domingo, 20 de octubre de 2019

La economía china crece un 6% en el tercer trimestre, el ritmo más bajo desde 1992. Actualidad-IAEE-Economía

EL PAÍS ECONOMÍA
Jaime Santirso

El dato publicado este viernes, marcado por la guerra comercial con Estados Unidos, reafirma la desaceleración económica del gigante asiático.


Una fábrica china de ropa en el oriente de la provincia de Jiangsu. AFP


La economía china creció un 6% en el tercer trimestre del año, según ha desvelado esta mañana la Oficina Nacional de Estadística. Esta cifra es inferior al 6,2% del trimestre pasado, el cual ya había sido el más bajo desde que las autoridades del gigante asiático comenzaron a hacer pública la variación trimestral del PIB en 1992.
Continúa de este modo la desaceleración progresiva que ha llevado a la economía china a perder unas décimas con cada dato publicado desde 2018. El país se mantiene, aún así, en la senda de cumplir con el objetivo de crecimiento anual marcado por el gobierno, fijado entre el 6 y el 6,5%, y de doblar su tamaño en 2020 con respecto a una década atrás.
Esta desaceleración está marcada por el impacto de la guerra comercial con Estados Unidos, que ya dura un año y medio. En su perfil de Twitter, el diario oficial Global Times ha argumentado que “alrededor del 90% de la presión bajista que China ha sufrido se debe a la guerra comercial”. “Sin su impacto, la tasa de crecimiento habría alcanzado el 6,5%”.

A pesar de que ambos países anunciaron haber alcanzado un acuerdo inicial a finales de la semana pasada, se trata de un arreglo de mínimos que permite una tregua pero deja fuera las cuestiones más espinosas como las reformas domésticas en China o el futuro de Huawei en suelo norteamericano. Los datos mensuales publicados el lunes reflejan que las importaciones y exportaciones chinas profundizan su descenso, perdiendo un -1% y un 5,6% con respecto al año anterior, en gran medida a causa de la fuerte caída en el intercambio de bienes con EEUU.
La cifra de hoy es inferior a lo esperado: la encuesta de expertos elaborada por Reuters pronosticaba un 6,1%. Sus estimaciones colocaban el crecimiento anual en el 6,2%, lo que haría de 2019 el año más débil desde 1990. Se trataría, también, del cuarto peor dato en los últimos 42 años, lo que atestigua el vertiginoso ritmo al que China ha avanzado desde finales de la década de los setenta, cuando comenzaron las reformas económicas impulsadas por Deng Xiaoping.
“El resultado del tercer trimestre es preocupante de cara a 2020, a no ser que el gobierno tome medidas significativas”, apunta explica Alicia García Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico de Natixis. “La única que se puede tomar de manera inmediata para apoyar al sector industrial –el principal motivo que explica la desaceleración– es una devaluación del yuan: los reformistas en Pekín se oponen pero sus voces cada vez son más débiles”.
Hasta ahora, las autoridades han apostado por combinar estímulos fiscales y flexibilización monetaria, inyectando liquidez por medio de la reducción de la ratio de reservas obligatorias para los bancos y ofreciendo rebajas de impuestos por valor de billones de dólares. Muchos expertos, no obstante, apuntan a que la capacidad de acción del gobierno estaría limitada por su creciente nivel de endeudamiento.


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