domingo, 14 de febrero de 2016

Los Escipiones desembarcan en Hispania. 1º ESO.

    El primer estudio sobre la saga de políticos y militares romanos se expone en Alcalá.

             El busto del Museo Nacional de las Termas de Roma, retrato de Publio Cornelio Escipión
CAM

¿Cómo Roma conquistó Hispania? ¿Por qué triunfaron los Escipiones en su llegada a la Península? ¿Cómo cambiaron la forma de vida de sus habitantes? Por primera vez una exposición aborda este episodio histórico con un recorrido en el Museo Arqueológico Regional, de Alcalá de Henares, que abrió sus puertas esta semana. Su aportación es ser el primer estudio abierto al público sobre la saga legendaria de políticos y militares romanos que conquistaron Hispania y cambiaron la historia de nuestro país. La exposición «Los Escipiones» nos permitirá, además, «ubicar y saber cómo somos y, sobre todo, cuál es nuestra identidad», tal y como señala su comisario Manuel Bendala. La oportunidad para visitarla es hasta el próximo mes de septiembre. Reúne más de 200 piezas, entre las que destaca una espectacular cabeza de Escipión «El Africano», procedente de Italia. La exposición explica, en un recorrido por varios apartados y salas un discurso que se inicia con una sugestiva inmersión en la Roma de los Escipiones, la «Roma del barro», en la que los miembros de esta gran familia aristocrática emprendieron una verdadera revolución cultural y política. Durante este «viaje en el tiempo», los asistentes pueden empaparse de este período histórico, ya que la pinacoteca ofrece un acercamiento a la personalidad pública de esta notable familia de políticos y militares de la Roma republicana. A partir de aquí, se explica el funcionamiento del Ejército romano y su importancia a la hora de conformar un modelo que resultó tremendamente eficaz en la romanización de los territorios ocupados. Deteniéndose en la importancia de la armada romana, la tercera sala evoca el desembarco de las tropas en el año 218 a.C. en Ampurias.
En otro espacio, se estudia la figura de Escipión el Africano –apodo que mereció tras su victoria sobre el gran general cartaginés Aníbal en su propio territorio–, el gran conquistador de Hispania. La siguiente sala se ocupa esencialmente de Escipión Emiliano, nieto y continuador del legado de «el Africano», quien puso fin a las ambiciones de Cartago, destruyéndola por completo. Además, protagonizó uno de los episodios más importantes de la conquista romana y uno de los más presentes en el ideario colectivo español: la toma de Numancia. Finalmente, el recorrido termina con una representación del complejo perfil ideológico y político de los Escipiones, rememorando al emperador Augusto, entendido como culminación de esta saga.
El color rojizo de las paredes, junto con varios muros y arcos sobre el techo de estilo plateresco, decoran la sala del museo y «aclimatan» al espectador en la época. Las obras expuestas han sido cedidas por diversas instituciones públicas y privadas como el Museo del Prado, el Museo Arqueológico de Sevilla y Museos Nacionales Italianos, entre otros.
La presidente de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, inauguró esta semana la exposición acompañada del director del Museo, Enrique Baquedano, y del comisario de la exposición, el catedrático de Arquelogía, Manuel Bendala, y aprovechó para recordar que este mismo año se iniciarán las obras de ampliación de este museo, que permitirá a «esta Gran Máquina del Tiempo, conocida también como la “Casa de los Arqueólogos”», cumplir sus funciones cultures. Una de las naves cedidas por el Ayuntamiento de Alcalá –en la que acaban de finalizar las obras de remodelación–, se convertirá en almacén de vestigios arqueológicos de toda la Comunidad de Madrid. El museo cuenta con seis salas diferenciadas por su contenido con el objetivo de «adentrarse en una de las páginas más importantes y atractivas de nuestra historia».

De las termas de Roma a Alcalá

En esta exposición histórica brillan obras como «Escipión y el León», en la que se puede apreciar la figura completa del político y general romano, acompañado del bastón en la mano izquierda y la piel del león y la piedra como símbolo de fuerza y de heroicidad. Otras obras son «El Caballero de los Villares», prestada por el Museo de Albacete, o el «Vaso de la doma del caballo», procedente del Museo Numantino de Soria. También destacan un didracma romano-campaniense del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, un relieve con amontonamiento de armas –de la colección de los Duques de Cardona de Córdoba– o un relieve de los guerreros de Estepa.

LA RAZÓN








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