Bruno Toledano
Steve Jobs, CEO por entonces de Apple, presentando el primer iPhone AFP
Aunque el primero no llegó a España, el teléfono de Apple cambió la manera en que entendíamos los móviles
Apple necesita volver a captar a su público y a dejar a la competencia con la boca abierta si no quiere quedarse atrás.
Apple anunció el primer iPhone a las 9:41 de la mañana en Los Ángeles del 9 de enero de 2007, hace hoy 10 años. O mejor dicho, Steve Jobs presentó el dispositivo de Apple que iba a revolucionar y dominar el mundo de la tecnología durante, por lo menos, los cinco años siguientes y que convertiría a la compañía en lo que es hoy, aunque él ya no esté para seguir dirigiéndola.
Durante los siguientes años, el concepto del 'teléfono inteligente' que tímidamente se había introducido con las BlackBerry y algunos teléfonos de Nokia pasaría de ser 'un móvil que se conecta a Internet y que sirve para mirar el correo del trabajo' a convertirse en 'un dispositivo fundamental para la sociedad contemporánea y que sirve para absolutamente todo'.
Curiosamente, el iPhone nació algo escaso y siendo también poco más que eso, un móvil en el que además se podía ver el correo y navegar un poco por Internet, pero su pantalla multitáctil introdujo una nueva manera de interactuar con los dispositivos que tenemos en las manos, lo que lo hacía mucho más atractivo que usar pantallas minúsculas con teclas más pequeñas todavía para escribir.
En 2007, el iPhone no tenía ni AppStore ni aplicaciones ni fondo de pantalla personalizable ni opción de cortar y pegar ni muchas otras de las convenciones que más tarde se impondrían con ayuda de Android.
Por mucho que a Steve Jobs le costara reconocerlo, el sistema operativo de Google era un competidor algo rezagado, pero que ayudó a que el iPhone creciera mucho durante los primeros cinco años.
Este duelo se ha mantenido durante toda la década que el iPhone ha existido, llevando casi a un empate técnico entre los teléfonos de más alta gama y el producto de Apple. Al margen de preferencias, que esto haya ocurrido ha sido bueno, sobre todo, para el consumidor.
La necesidad de seguir progresando
Actualmente, el iPhone sigue siendo un producto estrella, pero en el año de su décimo aniversario, las cosas ya no son tan positivas como lo fueron en su momento. Por primera vez en una década, un iPhone vende menos que su predecesor y reporta menos ingresos a Apple.
Sus últimos modelos han sido criticados por su diseño, por su falta real de nuevas prestaciones y porque han estado dando más fallos en comparación con sus antecesores que nunca. Las baterías de los iPhone 6Sson un pequeño desastre que Apple ha tenido que solucionar de forma generalizada.
A esto hay que sumar otras críticas, como la eliminación de la entrada de auriculares tradicional (si bien, en este sentido, no van a ser los únicos en hacerlo) o que otros productos de la compañía, como el nuevo Macbook Pro, dejan mucho que desear y no encajan con la visión del pasado de la compañía.
En 2007, el iPhone era la demostración del 'Think Different' que tantos años caracterizó a Apple y que la convirtió en una empresa 'cool' a la par que puntera. Diez años después, no puede decirse lo mismo de una empresa que está alienando hasta a sus fans más acérrimos con productos que responden al tópico que, durante tanto tiempo, se le achacó a la empresa: son caros y no tienen suficiente rendimiento.
El iPhone 8, que llegará a todas luces junto con iPhone 7S y 7S Plus, necesita cambiar esta tendencia si quiere sobrevivir en un mercado donde los fabricantes chinos ofrecen productos de calidad a un precio inigualable.
No es como si el iPhone estuviera acabado, ni mucho menos. Está claro que seguirá vendiendo millones durante años, pues es un producto único aún hoy, y que seguirá siendo el símbolo de lo que es un smartphone.
Sin embargo, Apple siempre ha destacado por adelantarse a los demás en sus previsiones y en sus lanzamientos, imponiendo tendencias con lo que creen que realmente va a funcionar antes de que lo necesite el consumidor. Para bien o para mal, eso lleva un tiempo sin suceder y otras empresas, como Samsung con los teléfonos curvos o Microsoft con los ordenadores Surface, parecen estar empezando a pisarle el terreno.
En su décimo cumpleaños, el iPhone y Apple deben volver a pensar distinto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario