EL PAÍS DEPORTES-ECONOMÍA
Damien Lemaître
Las renuncias de varias ciudades se deben al rechazo popular, enormes sobrecostes y discrepancias políticas.
Estadio de Maracaná. MARIO TAMA GETTY IMAGES
Albergar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos ya no ilusiona tanto al mundo occidental. Después de Boston, Hamburgo y Roma, el Comité Olímpico Internacional (COI) recibió el pasado miércoles la noticia del abandono de la candidatura de Budapest, la capital húngara, para organizar los JJ OO de 2024, como un nuevo revés a su política universalista.
Por segunda vez consecutiva, tras la asignación de los Juegos de invierno de 2022, que enfrentó a Pekín, en China, y Almaty, en Kazajstán (ganó la capital china), sólo dos ciudades competirán oficialmente para acoger al mayor evento deportivo del planeta: París, la capital francesa en la que se reinventaron los Juegos modernos de la mano del barón Pierre de Coubertin, y Los Ángeles, una localidad que ya acogió en dos ocasiones a los deportistas del mundo entero, en 1932 y en 1984. Es decir, dos metrópolis muy convencidas del sueño olímpico.
Los motivos por los que las urbes más ricas y más pobladas del mundo occidental renuncian últimamente a lanzarse en la carrera olímpica son múltiples y variados. En el caso de Budapest, una fuerte presión popular, que se manifestó a través de una petición que recogió en apenas unas semanas hasta 266.000 firmas, obligó al Gobierno de Viktor Orban a retirarse de su proyecto ante el temor de un posible referéndum que pudiera haber sido fatal para su Administración. “Dado que se ha perdido la unión necesaria en Budapest, nuestra candidatura ha perdido todas sus opciones para triunfar”, reza la nota gubernamental en la que se hizo oficial el cese de la candidatura húngara. El propio Ayuntamiento de Budapest debería ratificar este abandono el próximo miércoles al votar una moción en contra del proyecto.
La candidatura de Hamburgo también sucumbió al rechazo popular, esta vez a través de un referéndum. El pasado 29 de noviembre de 2015, un 51,7% de habitantes de esta ciudad alemana votaron en contra de la organización para 2024 de los JJ OO en su municipio, siguiendo la tendencia global. En la historia del olimpismo, todos los referéndums populares —salvo uno en Vancouver— se han saldado con la victoria del no. Por su lado, las retiradas de las propuestas de Roma y Boston están directamente relacionadas con decisiones políticas.
El 11 de octubre de 2016, Virginia Raggi, la nueva alcaldesa de la capital italiana, de un partido de izquierda radical, optó por dinamitar el proyecto cuatro meses después de llegar al poder. En la ciudad del nordeste de los Estados Unidos, Marty Walsh también decidió tirar la toalla, durante el verano del año 2015, en el nombre de todos los habitantes de Boston. Al igual que Raggi, Walsh se quejaba entonces de las repercusiones financieras que podrían suponer para sus contribuyentes la celebración de los Juegos y afirmó que prefería destinar esta cantidad de dinero para proyectos educativos y sociales.
El ejemplo de Río
Los sobrecostes multimillonarios que han generado los JJ OO en sus últimas ediciones y el mal uso de las instalaciones deportivas a posteriori constituyen los dos mayores argumentos para los detractores del sueño olímpico. El reciente ejemplo del monumental estadio Maracaná, en estado de abandono apenas seis meses después de la celebración de los Juegos de Río de Janeiro, ha llamado y mucho la atención de la opinión pública internacional. El presupuesto de la candidatura de Tokio para 2020, que ha pasado de unos 6,14 mil millones de euros a unos 14,4 mil millones, zanjó todas las dudas sobre un mayor control de los gastos tal y como lo promovía a través de su “agenda 2020” el nuevo presidente del COI, el alemán Thomas Bach, tras su elección en septiembre de 2013.
En París, los promotores de la candidatura francesa aseguran competir únicamente para las olimpiadas de 2024. “Es ahora o nunca”, afirmó Tony Estanguet, el presidente del comité, ante los periodistas el pasado 3 de febrero en el día en el que se estrenó la campaña de promoción internacional de la propuesta parisina. De ganar la votación que se celebrará el próximo 13 de septiembre en Lima (Perú), París organizaría así los JJ OO exactamente cien años después de su primera olimpiada, en 1924. Los Ángeles también mantiene por ahora la misma postura.
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