoría de heridos y víctimas mortales pertenecen a su partido, según señaló la prensa local.
La policía paquistaní intenta averiguar si se trata de un ataque suicida o de una bomba colocada al paso del convoy. Por el momento ningún grupo ha reivindicado un atentado que ya ha sido condenado por el primer ministro, Nawaz Sharif.
Desde 2014 Pakistán está inmerso en una ofensiva militar para mejorar la seguridad en el país, encadenando una operación detrás de otra con el objetivo de combatir la insurgencia.
Baluchistán, provincia estratégica y rica en recursos energéticos que hace frontera con Afganistán e Irán, es escenario de movimientos separatistas que comparten territorio con grupos islamistas locales y talibanes. Todos ellos se la tienen jurada a las autoridades de Islamabad. Aunque se ha reducido la violencia en la zona, son habituales los atentados, los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y los ataques a minorías.
En 2015 se produjeron en Pakistán 625 ataques terroristas que causaron 1.069 muertos, según el Instituto Paquistaní de Estudios para la Paz (PIPS), una cifra menor a la de los dos años anteriores (con 1.723 y 2.451 muertos, respectivamente) y muy lejana a la de otros años críticos, como 2009, cuando el país vivió 3.800 ataques y 12.600 víctimas mortales.
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