Mada Martínez
El Gobierno asignará por primera vez partidas para especies invasoras y centrará su estrategia en la coordinación efectiva.
En diciembre los plumeros viven su senescencia foliar, sus hojas amarillean. La planta se concentra en esta tarea hasta enero, después empezará su germinación, y en verano resplandecerán.
El plumero es una especie invasora en Cantabria, una de las más significativas tanto por presencia como por potencial expansión: ha colonizado terrenos urbanos y periurbanos en tres cuartas partes de la región, sobre todo en los municipios costeros, y sigue avanzando hacia el interior, alcanzando cada vez cotas más altas. También han llegado a zonas de valor ecológico, como las Dunas de Liencres, las marismas de Santoña, Oyambre... El plumero, ultrarresistente a las condiciones del clima, arrincona especies autóctonas, herbáceas y leñosas.
Ante esta diáspora infinita, el Gobierno ha decidido actuar con un ‘Plan de Acción contra el Plumero’. Ya existe un documento de referencia que diagnostica el asunto con datos comparados, mapas, gráficos y aportaciones de la administración y colectivos ambientales. Además, incluye una estimación de costes y tiempos, describe métodos para atajar las mecollas –manual, mecánico, químico–, y fija objetivos: si bien no se renuncia a la erradicación, el confinamiento progresivo es lo más realista a corto y medio plazo.
El documento se ha sometido a información y participación públicas, y está a punto de remitirse al Consejo de Gobierno para su aprobación. Esto ocurrirá entre enero y marzo de 2017, convirtiéndose en la primera estrategia autonómica contra una planta que hace siglos decoraba salones y que hoy constituye una plaga de difícil reversión.
Antonio Javier Lucio es biólogo y director general de Medio Natural en el Gobierno. Lucio recuerda que, desde 2005, la administración ha enfrentado el problema, pero sin la efectividad deseable. «Ha habido cierta descoordinación, cada administración (local, autonómica, estatal) ha seguido un criterio distinto» para el control y la erradicación. Entre otros muchos asuntos, el plan viene a paliar este abordaje sin sentido. ¿Cómo? «Estableciendo criterios para maximizar los recursos y agentes» implicados, esto es, no malograr tiempo, dinero y esfuerzo; también priorizando actuaciones, creando un grupo de coordinación, y realizando un seguimiento continuo del plan. «Es una batalla a medio largo plazo».
Hay síntomas de que el plan es casi un hecho: el borrador de presupuestos que maneja el Gobierno señala dos partidas –ambas de 300.000 euros; una de la Consejería de Medio Rural, y otra de MedioAmbiente– para invertir en la Estrategia regional de especies exóticas invasoras, que es la acción marco en la que se encuadra el plan del plumero. Lucio asegura que «un altísimo porcentaje» de las mismas se destinará al plan antiplumero.
Rubén Gómez, diputado autonómico de Ciudadanos, indica que su partido ha llevado este asunto a la mesa de negociación de los presupuestos porque consideran que es importante. «Los plumeros son un problema medioambiental de primer orden», incide Gómez. Lucio, por su parte, avanza que las partidas financiarán trabajos sobre el terreno, acciones coordinadas que pueden leerse además como una fuente de empleo. Una vez superada la fase de diagnóstico, el Gobierno piensa que es momento de actuar.
Coordinación, coherencia
Jacobo Fernández Rojo es uno de los autores del texto base del plan. Comenzaron a componerlo a mediados de 2015 y se ha planteado a 15 años vista. El texto pasó por distintos consejos y organismos para completarse con opiniones y experiencias previas. «A nivel técnico, el plan está finalizado. Ahora falta, por decirlo de algún modo, la parte política». En cuanto a objetivos, el responsable del área técnica de EDAC S.L. cree que confinar el plumero a zonas de costa sería un «éxito». Incide en la idea de armonizar. «Hasta hace poco, la acción era improvisada. El problema de los plumeros es a nivel competencial. La principal línea de acción es ahora la coordinación, intervenir con coherencia».
El texto que ha coescrito está pegado al hecho. Gran parte del documento analiza a dónde llega el plumero, de qué manera lo ha hecho. Además del relato histórico –los usos ornamentales del XIX; la llegada de semillas al Puerto de Santander mezcladas con las del trigo argentino–, el texto radiografía el presente. Un dato llamativo es que la planta está presente, en mayor o menor medida, en 83 de los 102 municipios. Quedan ‘libres’ Liébana, Campoo-Valderredible, la parte sur del Saja-Nansa..., zonas por las que se podría empezar a actuar. Pero el mapa está vivo: la expansión es tan inesperada que, tras cerrarse el texto, se localizaron ejemplares en zonas como Valdeolea.
Su dispersión y distribución se debe a varios factores. Puede intervenir el ser humano –uso de tierra vegetal ‘contaminada’ en obras civiles, o la incorrecta limpieza de las carreteras–, o puede tratarse de factores naturales –vientos, heladas– que fijan la distribución actual. Además, autovías y líneas férreas actúan como corredores (la A-8, por ejemplo, abre camino hacia el este). Una postal regional tipo, más allá de tudancas o acantilados, podría ser la de los taludes atestados de plumeros.
Colectivos ambientales
Gustavo Gutiérrez es miembro de Ecologistas en Acción, un colectivo que ha hecho aportaciones al plan. «El tema es tan complejo como nuestra sociedad. El éxito depende del grado de compromiso y coordinación entre administraciones».
Gutiérrez entiende que la estrategia será costosa si se quiere hacer bien. «Cantabria tenía que haber aprovechado cuando la destrucción urbanística estaba en su apogeo». Se refiere a los años 90 y principios de los 2000, los años de oro del ladrillo. La expansión urbanística benefició al plumero: urbanizaciones, polígonos, transporte de grava desde las canteras. «Entonces se reclamó a las autoridades que hicieran algo porque estaba claro que era un problema que iba a ir a más». Hubo algún intento, pero no cuajó. «La estrategia llega tarde pero es necesaria –les hubiera gustado más ambición–. En algunas zonas el problema es irreversible, solo la acción coordinada y la inversión servirán para algo». Ecologistas ha propuesto medidas de control. Gutiérrez añade además una acción positiva: incentivar a municipios libres de plumero. «Sería un estímulo».
La Fundación Naturaleza y Hombre actúa a través de los proyectos Life AnilloVerde Bahía de Santander, y Life Miera. Hace poco actuaron en el Pozón de la Yesera (Gajano). Tras un mes de trabajo desalojaron la planta, ahora supervisarán la zona. La gran mayoría de las macollas se extirparon con azada. Antonio Urchaga, coordinador del Life Anillo Verde es claro: «Control y seguimiento son esenciales». Actuaron gracias a la fórmula del acuerdo de custodia, al que se llega con el propietario del terreno, en este caso la Junta Vecinal de Gajano. En 2016, la FNyH ha intervenido también en el Pozón de la Dolores, el encinar de Peñas Negras, los Pozos de Valcaba, y las marismas de Alday y Engo. Urchaga es positivo: «El plan me parece necesario. Hay que intentarlo».
FALTA DE COORDINACIÓN ENTRE ADMINISTRACIONES
13.01.14. Álvaro García de Polavieja
Guerra contra el plumero
Ocho asociaciones ecologistas de Cantabria se han unido para promover el desarrollo de un plan de choque que frene el avance de la Cortaderia selloana, más conocida como los famosos ‘plumeros de la Pampa’, ante la falta de coordinación y la pasividad de las distintas administraciones implicadas en esta problemática. La iniciativa, que aúna a Ecologistas en Acción, ARCA, Ecosistemas Sin Invasoras, Fundación Naturaleza y Hombre, SEO BirdLife, Grupo de Recuperación de Costa Quebrada (GRCQ), Mortera Verde y Asociación Cambera, denuncia la gravedad de la situación que está provocando la expansión de esta especie invasora, que llegó a Cantabria en los años 40 del pasado siglo mezclada con los cereales importados por España en plena postguerra y que, tras colonizar drásticamente el arco de la Bahía de Santander, ya es visible en zonas del interior de la región como Arredondo, Cieza, Soba o Mazcuerras, muchas de ellas con un gran valor medioambiental.
Los responsables de las distintas asociaciones destacan la falta de compromiso de las distintas administraciones públicas implicadas, piezas claves en la definición y el desarrollo de una línea de acción que frene el avance de los plumeros en estas zonas, así como en la coordinación de los medios humanos y de los recursos técnicos y económicos necesarios para mitigar los efectos que esta especie está produciendo en Cantabria.
Para los ecologistas, los principales factores de la expansión incontrolada de los plumeros por los paisajes cántabros han sido «la fiebre urbanística asociada a la construcción de grandes infraestructuras, que ha originado las remociones de tierras, los rellenos, el incremento de la actividad extractiva en las canteras y el progresivo abandono de la ganadería, desencadenando una expansión sin precedentes de esta planta en Cantabria».
La gravedad de la situación actual es tal que estas asociaciones consideran prácticamente imposible la eliminación de la gran cantidad de colonias de plumeros que pueblan el arco de la bahía santanderina, y piden medidas que permitan establecer un cordón de seguridad en la zona de Cabuérniga, un cortafuegos natural que hasta ahora había frenado la expansión de la Cortaderia selloana en las zonas de montaña del interior: «La situación ha llegado a un punto en que la franja litoral resulta inabarcable en términos de erradicación, y lo único que cabe abordar es la contención. Por ello cobra especial relevancia evitar que la plaga rebase la línea imaginaria que supone la sierra del Escudo de Cabuérniga y sus prolongaciones orientales, que aíslan en cierto modo los valles interiores de la franja costera». Aunque esta macro iniciativa ecologista todavía no ha fijado plazos ni ha definido cuáles van a ser sus líneas de actuación, sus integrantes tienen muy claro que Cantabria no puede renunciar a la lucha contra una especie que ya se deja ver de forma masiva en todo el litoral cántabro, y que se extiende siguiendo las grandes vías de comunicación que comunican éste con el interior de la región. Por ello, aspiran a convertirse en un grupo de presión que potencie el compromiso tanto de los poderes públicos como de la ciudadanía con el que consideran uno de los mayores problemas a los que tiene que hacer frente Cantabria y su biodiversidad.
Marta Uranga, de la asociación Cantabria Sin Invasoras, señala que la lucha contra los plumeros «no es una cuestión de dinero, sino de una gestión coherente y coordinada de los recursos». Asimismo, destaca la importancia del compromiso de las administraciones como elemento fundamental para frenar una expansión que puede dañar gravemente dos de los grandes valores de Cantabria, como son sus paisajes y su gran biodiversidad: «es imprescindible que los ayuntamientos tomen cartas en el asunto, que se impliquen en la conservación de su patrimonio natural». Un enfoque que queda retratado en el manifiesto presentado conjuntamente por las distintas asociaciones, en el que señalan que «resulta urgente y necesaria la implicación fehaciente de los ayuntamientos, dado que se está perdiendo a pasos agigantados el patrimonio natural de numerosos municipios afectados». Por ello, los promotores de esta iniciativa proponen la realización de un seguimiento pormenorizado de la presencia de la Cortaderia selloana en los distintos municipios de Cantabria, así como el desarrollo de una estrategia regional que coordine los recursos y las líneas de actuación necesarias para frenar su expansión hacia el interior de Cantabria.
Felipe González, delegado territorial de SEO Birdlife en Cantabria, señala que uno de los grandes objetivos de la iniciativa es implicar tanto a la sociedad civil como a todos los organismos públicos que de una u otra forma tienen relación con el problema. Se trata de un amplio abanico de administraciones públicas cuya coordinación es imprescindible para que las líneas de actuación que se definan sean realmente eficaces: «Se están desarrollando acciones puntuales encaminadas a frenar la expansión de los plumeros, pero es necesario que todos los actores relacionados con la situación se impliquen de forma coordinada porque de lo contrario estas acciones no tienen la efectividad que podrían tener». En ese sentido, González señala como imprescindible la coordinación entre el Gobierno regional, los distintos ayuntamientos de Cantabria y un amplio número de organismos entre los que se cuentan Puertos del Estado, la Confederación Hidrográfica, FEVE y Renfe o el Ministerio de Fomento.
Entre las diferentes actuaciones planteadas por las distintas asociaciones destaca el desarrollo de un manual de gestión del suelo y del territorio, enfocado específicamente a la lucha contra la proliferación de esta especie. Para González, la existencia de colonias de plumeros constituye un «indicador de gestión de obra pública», uno de los principales factores de propagación de la especie. En ese sentido, el delegado de SEO Birdlife en Cantabria aboga por el establecimiento de protocolos de actuación que unifiquen los criterios de acción contra esta especie invasora. En ese sentido, uno de los primeros grandes logros de este grupo de asociaciones ecologistas ha sido la creación de un grupo de trabajo en el Consejo asesor de la Consejería de Medio Ambiente, enfocado específicamente al diseño y desarrollo de las líneas de lucha contra la Cortaderia selloana, una materia bien conocida por los ecologistas, que serán parte activa de las respuestas que las administraciones planteen. «Los plumeros no son un problema exclusivo de Cantabria porque ya los estamos exportando a otras comunidades como Asturias o el País Vasco, que se muestran preocupadas por el avance de la especie. Es necesario que las distintas administraciones se implique y coordinen para empezar a afrontar de forma definitiva el grave problema que suponen los plumeros para Cantabria».
Acción institucional
En Cantabria, la gestión de las especies invasoras corresponde a la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, que cuenta con el apoyo de la Consejería de Medio Ambiente en el desarrollo de acciones puntuales de gestión y recuperación de espacios naturales degradados.
La Consejería de Ganadería señala que este organismo, como responsable de la gestión de los espacios naturales de carácter público, trabaja para poner coto a la expansión del plumero de la Pampa y de otras especies invasoras como la chicla, el bambú japonés o el cangrejo americano. En ese sentido, destaca que Cantabria cuenta desde 2006 con un «programa para el Control de Plantas Invasoras, con dotación presupuestaria anual que se mantiene constante en los últimos ejercicios».
Cuestionados sobre la problemática que representa la expansión de los plumeros en territorio cántabro, la Consejería reafirma el compromiso de la Administración regional con la lucha contra los plumeros, pero resalta la dificultad que ésta entraña: «La lucha contra el plumero depende no sólo de las actuaciones planteadas desde la Consejería, sino que requiere de la participación de numerosos organismos públicos como AENA, la Confederación Hidrográfica, la Dirección General de Carreteras o Puertos del Estado.
Asimismo, la gestión de los espacio privados también escapa a nuestras competencias. En la situación actual la erradicación de las plantas invasoras en Cantabria es un objetivo utópico, y el escenario más favorable es la contención de la invasión», señalan.
Por un Camino sin plumeros
Piélagos elimina las plantas invasoras a lo largo de la ruta de peregrinaje a Santiago que pasa por el litoral del municipio y enseña a los vecinos las técnicas para erradicarlas de sus fincas.
En Piélagos han decidido plantar cara a los plumeros que invaden la ruta de la costa del Camino de Santiago a su paso por este municipio, y ya es posible transitar por esta senda que atraviesa enclaves de alto valor paisajístico sin estas plantas invasoras como compañeras de viaje.
De esta tarea, que según el Ayuntamiento avanza a "muy buen ritmo", se ocupan veinte trabajadores de la iniciativa singular de empleo de la comarca del Besaya, que llevan a cabo un proyecto que se centra en espacios degradados y que en Piélagos se basa en la recuperación ambiental de las zonas aledañas al Camino de Santiago.
Además, los propios vecinos de Boo de Piélagos colaboran en este objetivo y se van a encargar de la recuperación de zonas verdes y de ocio. El Ayuntamiento está elaborando un catálogo de las especies invasoras más problemáticas presentes en el municipio para que ellos mismos aprendan a identificarlas y puedan aplicar, en terrenos privados, las técnicas de erradicación más idóneas según el caso.
La concejala de Empleo y Desarrollo Local, Rebeca Lanza, ha indicado que este catálogo local recogerá las especies que reúnen ciertos atributos como las altas tasas de crecimiento y reproducción, elevada flexibilidad y plasticidad, alta capacidad de hibridación, periodos de generación cortos, mecanismos de dispersión efectivos o producción de semillas con considerable longevidad.
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