Fernando Cancio
Es la principal prioridad del Ejército de Tierra. Y lo
es, desde hace muchos años, concretamente desde 2007, cuando se lanzó un
programa para la adquisición de un «Vehículo de Combate sobre Ruedas (VCR) 8x8»
para sustituir, entre otras, a la obsoleta flota de Blindados Medios sobre
Ruedas (BMR), con más de 40 años. Un material clave y necesario que ha ido
acumulando retrasos y paralizaciones, pero que a día de hoy ya comienza a ver
la luz. Se trata del vehículo más avanzado con el que contará el Ejército de Tierra
y dispondrá de la última tecnología para garantizar mayor seguridad y potencia.
Y es que las 1.000 unidades adquiridas serán el principal sistema de combate de
las recién creadas Brigadas Orgánicas Polivalentes.
El 8x8 es un vehículo que aportará una «alta movilidad
táctica, un elevado nivel de protección, capacidad de proyección y un alto
nivel de letalidad» en todo tipo de escenarios, tal y como explica el
Ministerio de Defensa. Pero, además, el Ejército mira al futuro y lo concibe
como una plataforma actualizable, tanto a amenazas como a avances tecnológicos.
El programa, cuyo
coste se estima en 3.836,2 millones, se suspendió en 2010 por la crisis y no se
retomó hasta 2015. Tras esos problemas y
retrasos, la nueva fecha marcada en el calendario del Jefe de Estado Mayor del
Ejército de Tierra (JEME), general Francisco Javier Varela Salas, es el próximo
noviembre. Será cuando la Legión recibirá los cinco Demostradores Tecnológicos
con los que probarán las capacidades de este vehículo, en el que se incorporarán
los últimos avances tecnológicos. Lo que se quiere hacer es experimentar, sobre
la plataforma del vehículo «Piraña V», diferentes configuraciones y exprimirlo
al máximo durante seis meses. Las conclusiones servirán para reducir riesgos y
evitar contratiempos durante la fase de producción. Y marcarán el diseño del
futuro vehículo de combate del Ejército, que tiene la vista puesta en el
denominado «Horizonte 2035».
Aunque el 8x8 contempla trece configuraciones, según
las necesidades y exigencias de la misión, los legionarios probarán cinco,
basadas en otros tantos Programas Tecnológicos (PT), que confluirán en un sexto
PT en el que se integrarán esas tecnologías en cinco vehículos, los
Demostradores Tecnológicos.
En cuanto al primer punto, los Programas Tecnológicos,
se busca desarrollar, verificar y validar diferentes tecnologías dirigidas a
ofrecer más seguridad, más protección y mejor proyección. Así, el PT1
(Incremento de la Seguridad) incluye un sistema de alerta por iluminación láser
(por ejemplo de un arma guiada) y otro de detección de disparos. Además, se
probarán diversos kits de blindaje y anclajes o herramientas de zapadores
frente a explosivos improvisados.
El PT2 (Conciencia situacional) se basa en la seguridad y en la prevención. Incluye un
sistema de cámaras de video y térmicas para ofrecer una visión de 360º, además
de sistemas de apoyo a la conducción. Un
conocimiento del terreno que se amplía en el PT3 (Observador Avanzado), que
incluye sensores electro-ópticos y portátiles junto a modernos sistemas de
mando y control.
El PT4 (Integración de Sistemas electrónicos,
comunicaciones e Información) está orientado a integrar los sistemas de mando y
control. Cuenta con modernos equipos de comunicaciones, navegador vehicular y
sistemas inhibidores, todos conectados . Por último, el PT5 (Grupo
Motopropulsor) servirá para comprobar las capacidades de un motor «Scania
DC13», su sistema de generación de energía de altas prestaciones, el de gestión
eléctrica y la unidad de potencia auxiliar.
Todos ellos se integrarán sobre la plataforma del
«Piraña V» dando lugar a esos cinco Demostradores Tecnológicos (D1 a D5): la
prueba de fuego, pues además se analizarán diferentes sistemas de armas. El D1
tendrá una configuración clásica, con un cañón remoto y un lanzador doble de
misiles contracarro. El D2, mientras, integrará la configuración de Puesto de
Mando de Compañía con la de defensa contra carros y los mismos sistemas de
armas.
En la D3 se
incluye la capacidad de observador avanzado y la de control, con una estación
de armas remota y una ametralladora pesada. La
Exploración de Caballería entra en el D4, con integración de los sistemas de
mando y armas como un cañón de 30mm tripulado y con un blindaje extra. El más
protegido ante cualquier amenaza será el D5, con protección balística, blindaje
contra explosivos improvisados, kit antigranadas RPG y diferentes equipos para
zapadores, como los rodillos o los arados para explorar el terreno. Incluye una
ametralladora pesada remota.
Los resultados de estas pruebas permitirán comenzar a
desarrollar el primer lote de 348 vehículos, cuya entrega está prevista entre
2019 y 2022. A partir de ahí, otras dos ventanas de entrega: la primera incluye
365 y la última, 287. Con ellos, las Brigadas Orgánicas Polivalentes del
Ejército darán un paso de gigante en sus capacidades de fuego, protección y
proyección, combinando a su vez rapidez y potencia. Todo, para adaptarse a las
necesidades del entorno operacional de 2035.
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