martes, 30 de enero de 2018

Un candidato a ser el ‘Homo sapiens’ más antiguo, hallado en Israel. 1º ESO

EL PAÍS Materia
Manuel Ansede/Juan León García

Descubiertos unos dientes fósiles de 180.000 años en una cueva del bíblico Monte Carmelo.




“Rompe las columnas para que se hunda el techo y les parta a todos la cabeza; y si alguno llega a salvarse, lo mataré a espada; pues ninguno de ellos podrá huir, no escapará nadie con vida. Aunque bajen hasta el infierno, de allí los sacará mi mano; si suben a los cielos, de allí los haré bajar. Si se esconden en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los agarraré”, bramaba contra los pecadores el Dios del Antiguo Testamento en el Libro de Amós.
Allí, en ese bíblico Monte Carmelo, escondidos en la cueva de Misliya, a unos 12 kilómetros de la ciudad de Haifa (Israel), han aparecido ahora los restos fósiles de humanos modernos más antiguos hallados fuera de África: un fragmento de maxilar izquierdo —con sus dientes— de alguien que vivió hace unos 180.000 años. “Seguramente también se podría decir que es el Homo sapiens más antiguo del registro fósil. Y se ha encontrado en Israel, en Palestina, en ese lugar bíblico por excelencia. Eso le da un poco de morbo al descubrimiento. El primer Homo sapiens se encuentra en Tierra Santa”, afirma el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, coautor del hallazgo.
"El primer Homo sapiens se encuentra en Tierra Santa. Eso le da un poco de morbo al descubrimiento”, afirma el paleontólogo Juan Luis Arsuaga
La persona de Misliya da el enésimo vuelco a la evolución humana. Hasta la fecha, los primeros restos de Homo sapiens fuera de África habían aparecido en los yacimientos israelíes de Skhul y Qafzeh, con una antigüedad de entre 90.000 y 120.000 años. Misliya pulveriza ese récord al menos por 60.000 años y confirma lo que ya sugerían los estudios genéticos: que los primeros humanos modernos ya estaban fuera de África hace más de 200.000 años.
Hoy es muy fácil sentirse especiales, como miembros de una especie elegida por algún dios, pero esta ensoñación era más complicada hace 100.000 años. En aquella época, coexistían en el planeta Tierra al menos cinco especies humanas diferentes: Homo sapiensHomo erectus, neandertales, Homo floresiensis y denisovanos. Todos los estudios científicos sugieren que practicaban sexo entre ellas cuando coincidían en un mismo territorio, dando lugar a hijos mestizos cuyo ADN sigue en mayor o menor medida en nuestra sangre. La promiscua verdad científica es difícil de encajar con el Génesis bíblico.
El nuevo hallazgo de Misliya, publicado hoy en la revista Science, implica que los humanos modernos salieron antes de África y tuvieron unos 60.000 años más para compartir genes —tener sexo— con los neandertales, más propios de climas fríos, que iban y venían entonces por el actual Israel.
La cueva de Misliya, en el bíblico Monte Carmelo, en Israel.
La cueva de Misliya, en el bíblico Monte Carmelo, en Israel. ISRAEL HERSHKOVITZ
El fósil de Misliya, según Arsuaga, compite por el título de Homo sapiensmás antiguo conocido. Hace unos meses, un equipo de científicos desveló el hallazgo de restos humanos modernos de 300.000 años en el yacimiento marroquí de Jebel Irhoud. El descubrimiento desplazó la cuna de la humanidad a Marruecos. Antes, los restos más antiguos de Homo sapiens, de 195.000 años, habían aparecido en el yacimiento de Kibish, en Etiopía. Para Arsuaga, investigador de la Universidad Complutense de Madrid, estos fósiles son presapiens.
“Están en la línea sapiens, pero no son todavía completamente sapiens. Yo iría todavía más allá de lo que se dice en nuestro artículo publicado en Science y me atrevería a decir que es el primer fósil de Homo sapiens, completo, con anatomía actual”, sostiene. “Estoy totalmente de acuerdo con Arsuaga”, coincide Israel Hershkovitz, paleoantropólogo de la Universidad de Tel Aviv y líder de la investigación. Su estudio científico publicado en Science se limita a afirmar que los restos de Misliya son “los humanos modernos más antiguos fuera de África”.
"Con este estudio ampliamos el marco geográfico en el que debemos buscar el origen de nuestra especie”, explica la investigadora María Martinón Torres
“La historia del origen de Homo sapiens ha sido africana. Con este estudio ampliamos el marco geográfico en el que debemos buscar el origen de nuestra especie”, explica con más cautela María Martinón Torres, coautora del trabajo y directora del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, en Burgos. “Yo creo que hay que considerar al Oriente Próximo dentro de los límites geográficos de lo que hasta ahora hemos llamado la cuna de la humanidad”.
Curiosamente, como en el relato bíblico (“Rompe las columnas para que se hunda el techo y les parta a todos la cabeza”), el techo de la cueva de Misliya colapsó hace unos 160.000 años y sirvió de protección para el fósil humano y las herramientas enterradas en el sedimento. Los restos hallados muestran que los humanos de Misliya ya controlaban el fuego y cazaban grandes animales, como vacas prehistóricas, gamos persas y gacelas. Sus herramientas de piedra, elaboradas con el método Levallois y sofisticadas para la época, son similares a las encontradas con los primeros humanos modernos en África.
“Hay otro yacimiento, en el mismo conjunto de Monte Carmelo, en el que han aparecido conchas perforadas para hacer collares, de hace 100.000 años. Eso ya indica que hay una mente como la nuestra, lingüística y simbólica”, detalla Arsuaga. En Misliya, en cambio, no ha aparecido nada similar hasta ahora. “Misliya es de hace 200.000 años. Estamos en unas fechas en las que no hay objetos simbólicos, de adorno o artísticos, que nos hagan pensar en una mente como la nuestra”, añade Arsuaga. “Es un Homo sapiens sin objetos simbólicos”.
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