Luis Doncel
Un informe muestra los distintos niveles de renta y precios en 47 ciudades del mundo.
Está pensando en pedir una cita a su compañero o compañera de trabajo para el próximo fin de semana? Pues le conviene saber que el pack romántico —carrera de taxi, cena, cine y unas bebidas para relajar los nervios— le puede salir a precio de ganga o costar un ojo de la cara en función de su lugar de residencia.
Si usted vive en la riquísima Zúrich, es aconsejable que contraiga matrimonio joven, ya que en cada cita deberá desembolsar unos 200 dólares. Pero si le ha tocado en suerte Manila, la capital de Filipinas, el plan de seducción no llegará a los 40. Aunque en ese país, con salarios muy bajos, será infinitamente más complicado ganar ese dinero que en Suiza. Si, como es más probable, el lector de estas líneas reside en Madrid, estará en un punto intermedio: 100 dólares redondos.
Los economistas del Deutsche Bank se dedican cada año a hacer comparaciones de este tipo. Pero en la edición de 2017 del informe Mapping the World‘s Prices han incluido por primera vez un ranking de calidad de vida. Los más afortunados son los habitantes de Wellington (Nueva Zelanda) y Edimburgo, mientras que en el otro extremo están Kuala Lumpur (Malasia) y Manila. En este listado, Madrid obtiene un honroso decimosexto puesto por delante de ciudades como San Francisco, Estocolmo o Bruselas.
Consciente de la dificultad de medir algo tan subjetivo como el nivel de vida, el Deutsche admite que esta selección despertará discusiones. Para hacer su clasificación, el banco ha elegido ocho baremos más o menos objetivos. Y en estos, la capital española obtiene muy buena nota en servicios sanitarios, clima y seguridad; pero cae a la parte baja al analizar el nivel de contaminación y poder adquisitivo de sus habitantes.
Es interesante comprobar cómo en los 16 puestos más altos solo hay ciudades de Norteamérica o Europa occidental. Y que las grandes urbes asiáticas copan los más bajos. Las megaurbes como Tokio, Nueva York, París, Londres o Shanghái tampoco salen bien paradas, sobre todo por su carestía, criminalidad, polución y elevados tiempos de transporte.
Pero los aspectos más divertidos del informe son aquellos en los que se analizan las diferencias de precios en los distintos puntos del globo. Como lo que el informe denomina “el paquete de malas costumbres”, consistente en cinco cervezas y dos cajetillas de cigarrillos. Los habitantes de Oslo (Noruega) y Melbourne (Australia) son los que deben pagar más para destrozar su salud. El pack de cervezas y tabaco cuesta allí 75 dólares, el doble que en Madrid. Y un auténtico dineral en comparación con los escasos 14 dólares de Johannesburgo.
En casi todas las categorías, Madrid queda en la franja media. Así, el salario neto tras impuestos se sitúa en los 1.588 dólares, a años luz de los 5.851 de Zúrich, pero también de los 548 de Yakarta. O el alquiler de un piso de dos habitaciones, que en la capital española cuesta una media de 922 euros. En San Francisco, hay que pagar casi cuatro veces más.
Los madrileños que anden a la búsqueda de gangas comparativas no tendrán suerte. Los hoteles de cinco estrellas de la capital española están entre los diez más caros de las 47 ciudades analizadas. Aunque si usted duerme habitualmente en estos hoteles, es probable que el ahorro no sea su mayor prioridad.
Un último consejo. Si quiere comprar un iPhone, ni se le ocurra hacerlo en países como Turquí o Brasil. El producto estrella de Apple cuesta allí en torno al 50% más que en EE UU. En España, el sobreprecio no es tan grave: queda por debajo del 20%.
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