Manuel P. Villatoro
- El periodista publica «Superhéroes del Imperio», una obra en la que analiza las exageraciones que hay en las biografías de los militares más ilustres de nuestro país.
Separar el mito de la realidad y analizar la verdad que se esconde tras los relatos de los personajes más ilustres que ha dado la historia de España. Esa es la ardua labor que ha llevado a cabo el periodista de ABC César Cervera Moreno en su nueva obra: «Superhéroes del Imperio» (La esfera de los libros, 2018). Un interesante y ameno relato en el que, de una vez por todas, la leyenda que rodea a personajes como Diego García de Paredes (un militar del que las crónicas afirman que acabó con 500 enemigos en un día) se aparta para dar paso a la historia más cristalina. Y es que, tal y como el autor explica, las gestas de estos sujetos no necesitan de ninguna exageración o adorno para resultar, ya de por sí, increíbles.
¿Se han mitificado las gestas de los héroes españoles que hoy veneramos?
En general, no se ha conocido la biografía de prácticamente ninguno de estos personajes hasta hace 20 o 30 años, cuando empezó a haber una revolución en la historiografía militar. El problema es que, hoy en día, estamos pasando del desconocimiento, a la exageración.
¿Esta mitificación se ha dado únicamente en la actualidad?
No. En su momento hubo otro proceso de mitificación mayor. Hace 300 años nuestro imperio necesitaba héroes que sustituyeran a los medievales y que tuvieran acento y apellido español. Por eso se elevaron figuras como la de Hernán Cortés, el Gran Capitán o Diego García de Paredes. El problema es que la vida de estos personajes fundacionales se dio a conocer, muchas veces, mediante la literatura. Y eso impide establecer el límite entre la realidad y la ficción. Yo analizo la verosimilitud de estos relatos en mi nuevo libro.
¿Son fiables, entonces, las crónicas y los escritos originales?
Los héroes que hoy conocemos, desde Julio César a Hernán Cortés, tienen algo en común: o ellos o sus descendientes (siempre individuos interesados) se han preocupado de que su memoria perdurara. Por eso, debemos desconfiar y analizar las fuentes. Porque, en muchas ocasiones, su pasado responde a una necesidad social: la de que el país tenga mitos propios. Lo que no debemos olvidar es que detrás de esas leyendas y superpoderes hay unas historias fascinantes.
¿Es igual de malo dotar de superpoderes a héroes españoles, que cargar contra ellos para deslegitimarles?
La diferencia es que nuestros héroes han sido exagerados en base a verdades, como en todos los países de Europa. En el otro extremo, lo que se ha hecho es desfigurar al personaje mediante mentiras para dañar a España. Hacer propaganda de guerra, en definitiva. Pero pasa lo mismo que hoy en día. Los superhéroes de las películas no dejan de ser la proyección de americanos excepcionales llevados al extremo. En las crónicas históricas se exageraba porque, ya por entonces, lo que se buscaba es que el público las leyera y que fuesen atractivas
¿Cuál es la mayor exageración que ha conocido sobre un héroe español?
Una de las más llamativas es la de Diego García de Paredes. Es probable que este soldado midiera unos dos metros de altura, pero en las crónicas es retratado como un gigante de cómic. Según quedó escrito, llegó a matar él solo a 500 franceses en un día con una gigantesca espada. Pero no hay que olvidar que todo eso se basa en una verdad: que era un soldado fabuloso. Álvar Cabeza de Vaca es otro caso similar. Sus crónicas (que escribió él mismo) son a veces rocambolescas. Pero también narró cosas contrastables desde el punto de vista científico, pues describió por primera vez a los bisontes americanos o a muchas tribus que nadie conocía. Al final, tras deshojar los mitos, lo que te queda son militares, médicos y personajes excepcionales.
Una de las gestas generalizadas que parece más inverosímil es la de Francisco de Cuéllar, el náufrago de la Armada Invencible que se salvó milagrosamente de los ingleses
Cuéllar afirmó en sus informes que defendió un castillo contra miles de soldados ingleses con una decena de hombres. En su crónica, explicó que los venció y que acabaron huyendo ante la llegada del invierno. Pero los británicos no hicieron mención a este episodio. Únicamente explicaron que se hizo una batida por la zona, pero que no encontraron a nadie y que se retiraron por el frío. Cuéllar le dio la vuelta a este hecho. Pero tras esa exageración hay una historia increíble como es la de un hombre que sobrevivió a un naufragio y recorrió las islas británicas de punta a punta.
¿Debemos creer hechos aparentemente inverosímiles como que Blas de Lezo encabezara, con su cojera y su brazo inmóvil, una carga contra los ingleses en Cartagena de Indias?
No podemos estar seguros debido a la escasez de fuentes. Pero hay que analizar lo que está detrás de esa afirmación. Lo que se quiere decir con ello es que era un soldado que siempre estaba en primera línea de batalla a pesar de su discapacidad. Pasa otro tanto con la monja alférez. Era una mujer pendenciera que, según ella, escapó de decenas de combates. Probablemente eso sea una exageración, pero lo que quiere decir es que era muy buena esgrimista. Al final, las mitificaciones nos enseñan también algo de los personajes.
¿Qué superhéroes americanos serían Pizarro y Carrión?
Francisco Pizarro sería Ironman, porque tuvo una resistencia mucho más allá de la biología. Parece imposible que pudiera sobrevivir a todas las penurias por las que pasó sin tener algo sobrenatural. Pero así fue. Cruzó el Atlántico, viaje en el que muchísimos morían, y sobrevivió. Posteriormente participó en decenas de expediciones en las que, según las crónicas, murieron más del 50% de sus integrantes. A Juan Pablo de Carrión me gusta compararle con el Lobezno más viejo, un hombre que ya está en el ocaso de su vida y que acomete su última empresa heroica.
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