EL PAÍS OPINIÓN
Guillermo Altares
El reparto de 'El Padrino', reunido el 29 de abril en Nueva York. KEVIN MAZUR GETTY IMAGES
La película de Francis Ford Coppola sobre los Corleone se ha convertido en una guía para la vida cotidiana.
Casi medio siglo después de su estreno, Robert de Niro logró reunir recientemente en Nueva York a una parte importante del reparto original de El Padrino, Al Pacino, James Caan, Robert Duvall, Diane Keaton y Talia Shire. Francis Ford Copola relató que la Paramount no creía en el proyecto porque pensaba que una película sobre mafiosos no iba a encontrar su público.
Desde que los agentes del FBI irrumpieron en 1957 en la famosa reunión de Apalachin, donde se encontraban los principales representantes de las grandes familias del crimen organizado, la presencia de la Mafia en EE UU quedó al descubierto. Pero en los años setenta no se hablaba con tanta libertad sobre el tema como ahora. La Mafia era todavía bastante invisible. De hecho, el poderoso director del FBI durante 40 años, Edgar J. Hoover, no tenía entre sus prioridades la persecución de la Cosa Nostra, sino el desenmascaramiento paranoico de la infiltración comunista. Hoover falleció en 1972, justo el año en el que se estrenó El Padrino. Nada volvería a ser igual.
Como ocurre con otras obras maestras, pese a la improvisación, a las resistencias del estudio, a la capacidad para el caos de Francis Ford Coppola, el resultado fue una obra maestra y tal vez la película más influyente de la historia. El Padrino se estudia en las escuelas de negocios y es utilizada por los políticos. El lunes mismo, el portavoz del PP, Pablo Casado, señaló que "esperaba que la familia Pujol no se hubiese inspirado en ese tipo de obras", refiriéndose a El Padrino. En una antigua entrevista, la fallecida guionista y escritora estadounidense Nora Ephron confesó que, desde tiempos inmemoriales, su plan de Navidad era ver El Padrino I en Nochebuena y El Padrino II en Fin de Año. Consideraba que mantener frescas las lecciones de la familia Corleone era imprescindible para la vida cotidiana.
El Padrino nos sigue enganchando porque es el relato de un hombre que llega con lo puesto a América y consigue levantar un imperio, aunque pagará un precio enorme por ello. Lo tiene todo: amor, traición, amistad, familia, crímenes, poder... Pero, sobre todo, nos apasiona porque no importa la situación en la que nos encontremos: las secuencias y las frases de la saga de la familia Corleonesiempre nos proporcionarán una respuesta.
Saber quién es el Clemenza de cualquier organización, ser consciente de que aquel que te convoque para la cita es el traidor, tener la capacidad de hacer ofertas que no se puedan rechazar, reconocer la diferencia entre las cosas personales y los negocios... Las enseñanzas que aportan los Corleone siempre son aprovechables. Una de las más importantes, especialmente útil en estos tiempos revueltos de guerras internas entre luz y taquígrafos, sigue siendo cuando su impulsivo hijo Sonny lleva la contraria a Vito Corleone en público. Cuando acaba la reunión, el patriarca le echa una bronca tremenda y luego le reprocha: "Nunca dejes que nadie de fuera de la familia sepa lo que estás pensando".
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