EL MUNDO ECONOMÍA
Isabel Munera
Dos trabajadores en un espacio de 'coworking'. OLMO CALVO
La participación de la masa salarial en el Producto Interior Bruto está todavía dos puntos por debajo de los niveles precrisis.
Los sindicatos denuncian que la recuperación no está llegando a todas las capas de la sociedad.
España ha recuperado ya los niveles de renta precrisis, pero la participación de las rentas del trabajo en el Producto Interior Bruto (PIB) se sitúa todavía dos puntos por debajo, según los datos conocidos esta semana de Contabilidad Nacional. A finales de 2007, la remuneración de los asalariados (que incluye sueldos brutos y cotizaciones empresariales a la Seguridad Social) representaba el 49% del PIB y ahora tan sólo del 47%. Con el excedente de explotación bruto y las rentas mixtas brutas (el excedente empresarial) ha pasado justamente lo contrario: en 2007 su participación era del 41% y ahora es del 43%. Es decir, los dos puntos que se ha reducido la aportación de la masa salarial han ido a parar a las rentas empresariales. Conviene recordar, no obstante, que este último concepto no son sólo beneficios empresariales, también incluye dotaciones para amortización de capital y otras rentas como la de los autónomos.
La pérdida de peso de las rentas de trabajo en el PIB a favor de las empresas desde que se inició la crisis es uno de los argumentos esgrimidos por los sindicatos para advertir de que la recuperación no está llegando por igual a todos las capas de la sociedad.
Sin embargo, durante la presentación de los datos de la Contabilidad Nacional correspondientes al segundo trimestre del año, el ministro de Economía, Luis de Guindos, dio otro argumento: "No tiene que ver con la evolución de los salarios, sino del empleo", apuntó, para recordar a continuación que España cuenta con un 11% menos de asalariados que en 2017.
Desde el Ejecutivo se muestran muy satisfechos de que se hayan recuperado los niveles de renta que teníamos a finales de 2007. De hecho, estamos un 1% por encima. Sin embargo, en el ámbito laboral, aún no se han alcanzado los empleos que teníamos antes de que estallara la crisis. En concreto, faltan 1,5 millones de puestos de trabajo.
Por eso, para el Gobierno, el principal objetivo ahora es continuar creando empleo. "No se saldrá definitivamente de la crisis hasta que se generen 1,5 millones de puestos de trabajo" en los próximos dos años, aseguró el jueves De Guindos.
Devaluación salarial
La crisis se llevó por delante 3,5 millones de empleos y también provocó una fuerte devaluación salarial, sobre todo a partir de la aprobación de la reforma laboral de 2012. Las empresas españolas perdían competitividad y para recuperarla se optó por disminuir los costes laborales, rebajando los salarios del empleo ya existente y reduciendo la cuantía de los sueldos para las nuevas incorporaciones. Esto logró que se abarataran los bienes y servicios y nuestras compañías fueran más competitivas; pero con un coste para los trabajadores que vieron cómo se reducían sus salarios.
Esto no ocurrió, sin embargo, desde el principio de la recesión. De 2007 a 2010, cuando ya se estaba produciendo una fuerte destrucción de empleo, los salarios no sólo no bajaron sino que se incrementaron. Si en 2008, la remuneración por asalariado real, según datos de Contablilidad Nacional, fue de 35.203,5 euros; en 2009 aumentó hasta los 36.841 euros. Para el Banco de España esto fue un grave error porque trajo consigo un empeoramiento de la recesión.
Pero llegó la reforma laboral y las empresas que estaban en pérdidas o en previsión de pérdidas comenzaron a descolgarse de los convenios, y en la mayoría se instaló la moderación salarial.
Fuentes del Ministerio de Economía aseguran que "sin esta política de moderación salarial, la destrucción de empleo hubiera sido aún mayor".
A finales de 2013, la economía comienza a dar síntomas de recuperación. Y esto se deja sentir en los salarios pero de manera muy moderada: se pasa de 34.709 euros en 2014 a 35.033, en 2015 y 35.109 en 2016.
Ahora, desde Economía destacan que nos encontramos en un momento de "recuperación sostenida" de los salarios y que el objetivo tiene que ser tender hacia "una normalización", pero sin olvidar el principal reto "seguir creando empleo". E insisten en que la remuneración por asalariado real está un 2,4% por encima de la que teníamos en 2007.
Por el contrario, si se analizan los datos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral se observa que estamos aún un 2,5% por debajo del coste laboral real por trabajador y mes que había en 2007 y un 1,4% por debajo del coste salarial real. ¿Cómo es esto posible? Porque estas dos estadísticas responden a criterios de elaboración distintos.
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