Carmen Rengel
Cómo se forjó la célula, cuándo se radicalizaron los jóvenes, cuáles eran sus planes, el papel del imán, las posibles influencias internacionales...
Queda mucho, muchísimo por saber. El atentado con furgoneta de Barcelona del pasado día 17 y la noche de pesadilla de cuchillo y falsos explosivos que siguió en Cambrils, más la búsqueda y muerte de fugitivos, más las detenciones, más los análisis en la casa de Alcanar...
Los investigadores de la Inteligencia española y los cuerpos y fuerzas de seguridad estatales y autonómico han conseguido en un tiempo plausible -tres días- una reconstrucción sólida de lo ocurrido. Queda llenar lagunas, importantes, pero el armazón del relato está dibujado: un grupo de jóvenes sin aparente conexión directa con el Estado Islámico que se radicaliza gracias a un cerebro influyente y que mata "a la desesperada", después de ver frustrados sus planes más sanguinarios.
A continuación tratamos de poner orden en lo que sabemos hasta el momento sobre cómo se gestó el grupo y cómo planearon los atentados que, por el momento, se han cobrado ya la vida de 15 civiles inocentes.
¿QUIÉNES COMPONÍAN LA CÉLULA?
Empecemos poniendo nombre, apellido y papel en esta tragedia a cada uno de los componentes de la célula de Ripoll (Girona). Según las investigaciones de los Mossos d'Escuadra, avaladas por el Ministerio del Interior, estaría compuesta por al menos 12 personas.
De ellas, cinco fueron abatidas por los Mossos en Cambrils, cuando trataron de atropellar a varios viandantes y, ante el control policial, acabaron volcando, saliendo del vehículo y siendo abatidos por los agentes, no sin antes herir mortalmente a una mujer. Son:
MOUSSA OUKABIR: Nacido en Ripoll hace 17 años de padres marroquíes; primero se sospechó que había sido el conductor de la Rambla, por lo que su foto se difundió profusamente. Su hermano denunció que le había robado la documentación, un pasaporte que se localizó en dicho vehículo en la mista tarde del jueves.
SAID AALLAA: De 19 años y originario de Naour (Marruecos), también vivía en la capital del Ripollès. Su tarjeta de crédito fue hallada en una furgoneta abandonada en Cambrils.
MOHAMED HYCHAMI: Nacido en Mrirt (Marruecos), de 24 años y vecino también de Ripoll. Fue el responsable de alquilar los vehículos implicados en los ataques.
EL HOUSSAINE ABOUYAQUOD: Igualmente nacido en Mrirt e igualmente residente en Ripoll. De 22 años. Su hermano es Younes Abouyaqoub, huido hasta la tarde de ayer.
OMAR HYCHAMI: Hermano menor de Mohamed Hychami, se calcula que de 17 años. Su papel sería posiblemente el menos relevante de la trama.
Además, hay cuatro varones detenidos. Son:
DRISS OUKABIR: Marroquí de 28 años. Se entregó la mista tarde del atropello en la Ciudad Condal. Dijo que su hermano pequeño, Moussa Oukabir, le había robado la documentación y se dirigía a denunciarlo.
MOHAMED HOULI: Herido durante la explosión de Alcanar, el día 16 de agosto, y arrestado después al avanzar la investigación y conocerse que el suceso estaba relacionado con el yihadismo; permanece hospitalizado pero su vida no corre peligro.
MOHAMED AALLAA: Dueño del Audi A3 que usaron los terroristas en Cambrils, con el que intentaron causar más muertos. Hermano de uno de los fallecidos en esta población. También se entregó.
SAHL EL KARIM: Regenta un locutorio en Ripoll y además compró supuestamente los billetes de avión a Marruecos para varios miembros de la célula, hace pocas semanas.
En la casa de Alcanar (Tarragona), se calcula que murieron dos o tres yihadistas más, aunque se están haciendo análisis de ADN para obtener resultados. Por el momento se ha confirmado que entre los muertos está ABDELBAKI ES SATTY, de 42 años, el imán de Ripoll que se considera el cerebro de la trama, el líder del grupo, quien lobotomizó a los jóvenes para convertirlos en terroristas. Mantuvo relación con varios detenidos del 11-M, que finalmente no fueron condenados. Estuvo cerca de dos años en prisión pero por delitos comunes. Se trabaja con la hipótesis de que los restos humanos encontrados en la casa podrían pertenecer a otra persona más, o incluso a dos. Los especialistas han hallado al menos tres orejas y un dedo.
Finalmente, cierra el grupo YOUNES ABOUYAAQOUB, de 22 años, el autor material del atropello masivo de Barcelona, quien conducía presuntamente la furgoneta, quien secuestró luego un coche para escapar, mató a su conductor y se saltó un control policial, hiriendo a una agente de los Mossos. Ayer por la tarde, tras el aviso de una vecina a las autoridades, fue abatido en Subirats (Barcelona).
¿CÓMO SE RADICALIZARON?
Casi todos -familiares, amigos, vecinos, compañeros de clase...- coinciden en señalar su extrañeza por la radicalización de estos jóvenes, de entre 17 y 24 años, porque nunca habían dado señales de extremismo. Su cambio -menos presencia pública en Ripoll, más actividades en grupo en casa del imán, en furgonetas aparcadas o en quedadas fuera del pueblo, alguna visita extra a la mezquita- es reciente y se verbaliza sólo cuando los periodistas hacen preguntas. Nadie vio nada antes, dicen. Eran chicos sanos, con trabajo o círculo familiar tranquilo.
No obstante, algunos allegados han matizado al diario El País que la radicalización "no fue rápida", sino que duró al menos un año, con reuniones secretas, y que en las últimas semanas estaban más tiempo con sus familias y más cariñosos, actitud habitual en otros terroristas criados en Europa, especialmente los suicidas.
Parece que la llegada de Abdelbaki Es Satty como imán fue determinante pare el viraje. Arribó a Ripoll en 2015 y fue imán en la mezquita islámica Annour hasta hace apenas dos meses, lo que apunta a que dejó todo para planificar los ataques.
El nombre de Es Satty salió en una operación antiyihadista tras los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, el más mortífero de la historia de España. En la llamada Operación Chacal se encontró su documentación fotocopiada en la casa de uno de los principales acusados, llamado Mohamed Mrabet Fhasi, carnicero de profesión y vecino de Vilanova i la Geltrú. Este hombre fue condenado por la Audiencia Nacional en 2010 por ser supuestamente un reclutador de yihadistas. Sin embargo, al año siguiente el Tribunal Supremo anuló dicha sentencia. Un primo del imán también se sentó en el banquillo por el mismo caso. Es decir, el nombre del imán salió a relucir por partida doble, pero con personas que luego acabaron en la calle. No había nada más en su contra.
En 2012, el propio Es Satty salió de la cárcel de Castellón, donde cumplió una condena por tráfico de drogas y contra la ley de extranjería. Había ingresado en 2010. ¿Fue en la prisión donde se radicalizó, como ocurre en un importante porcentaje de casos, según fuentes de la lucha antiyihadista? ¿Ya había intentado ser reclutado antes por este Mrabet Fhasi? Se desconoce, lo mismo que el motivo por el que durante tres meses, de enero a marzo de 2016, vivió en la localidad belga de Vilvoorde, uno de los nidos de yihadismo más importantes del país.
Parece que fue a buscar trabajo pero ¿contactó con algún cargo intermedio de alguna célula local? Sería importante saberlo, ya que de Bélgica salieron los ejecutores de los atentados de París en 2015 y de Bruselas en 2016. Los medios belgas insisten en que su nombre no está fichado en los archivos de Inteligencia ni en los de inmigración, toda vez que tampoco es obligado empadronarse pasando menos de tres meses en otro país comunitario.
El imán también era de origen marroquí, hasta donde viajó en varias ocasiones mientras se hizo cargo de la plaza de Ripoll porque, dicen quienes le trataron, tenía allá mujer e hijos. Se desconoce aún si en sus viajes al norte de África pudo igualmente conectar con elementos extremistas.
Justo este lunes se ha sabido, además, de la detención de un hombre en Marruecos por su supuesta relación con el atentado, aunque no han trascendido más datos; varias personas más han sido interrogadas, añaden las autoridades de Rabat.
Está por ver si, además de por la influencia de Es Satty, estos jóvenes ejecutores se radicalizaron gracias a cauces clásicos de los europeos que atentan en nombre del ISIS: las redes sociales. ¿Recibieron órdenes por internet o por redes de mensajería tipo Telegram? ¿Participaban en foros sobre yihadismo o sólo seguían el dictado del imán? ¿Llegaron a hablar con alguien del califato, de Siria o Irak? ¿Iban a ir a Oriente Medio a recibir instrucción pero no dio tiempo? ¿Ni se lo plantearon, porque el imán ya había conseguido la formación que necesitaba, por ejemplo, para montar explosivos? Por ahora no hay pistas de que ninguno de los 12 haya pisado Irak o Siria, a caballo de los cuales se encuentra el territorio -menguante- comandado por el Daesh.
¿POR QUÉ NO HUBO PISTAS?
Pues porque formaban un grupo muy cohesionado, que se sustentaba en lazos familiares y de amistad de décadas, intensa. Se tiene constancia de la implicación de al menos cinco parejas de hermanos que podrían tener relación con este clan. Es mucho más sencillo hablar en un dormitorio, sin levantar sospechas, con el hermano y con los amigos de siempre, en las gradas de polideportivo, como declaran muchos vecinos de Ripoll, que los veían a diario.
Delatar a quien es sangre de tu sangre, paisano de la zona de Mrirt (en la zona de Mequinez), amigo del pueblo, es más complicado y, a la vez, es más sencillo seguirle la corriente a quien es de los tuyos y fascina con un relato como el del imán.
A ello se suma la elección del grupo por parte de Es Satty, muy acertada: chicos sin problemas familiares, de vidas estructuradas a grandes rasgos, sin delitos relacionados con el islamismo, aunque algunos sí arrastraban delitos comunes menores. Nada que pudiera estar en el radar de la lucha antiyihadista. Nadie fichado. Limpios.
¿CUÁLES ERAN SUS PLANES?
Los 15 muertos y más de 120 heridos que ha dejado por el camino esta célula suponen un fracaso para ella, si miramos los planes que inicialmente habían diseñado. Los investigadores han desvelado a The New York Times que había un plan a, un plan b y un plan c. Su proyecto original era el de alquilar un camión, cargarlo de explosivos y de bombonas de gas y que todo saltase por los aires al estamparlo contra su objetivo. No han trascendido nombres de dianas, pero basta pensar en cualquier lugar donde se concentre mucha gente en Barcelona.
Como no pudieron lograrlo -parece que porque ninguno tenía el carnet necesario para conducir camiones, el tipo C-, optaron por alquilar furgonetas, que también iban a llenar de explosivos y bombonas. Pero entonces sobrevino la deflagración de Alcanar, al menos perdieron a uno de sus miembros -el alma, el imán- y otro estaba detenido, herido. Optaron por la última de sus posibilidades: furgonetas, atropellos y apuñalamientos después, como en Londres, como en Niza, como en Jerusalén. "Hay numerosas señales de que buscaban cientos de víctimas", declararon los Mossos, pero la escasa formación de los individuos y sus errores fueron modificando los planes.
Toda su actividad se concentró apenas dos o tres días antes de los ataques, que es cuando regresaron los que estaban fuera, cuando el imán mintió diciendo que iba a Marruecos a ver a su familia y se fue de Ripoll, cuando algunos de los terroristas apagaron sus teléfonos móviles ante la sorpresa de sus allegados... Pese a su juventud y su aparente radicalización reciente, a las autoridades les preocupa la capacidad de improvisación y la distribución geográfica que finalmente alcanzaron, signos de madurez que no hicieron sonar las alarmas.
¿TENÍAN CONEXIONES INTERNACIONALES?
Aún no se sabe. Lo que sí ha trascendido es la estancia del imán en Vilvoorde (Bélgica), una villa dormitorio de Bruselas, desde donde en 2014 salieron al menos 30 jóvenes camino de las filas del ISIS en Siria, es decir, zona caliente para el yihadismo. Hans Bonte, el alcalde de la localidad, lo ha confirmado a un medio local, la cadena de televisión VRT. Sus conocidos en Ripoll sostienen que, mientras fue imán, no tienen conocimiento de que viajara a Bélgica. Pudo solamente buscar trabajo entonces, pudo contactar con elementos radicalizados y activar esos contactos más tarde... Todo es hipótesis por el momento.
Sí se intuye que la conexión marroquí es importante, al menos en cuanto a punto de encuentro emocional entre los terroristas. Todos son de la zona de Mequinez, y al menos cuatro proceden en concentro de Mrirt. Los vecinos narran como habitual, anual, el retorno al país de origen para ver a las familias. ¿Fueron a algo más en los últimos tiempos? La investigación lo dirá. Ha trascendido que los Oukabir estuvieron en la zona en la segunda quincena de julio y Driss, el que queda vivo, detenido, regresó desde Tánger el 13 de agosto, apenas cuatro días antes del atropello de Barcelona, según El Confidencial.
El diario francés Le Parisien cita fuentes cercanas a la investigación para afirmar, además, que el Audi A3 usado en Cambrils pasó la frontera unos días antes -el 11 de agosto- y cruzó al país vecino. Fue localizado en la región de París, detectado por un radar por exceso de velocidad. Sin embargo, las autoridades de Francia no han localizado conexiones del grupo con yihadistas locales, nadie que esté en sus ficheros. Hasta la tarde de ayer, cuando Younes Abouyaaqoub murió a manos de los Mossos, se especuló con que podría haber escapado a Francia, y que quizá sus compañeros fueron allá días antes buscando una red de apoyo y escondite, una vez que consumaran sus ataques.
Los investigadores han verificado viajes de algunos de los yihadistas a Alemania o Suiza, pero dada la antigüedad de esas salidas y la juventud de los implicados, puede que se trate solamente de visitas particulares sin relación con el Estado Islámico.
¿QUÉ PASÓ EN ALCANAR?
La deflagración de la casa que ocupaban ilegalmente en Alcanar, el 16 de agosto, fue el detonante de la tragedia posterior. El grupo se resguardó a casi 300 kilómetros de su pueblo, muy cerca de la frontera con Castellón, un lugar donde verse sin levantar sospechas; se trabaja con la hipótesis de que el inmueble era un piso franco del grupo,con un papel similar al que jugó la finca de Morata de Tajuña en los atentados del 11-M en Madrid.
Era parte de la logística que los investigadores constatan en la célula: casa, varios coches, capacidad económica para el alquiler de más vehículos y de bombonas de gas... Algunos de estos terroristas trabajaban y disponían de dinero, porque aún vivían con sus padres, y se cree además que pudieron vender joyas y oro para sacar más fondos aún.
En Alcanar se equivocaron manejando el peligroso material que se traían entre manos, lo que demuestra que eran casi unos amateurs en este extremo. Lo que estaban preparando en la casa es lo que se conoce como madre de Satán, es decir, triperóxido de triacetona o TATP, un explosivo común en los ataques del ISIS y de Al Qaeda. Ya se empleó en París, en Bruselas, en Londres... y es un macabro clásico en los ataques con muertes masivas y diarias en países como Irak.
La madre de Satán puede encontrarse en dos formas: seco, como polvo, cuando es extremadamente inestable; o más compacto, gelificado con agua o acetona, con lo que logra más estabilidad. Aún se desconoce cómo estaba almacenado en la casa de la célula, pero sí parece que había una cantidad importante de este compuesto en la vivienda. Compuesto, por cierto, que no necesita permisos especiales para adquirir la base: basta con ir a una droguería y comprar acetona, agua oxigenada y ácido sulfúrico. Tampoco hace falta un químico para montarlo: su preparación es sencilla, aunque no inmediata, por lo que se cree que llevaban semanas trabajando en ello.
Como querían cometer un crimen aún más brutal, habían almacenado en la vivienda-laboratorio más de 100 bombonas de gas butano -un dato aportado por Protección Civil-, compradas poco a poco y en distintos puntos de la geografía catalana para no levantar la liebre. Su idea era la de que el TATP estallase y, por simpatía, lo hicieran las bombonas.
Ahora queda también por saber qué hizo Younes Abouyaaqoub en sus cuatro días de escapada: sin poder esconderse en Alcanar, con todos sus colegas muertos o detenidos, hay que aclarar si alguien le ha estado prestando ayuda en este tiempo o si ha sobrevivido por su cuenta, después de dejar abandonado, asesinado, al ingeniero Pau Pérez, tras escapar de un control policial.
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