lunes, 29 de febrero de 2016

Paleontología. Una mantis religiosa de hace 105 millones de años hallada en Teruel. 1º ESO

Sólo conserva la cabeza, las patas prensoras y las patas medias.
Pata prensora para cazar conservada en ámbar. IGME

 La mantis religiosa es un insecto cuando menos inquietante.

La cara triangular, los ojos saltones y, sobre todo, el movimiento de las patas delanteras son de sobra conocidos por el público general. También lo es el curioso comportamiento de algunas hembras que, durante la cópula, devoran la cabeza del macho con el único fin de aportar nutrientes para la formación de los huevos.
   Dado que son animales depredadores es poco habitual encontrar ejemplares fósiles. De este hecho deriva la importancia del descubrimiento realizado en Utrillas (Teruel) y publicado en la revista Cretaceous Research: se trata de la primera mantis religiosa fósil hallada en España procedente del yacimiento de ámbar de San Just. Ha sido bautizada con el nombre de Aragonimantis aenigma, que significa "la enigmática mantis religiosa aragonesa".
   Aunque el ejemplar, de unos 105 millones de años, sólo conserva la cabeza, las patas prensoras para cazar y las patas medias, es un descubrimiento muy importante para reconstruir la evolución de este grupo de insectos. Enrique Peñalver, científico titular del Instituto Geológico y Minero de España y uno de los autores del estudio, afirma que el escaso registro fósil de los animales depredadores se debe a la pirámide trófica: por ejemplo, es mayor el número de cebras que el de leones. "Se necesitan muchos herbívoros para mantener a un depredador".

Más de 2.400 especies

   En el momento de quedar atrapada en la resina aún no había alcanzado la edad adulta por lo que tiene un tamaño muy reducido. Su pata prensora extendida mide tan sólo siete milímetros y medio. "Las mantis religiosas de España pueden tener unos siete centímetros de longitud en un ejemplar adulto. La encontrada fosilizada en ámbar podría tener unos 12 milímetros en total", indica Peñalver. Hay que tener en cuenta que hay más de 2.400 especies de este insecto hoy en día y habitan en una gran variedad de lugares. En las zonas tropicales algunas de ellas tienen muchas peculiaridades. Peñalver explica que aquí en España tenemos la idea de la mantis religiosa "pero es un grupo muy diverso. Lástima que en registro fósil haya tan pocas".
  Las mantis son un grupo que se originó a partir de las cucarachas, unos insectos también estrechamente relacionados con las termitas. Aunque, según explica Peñalver, aún no está claro en qué momento cucarachas y mantis se convirtieron en dos ramas distintas, lo más probable es que fuera a finales del Jurásico o principios del Cretácico. "Si se le da la vuelta a una cucaracha, se puede ver que la cabeza es prácticamente igual. Además, ambas forman un 'estuchito' para poner los huevos que se llama ooteca". Aunque las similitudes entre ambas especies son muchas más.
  Este fósil está estrechamente emparentado con el género Burmantis, un grupo de mantis hallado en ámbar en El Líbano y Myanmar (antigua Birmania), algo que a los investigadores no sorprende ya que las similitudes entre grupos de insectos de estos lugares se habían observado previamente. "En el Cretácico los ecosistemas de estos lugares debían de ser muy similares, y las faunas extintas de los yacimientos de ámbar tienen muchas similitudes. Hay moscas y mosquitos que son prácticamente iguales en los tres sitios", continúa Peñalver.
  El ejemplar estudiado ahora se encontró en 2010 y actualmente está custodiado en la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis (Museo Aragonés de Paleontología).
EL MUNDO.es


   

No hay comentarios:

Publicar un comentario