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Expertos rusos han asegurado que la extraña señal procedente del espacio que desconcertaba a los científicos puede proceder en realidad... de un satélite militar.
El mundo de la astrofísica bulle desde hace unos días. Todo comenzó el 15 de mayo de 2015 en el Cáucaso ruso, cuando el radiotelescopio Ratan 600 registró una señal extraña supuestamente procedente de HD 164595, una estrella a 95 años luz de la Tierra, en la constelación de Hércules. La señal era más potente que el ruido ambiente registrado normalmente.
La señal recibida se asemejó a un beeep, que se prolongó durante unos segundos, y después volvió el silencio. Los investigadores insisten desde hace días en que la probabilidad de que sólo sea un ruido de fondo, una simple interferencia, no supera el 0,02%.
Por esta razón los investigadores explican que este fenómeno es un "candidato SETI". El SETI es un programa estadounidense que desde los años 60 se dedica a buscar con radiotelescopios pruebas de la existencia de vida extraterrestre inteligente. Sin embargo, los expertos subrayan que la explicación extraterrestre es la última que habría que considerar.
Ahora, tras el revuelo creado, Alexander Ipatov, director del Instituto de Astronomía Aplicada de la Academia Rusa de Ciencias, ha especificado en un comunicado a la agencia rusa TASS que, hace años, un equipo de investigadores del que él formaba parte también descubrió una señal inusual muy parecida a esta. Y, al final, resultó que la señal procedía de un satélite militar soviético que no estaba catalogado.
Hace unos días, la CNN ya informaba de que la investigadora rusa Yulia Sotnikova había emitido un comunicado a través del Observatorio Astrofísico de la Academia Rusa de Ciencia diciendo que su análisis ha "revelado el origen terrestre más probable (de la señal)". "Puede decirse con seguridad que ninguna de las señales buscadas ha sido detectada aún", decía el documento.
En una entrevista con la agencia estatal rusa TASS, Sotnikova no divulgó una fuente para la señal, diciendo que la señal "probablemente fue una perturbación terrestre".
En cualquier caso, el SETI aún no ha emitido ninguna conclusión oficial al respecto. Además, ha publicado en su página web que hay "una contradicción" en la respuesta de Alexander Ipatov, ya que esta señal se detectó en mayo de 2015, "mucho después de la desaparición de la Unión Soviética".
El 27 de septiembre numerosos investigadores se reunirán para una conferencia. Quizá de allí salga alguna conclusión más firme.
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