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El campo de concentración nazi de Mauthausen fue liberado por el ejército estadounidense el 5 de mayo de 1945. En él fueron internadas más de 71.000 personas de las que murieron unas 35.800. Entre ellos, miles de republicanos que fueron enviados por Franco tras la guerra.
Setenta años después de la liberación del campo nazi de Mauthausen, en Austria, resultan estremecedoras esta serie de fotografías. Fueron robadas a las SS por Francisco Boix con ayuda de otros prisioneros españoles. Su historia ha sido recreada por el historiador Benito Bermejo en el libro El fotógrafo del horror.
Apasionado de la fotografía y militante socialista, primero, y luego comunista, Boix (Barcelona, 1920-París, 1951) llegó en 1941 a Mauthausen, donde el colectivo de republicanos españoles fue de los más numerosos. La mayoría de ellos (3.893) murieron en el campo vecino de Gusen y 431 gaseados en el castillo de Hartheim.
Boix fue "un privilegiado" porque en 1941 entró a trabajar en el servicio fotográfico que los alemanes tenían en Mauthausen, que sirvió para fotografiar la vida y la muerte en el campo. Algún prisionero contabilizó hasta 35 formas de morir allí.
En 1943, tras la rendición alemana en Stalingrado, los SS dieron la orden de destruir los archivos fotográficos porque eran "comprometedores", pero, según declaró Boix en los juicios de Núrenberg y Dachau, se lograron salvar unas veinte mil fotos de las sesenta mil que se habían hecho.
Estas son algunas de ellas:
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FRANCISCO BOIX / EFE
Por Mauthausen, liberado por el ejército estadounidense el 5 de mayo de 1945, y por otros campos de concentración dependientes de él, como Gusen, pasaron unos 200.000 prisioneros de diferentes nacionalidades, de los cuales murieron la mitad, entre ellos 4.761 de los 7.200 republicanos españoles que estuvieron confinados allí.
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FRANCISCO BOIX / EFE
La escalera de la cantera de Mauthausen, de 186 peldaños, donde se dejaron la vida cientos de prisioneros. Según Francisco Boix, la historia del campo calcula un hombre muerto por losa de peldaño. Trabajar en las canteras de granito del campo de concentración austríaco de Mauthausen significaba la muerte casi segura para los prisioneros. Por esa escalera subían cargados con pesados bloques de granito. A veces, cuando llegaban arriba, los guardianes de los SS los empujaban y los hacían caer en cadena.
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FRANCISCO BOIX / EFE
Centenares de prisioneros desnudos a la espera de una desinfección general en el campo nazi de Mauthausen
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FRANCISCO BOIX / EFE
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FRANCISCO BOIX / EFE
Un grupo de presos españoles arrastran una vagoneta de tierra en el campo de Mauthausen
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FRANCISCO BOIX / EFE
Un prisionero de Mauthausen muerto junto a una de las alambradas electrificadas del campo nazi.
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FRANCISCO BOIX / EFE
Un grupo de prisioneros derriba el símbolo nazi instalado en la entrada del campo de Mauthausen, el mismo día de la liberación
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FRANCISCO BOIX / EFE
Un grupo de prisioneros derriba el símbolo nazi instalado en la entrada del campo de Mauthausen, el mismo día de la liberación
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FRANCISCO BOIX / EFE
Fotografía realizada por Francisco Boix el día de la liberación de Mauthausen, que muestra a cientos de muertos en el campo nazi.
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