Un paleontólogo chino encontró la pieza en un mercadillo en el norte de Birmania.
Examen del trozo de ámbar en el que ha sido hallada la cola emplumada de dinosaurio. CURRENT BIOLOGY
Los comerciantes birmanos creían que se podía vender como una curiosidad o una joya, pero resultó ser una cola de dinosaurio... con plumas. El paleontólogo chino Lida Xing, de la Universidad China de Geociencias en Beijing, se interesó por esta rareza del tamaño de un melocotón en un mercadillo de ámbar en el norte de Birmania y tras estudiarlo junto a su equipo, y otros investigadores de Canadá y Reino Unido, han concluido que el trozo de ámbar ha conservado una cola con plumas de un dinosaurio de 99 millones de años, un hallazgo que analizan en la revista Current Biology.
"Me di cuenta de que el contenido era de un vertebrado, probablemente un terópodo, pero no una planta", como creían quienes lo ofertaban, ha contado Xing a CNN. "No estaba seguro de que (el comerciante) realmente entendiera lo importante que era este espécimen, pero no subió el precio", relata.
Los investigadores creen que la cola pertenecía a un terópodo no aviar. R.C. MCKELLA
En su trabajo, los autores sugieren que la cola, de 3,7 centímetros, era marrón castaño en la parte superior y blanco en su parte inferior. El fragmento conserva ocho vértebras de lo que creen fue un ejemplar de dinosaurio emplumado. Según sus exámenes, pudo pertenecer a un terópodo juvenil no aviar, un grupo de dinosaurios que incluye a los velociraptor y tiranosaurios. El estado de Kachin, en el noreste de Birmania, donde se encontró el espécimen, ha sido productor de ámbar durante 2.000 años.
Las plumas de la cola examinadas por los investigadores. R.C. MCKELLAR
"Esta es la primera vez que encontramos material de dinosaurio preservado en ámbar", afirma el coautor del artículo Ryan McKellar, del Royal Saskatchewan Museum en Canadá, que también incide en la importancia que tendrá este hallazgo para el estudio de la evolución de las plumas.
McKellar asegura que la anatomía de la cola indica que pertenece a un dinosaurio emplumado y no a un pájaro adulto. Las principales características que le llevan a esta conclusión son la longitud de la cola, la forma de las vértebras, y el hecho de que las vértebras no se fusionan en una estructura de varilla-como lo hacen en las aves."Si tuvieran un ejemplar en la mano habría sido del tamaño de un gorrión", ha explicado a The Guardian.
Entre los restos analizados hay huesos fosilizados, músculos o piel momificada. Los investigadores creen que el animal se quedó atrapado en la resina de árbol que formó el ámbar.
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