Nicolás Alonso
-Los datos, recogidos por pulseras Fitbit, entre otros accesorios, muestran los recorridos de soldados en zonas de conflicto con nitidez.
Salir a correr se ha convertido en una posible amenaza para las fuerzas de seguridad estadounidenses. Un mapa interactivo publicado en Internet por la empresa tecnológica Strava muestra los recorridos que hacen los usuarios de accesorios —como la pulsera Fitbit— para hacer ejercicio. Entre ellos se encuentran centenares de soldados estadounidenses desplegados en zonas de conflicto, según revela el plano, desvelando así la ubicación de bases militares conocidas y secretas en las que están destinados. El Ejército ha anunciado que revisará las reglas para sus tropas sobre el uso de estos dispositivos para evitar que sus enemigos tengan conocimiento de sus desplazamientos.
En el mapa se pueden observar con detalle los desplazamientos geográficos procedentes de los usuarios de este tipo de productos, utilizados para medir el rendimiento el cuerpo al hacer deporte. Gracias a su componente GPS, estos accesorios también pueden informar del trayecto exacto y la distancia recorrida por el usuario. La mayoría de los 27 millones de usuarios están en Europa y Estados Unidos, por lo que el enorme volumen de puntos amarillos, que en el mapa representan el uso de una Fitbit, no sorprenden a simple vista. En otros continentes las luces escasean, reflejando un menor uso de los dispositivos.
Sin embargo, al hacer "zoom" en zonas remotas de conflicto en África u Oriente Medio, donde la presencia de occidentales es minoritaria, unas pequeñas manchas de luz desataron el revuelo este domingo. Expertos, investigadores y periodistas acudieron a las redes para alertar de lo inédito: al contrastar la ubicación de bases militares con los puntos iluminados en el mapa, se podía deducir el lugar y los trayectos exactos que hacen los soldados cuando se ejercitan.
En un comunicado a The Washington Post, el primer diario en reportar esta vulnerabilidad, el Ejército afirmó que revisará las normas que regulan la tecnología digital que usan los efectivos. "El rápido desarrollo de las nuevas tecnologías mejora nuestra calidad de vida pero también supone retos para nuestra seguridad operacional y nuestras fuerzas de protección. Estamos trabajando para refinar nuestras políticas y procedimientos para mitigar esos riesgos", afirmó un portavoz del Comando Central estadounidense.
Tobias Schneider, analista de seguridad y uno de los primeros en llamar la atención sobre el mapa, señaló en Twitter que en Siria, por ejemplo, bases de la coalición anti-ISIS conocidas están muy iluminadas, mientras que las de los rusos brillan ligeramente. Aunque la información publicada no corresponde con los movimientos en tiempo real, presenta una posible amenaza de seguridad para los soldados desplegados en zonas de conflicto ya que ubica su localización y las rutas que recorren cuando hacen deporte o cuando patrullan las inmediaciones de las bases. Algunos expertos también señalaron que la información publicada podría llegar a servir para emparejar las identidades de los soldados con sus desplazamientos.
El mapa fue divulgado en noviembre de 2017, pero no fue hasta este sábado cuando Strava contextualizó la información: registra 1.000 millones de actividades y tres billones de puntos GPS a lo largo de dos años. El nivel de detalle es implacable. Strava defendió en un comunicado que su intención no era poner en riesgo la seguridad de nadie: "La empresa está comprometida a trabajar con el Gobierno y el Ejército para atajar posibles vulnerabilidades". Pero el daño ya está hecho.
El analista de conflictos Nathan Ruser dedicó un hilo de su perfil de Twitter a marcar algunas de las posibles rutas de ejercicio en Siria y Afganistán de personal ruso, estadounidense e incluso turco. Muchos de los puntos de luz se encuentran en los aledaños de conocidas bases militares estadounidenses, como Kandahar (Afganistán). Pero otros, también rodeando misteriosas pistas para aviones, ponen en evidencia la ubicación de bases secretas. Dado que la mayoría de usuarios de estos productos son occidentales, algunos expertos también han señalado en las redes sociales que, en otros casos, los puntos también reflejan la actividad de empleados de ONGs y otro tipo de organizaciones.
En la costa de Somalia, un país en conflicto desde hace más de 25 años, pequeñas rayas amarillas muestran actividad a lo largo de la costa. Un periodista experto en terrorismo informó en Twitter que pequeñas iluminaciones en el mapa muestran la localización de bases de los equipos de operaciones especiales en el Sahel.
La decisión del Ejército de revisar su política sobre estos dispositivos contrasta con su perspectiva hace unos años sobre las Fitbit y accesorios similares. En 2013, según el Post, el Pentágono distribuyó hasta 2.500 de estas pulseras como parte de un proyecto para combatir la obesidad.
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