viernes, 1 de abril de 2016

Confesiones de un ex yihadista. 4º ESO

Cofundador de la Yihad Islámica, que en 1981 urdió el asesinato de Anuar el Sadat, hoy observa la yihad global rehabilitado.

Kamal Habib. FRANCISCO CARRIÓN

Fue compañero de pupitre y celda de Ayman el Zawahiri, el cirujano egipcio que desde su guarida de Pakistán o Afganistán trata ahora de curar las heridas de una Al Qaeda apaleada por la irrupción del autodenominado Estado IslámicoEl camarada Kamal Habib es una vieja gloria del firmamento de los yihadistas egipcios. Fue cofundador de la Yihad Islámica, la organización que en 1981 urdió el asesinato del entonces presidente Anuar el Sadat, y expió su culpa durante una larga década de calvario carcelario. Reticente a desempolvar la losa de su pasado, Habib presume de haber sobrevivido a los sueños suicidas de juventud. Hoy, rehabilitado pero instalado en el salafismo (rigorismo musulmán), es un ávido observador de la nueva generación que protagoniza la yihad global. "Para entender bien lo que representa el IS hay que estar muy cerca de su psicología. Solo así se comprende como pueden convertir a personas corrientes en yihadistas", advierte en el preludio de la entrevista con EL MUNDO. "ElDaesh [acrónimo en árabe del Estado Islámico] es la reacción de los jóvenes que vieron lo que sucedió en Afganistán e Irak. Son, a su manera, un movimiento paralelo a los grupos anarquistas en Europa. Se consideran a sí mismos un modo de protesta contra la opresión que padecen los musulmanes tras los ataques de George W. Bush y los estragos del imperialismo en Palestina", arguye Habib desde el salón de su apartamento, perdido en una zona residencial del extrarradio cairota a la que aún no ha llegado el pavimento ni el alumbrado público.
Es ya noche cerrada cuando, rosario en mano y entre sorbos de té, Habib sortea las preguntas que fisgonean en aquella época en la que se codeaba con Al Zawahiri. "La mayor parte de nuestra generación pertenecía a la clase media o media alta. De niños nos educaron para que nos abriéramos paso en una sociedad convencional pero no hicimos lo que nuestros padres soñaban", ha confesado en alguna ocasión. Cuando con desgana vuelve a aquellos años de trinchera, le sorprende haberse creído invencible."Todos los yihadistas fantasean pensando que son más poderosos de lo que realmente son. El IS ha llegado a la cúspide de esa máxima. Sus militantes creen que son fabulosos y tienen poderes mágicos. Los atentados que han golpeado Europa están perpetrados por un puñado de jóvenes que se sintieron más fuertes que los Estados donde residían", relata el converso, quien -tras dar portazo a su vida anterior- se doctoró en ciencias políticas con una tesis sobre partidos políticos e islam en Turquía.
"Es cierto -admite Habib- que el 'Daesh' es hijo de Al Qaeda pero es un retoño mucho más violento y sangriento que su progenitor. Al Qaeda cuenta con un líder maduro como Al Zawahiri, que basa sus decisiones en la realidad y la experiencia. El IS es todo lo contrario. Está seduciendo a los más jóvenes con ensoñaciones y falsas ofertas de felicidad, justicia social y orden diseñadas 'ad hoc' para vidas huérfanas de rumbo y expectativas". El ex muyahidin (guerrero santo, en árabe) descarta que "el vástago engulla por completo al padre" y advierte de que ambas organizaciones seguirán latiendo "mientas pervivan las circunstancias bajo las que fueron fundadas".
"Ni Al Qaeda ni el IS entienden el islam"
"La primera generación de yihadistas -enumera- nació en Afganistán. Fue inventada por EEUU para hacer frente a los soviéticos. La segunda surgió tras las arremetidas estadounidenses en Afganistán e Irak y la tercera generación es la del IS. Todas crecieron porque Washington tomó la decisión de no cuidar Oriente Próximo y dejó que los enemigos regionales se destriparan creyendo que sus consecuencias no alcanzarían Occidente, como ahora está ocurriendo". En cualquier caso, a juicio de Habib, los batallones que hoy desfilan por los confines del califato o viven agazapados en sus madrigueras europeas son "una prole mejor preparada y más capacitada que ha aprendido de los errores cometidos por los camaradas más veteranos". "Ni Al Qaeda ni el IS entienden el islam. Lo interpretan a su conveniencia pero al menos los cabecillas de Al Qaeda han estudiado la religión de la mano de jeques respetados y no son, como el IS, jóvenes que carecen de la más leve noción de religión", sostiene el profesor, que subraya la presencia de la vieja guardia de Sadam Husein en la élite que rodea al autoproclamado califa Abu Bakr al Bagdadi. "Fueron -reconoce- oficiales de los servicios de inteligencia iraquíes y, al enrolarse en el IS, se llevaron con ellos los métodos brutales y sádicos del régimen de Sadam".
A pesar de la insistencia del periodista, Habib no relaja las líneas rojas que ha trazado en torno a su biografía. Rehúsa incluso proporcionar su fórmula para sofocar el terror que amenaza las calles del viejo continente. "¿Cómo acabar con ellos? Pregúntele mejor a sus líderes. Yo creo que no hay ningún Gobierno -ni el británico ni el alemán ni el español- dispuesto a declararle la guerra al IS y dudo que quieran derrotarlo. Los países europeos no están unidos. Sus políticos no son serios ni contundentes". Cuando la conversación y el forcejeo decae, Habib -quien una vez soñó cambiar el planeta a golpe de una "yihad malentendida"- murmura: "Los acólitos del 'Daesh' aún se consideran imbatibles porque el mundo no ha podido acabar con ellos. Fantasean todavía con la idea de conquistar Al Andalus, difunden su Apocalipsis de muerte y destrucción y creen que son la mano de Alá que reparte justicia y acaricia la victoria. Puede que vivan unos cuantos años más pero no tienen futuro. Estarán muertos cuando los Gobiernos de Europa y Oriente Próximo lo quieran".

ELMUNDO.



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